Durante todo este ensayo he criticado duramente a todo lo relacionado con los influencers, pero todavía me quedan muchas cosas que comentar sobre ellos. En este capítulo abarcaré las estafas de todo tipo que se hacen en las redes sociales. Ya hemos despachado las estafas de la vida de estos creadores, pero seguiremos con las empresariales y las de la propia personalidad del influencer.
Las grandes empresas ven a Instagram como un gran escaparate en el que promocionar sus productos, y no sólo con anuncios directos, sino también pagando a los creadores para que los exhiban. Todos empatizamos más con una persona que nos habla de lo bueno que es determinado producto que con una simple imagen. Lo segundo es mucho más frío e impersonal, y casi todos lo pasamos en cuanto lo vemos. Yo soy la primera que sigue a unos cuantos youtubers y confío en su criterio. Se está produciendo un fenómeno que nadie tenía previsto, y es que ahora se valora mucho más la opinión de las grandes personalidades que la de los especialistas. Cuando un influencer dice que no le ha gustado alguna película o videojuego, las ventas de estos decrecen rápidamente. Y en el caso contrario, igual. Es una nueva forma de marketing, y las multinacionales lo saben. Es por esto por lo que tantas marcas pagan a estrellas y hacen colaboraciones con ellos. Ya pasaba en la década de los noventa cuando Nike pagaba a Michael Jordan para promocionar zapatillas y sigue pasando cuando McDonald 's colabora con Aitana Ocaña para vender el menú que supuestamente ella pedía. Igual yo no soy quién para juzgar, pero voy a dar mi opinión sobre esto: me parece bastante despreciable que cantantes o deportistas se dediquen a vender productos con empresas conocidas por explotar la tierra, usar mano de obra infantil y otros tantos escándalos en los que se han visto envueltas. Pero este no es el tema, ya que ahora voy a comentar algunas estafas promocionadas por influencers.
Estos últimos años se han hecho muy virales las constantes metidas de pata que cometen los creadores de contenido en Instagram y otras redes sociales. Ya que hablábamos de TheGrefg en capítulos anteriores, se me viene la promoción que hizo Audi con él en 2016. Básicamente la empresa automovilística le regaló a este youtuber un modelo para que lo mostrase en su canal y así ganar repercusión. Hasta ahí, todo bien, pero por esa época se puso de moda un juego para móviles que todos conoceréis: Pokémon GO. El videojuego estaba basado en capturar Pokémon por todo el mapa de tu ciudad, al que accedía activando el GPS. De esta manera, podías ir caminando por tu zona en busca de estos seres. Es una idea muy buena que resultó muy exitosa en aquel momento, tanto que todos los youtubers comenzaron a hacer vídeos de este juego. Entonces, TheGrefg pensó que sería apropiado montarse en su coche para buscar Pokémon mucho más rápido, y grabó un vídeo en el que salía conduciendo por la autopista con el móvil en la mano mientras que el velocímetro marcaba la velocidad de 180km/h. Eso es mucho más de lo permitido por la ley. Como no es de extrañar, esto se convirtió en un escándalo y Audi tuvo que retirarle el vehículo. TheGrefg salió pidiendo disculpas pero lo que yo me pregunto es: ¿no pensó en primer lugar que eso era una locura? ¿que podría haber causado un accidente muy grave? Por suerte, no pasó nada y él aprendió la lección.
Centrándonos en las promociones que se hacen en publicaciones o historias de Instagram, han habido casos muy polémicos sobre estafas en el mundo influencer. Desde toallas desmaquillantes a rizadores del cabello, todos los que colaboran con marcas siguen un mismo proceso. Primero, presentan el producto colocando un "#ad" que están obligados por ley a poner. Luego, lo prueban y dicen lo maravilloso que es y por qué deberías comprarlo. Por último, ponen un enlace que lleva a la página de la marca y te dan un código de descuento que no suele subir del 10% para todos sus productos. Además, siempre estamos de suerte y todo está rebajado a unas cantidades increíbles, pasando de 50€ a 25€ de una sentada. Con todo esto, ¿quién no querría comprar algo así? Pues bueno, se ha demostrado una y mil veces que los productos fantásticos que promocionan están infladísimos de precio y se pueden encontrar muchísimo más baratos en otros lugares como Aliexpress. Entiendo que haya gente morbosa que le interesa la vida de los demás, ¿pero de verdad hay quienes siguen a estas personas después de cosas así?
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Las Dos Caras de la Sociedad Actual
Non-FictionEn este mundo hiperconectado, en el que nuestro móvil se ha convertido en parte de nuestro ser, hemos sucumbido a las máquinas; tanto que poco a poco estamos perdiendo nuestra humanidad. En este ensayo se irán desglosando punto por punto las imágene...