IV

678 124 39
                                    

Suspiró cansinamente luego de que el timbre diera por terminada la última materia del día. Una vez más, Naruto no fue capaz de concentrarse, en esta ocasión se debía a Sasuke y aquel planteamiento que le hubo hecho anteriormente.

Hijos, Sasuke deseaba tener hijos. Formar una familia, la idea era hermosa y él no interferiría en ello. No obstante, seguía doliendo. Tenía que renunciar al amor de Sasuke para que él pudiera formar una familia aparte. El bastardo seguía siendo egoísta después de todo.

Todo ese tiempo juntos y el sujeto al que consideraba el amor de su vida se había reservado un asunto tan importante. Si se lo hubiera dicho antes, se habría apartado enseguida.

Ya no importaba. Sasuke tomaría su camino y él tendría que tomar el suyo, por más doloroso que fuera.

La luz de los rayos solares cubrieron su cuerpo cuando salió del aula con la mochila sobre su hombro. A diferencia de otros días, no tenía prisa por irse. Ni siquiera había escuchado a Sasuke llegar a su casa, durmió fuera otra vez y eso solo corroboraba sus sospechas de que el Uchiha ya estuviera en busca de una partidaria para su futuro hijo, eso si no la tenía ya.

Las comisuras de sus labios se curvaron hacia abajo ante tal pensamiento. No podía concebir una idea más dolorosa que la de separarse de Sasuke, por él se había quedado, tenía la opción de irse de la ciudad con una nueva familia y sin embargo no lo hizo. Descartó esa posibilidad, porque lo amaba, tanto que…incluso dolía.

-¿Qué pasó con esa sonrisa boba que te cargabas?- Naruto se dio la vuelta al escuchar la voz cerca de su oído. Permaneció un momento inmóvil, contemplando la expresión indagadora de Menma. Ese día no había reparado en muchos detalles, ni siquiera en los más importantes, aquellos que tantas ganas tenía de descubrir.

-Menma- el saludo fue casi inaudible pero no pasó desapercibido para el aludido, quien, sonriente, tomó del brazo a Naruto. -¿Qué haces?- preguntó el rubio, viendo en todas direcciones.

-Quiero hablar contigo- expuso con calma. Naruto se limitó a seguirlo al patio trasero. Ciertamente deseaba conversar con Menma, preguntarle aquellas dudas que antes no pudo hacerle debido a las interrupciones y la fuerte negativa del muchacho de cabello negro por ignorarlo. Ahora Menma actuaba distinto, primero lo esquivaba, ahora era él quien le buscaba para hablar.

Que irónico, pero a pesar de ello, ni una risilla escapó de sus labios, nada. Seguía alterado por la decisión que había tomado Sasuke, y de la cual no se enteró hasta hace pocas noches.

El patio se encontraba casi desierto, a excepción de un par de estudiantes que se habían quedado a merendar en una de las pocas mesas. Naruto miró en derredor, por un segundo dudó en sentarse cuando Menma lo hizo. Nuevamente le inquietaba cierta cuestión, no había visto a Sasuke durante el receso. Incluso pasó cerca de la fuente en caso de que el Uchiha estuviera ahí, pero no fue así.

Tenía esa enorme duda y nadie mas podía confirmársela sino el mismo Sasuke. Quizás se ausentó ese día, o simplemente lo evadía, cualquiera que fuera la respuesta, lo idóneo sería olvidarlo.

-Toma.

-¿Eh?- Naruto miró confundido el vaso desechable frente a él. Estaba lo suficientemente distraído para no darse cuenta de en qué momento Menma se había alejado a la cafetería. No pudo evitar apenarse por ser tan despistado. –Gracias- retiró con suavidad el vaso. Menma arqueó una ceja, echando un rápido vistazo a su bebida. –Pero no me gusta el café- en realidad si le gustaba, con muchas, muchísimas cucharadas de azúcar y apenas una pizca de cafeína no sabía tan mal, aun así, le recordaba a Sasuke y no quería pensar en él por lo menos hasta que lo viera.

-No es café- sonrió el misterioso muchacho, entregándole nuevamente el vaso a Naruto. –Es alcohol- le aclaró sonriente. Naruto parpadeó, ruborizándose al notar su propia equivocación. Tomó el vaso por pura cortesía y dio un pequeño sorbo.

Bilocación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora