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Cuando Sasuke entró al apartamento, Naruto se entretenía mirando la televisión en la sala de estar. Veía, sin prestar atención realmente a lo que acontecía en la pantalla. A su lado tenía un cuenco de palomitas de maiz.

-Tenemos que hablar, Naruto.

Ante la primer exigencia, Naruto dejó de mascar el puñado de maiz que se había atiborrado segundos antes de que Sasuke se dirigiera hacia él para sentarse a su lado.

Se quedó mirando a Sasuke largos segundos, esperando encontrar algún rastro, la mínima señal de que había estado con alguien.

A pesar de haberse ausentado por casi tres días, Sasuke iba bien vestido como de costumbre. Hasta ese momento Naruto no se había fijado en si se había llevado mudas de ropa consigo. En realidad tampoco esperaba que el Uchiha se ausentara media semana y le evitara también en la escuela.

Apoyandose con un gran trago de soda, terminó de pasarse las palomitas y se levantó.

-Tengo sueño, Sasuke. Hablemos mañana.

No lo dijo, pero interiormente rogaba porque Sasuke lo dejara quedar un poco más de tiempo. Al menos hasta que consiguiera ponerse de acuerdo con Menma. Si Sasuke no lo necesitaba más en su vida, él no podía obligarle a que lo amara. Por dentro se estaba rompiendo, su corazón padecía en silencio. Ya había llorado bastante después de clases, luego de comer en la cafetería con Neji.

El Hyuga, a pesar de su faceta intimidadora, parecía ser buena persona. Le había hecho algunas preguntas personales y después habían quedado de verse el fin de semana cuando acabaran las clases para continuar con el trabajo en equipo que tenían pendiente.

Era un tema relevante que Naruto usualmente abordaría con Sasuke de inmediato, pero sabía que ya no tenía caso. Sasuke pronto saldría de su vida.

-Naruto.

Dificilmente contuvo las lágrimas al ser devuelto al sofá de un firme tirón en el brazo. Los ojos oscuros de Sasuke rezumaban ansias y prisa. Posiblemente la urgencia por terminar su relación.

Vio, entre sus llorosos irises azules, como Sasuke rebuscaba algo entre el bolsillo del pantalón para después negar con la cabeza, aparentemente indeciso sobre lo que quería hacer.

-Tienes razón. Ya es tarde. Hablaremos mañana.

Tristemente Naruto asintió. Fue hasta la habitación que ambos compartían y se dejó caer boca abajo sobre la cama para ahogar el llanto sobre la almohada, hasta que se quedó profundamente dormido.

La vibración del móvil sobre la mesita de noche lo despertó. Sigiloso, Naruto salió de la cama. Los ojos le ardían por las horas que se había pasado llorando. Daba lo mismo. Faltaría ese día a clases. Sería incomodo presentarse en ese estado tan lamentable y además, dudaba ser capaz de poner atención a las clases impartidas.

Inspiró profundo y vio a Sasuke durmiendo placidamente del extremo opuesto de la cama, dandole la espalda. Desde que se había mudado con él, era la primera vez que el Uchiha mantenía la distancia entre ambos.

Y aunque siempre había una primera vez para todo, Naruto se sentía ahogar en sus propios sentimientos reprimidos. Ni siquiera se creía lo suficientemente fuerte para escuchar las excusas que tuviera Sasuke para terminar de apartarlo.

Y sin embargo, lo amaba tanto, que seguía dudando en irse a vivir con su hermano.

De no haber estado Sasuke con él, no habría podido superar el desprecio de los niños en el orfanato. Sus burlas, sus susurros a su espalda, y aquellas miradas de incomprensión que le dirigían y que Naruto nunca pudo comprender.

Todavía somnoliento fue hasta la mesita y tomó discretamente el celular para dirigirse con el al baño. Cerró la puerta con seguro y se apoyó en ella mientras se mordía el labio en medio de su indecisión.

No estaba bien revisar el telefono de Sasuke. Y si este se enteraba, seguramente le iría muy mal, pero

¿Qué importancia tenía si lo pillaba?

A él le prohibía relacionarse con cualquier chico, por qué Naruto no tenía derecho a saber lo que le pudiera estar ocultando. Era Sasuke el que parecía tener más de un secreto, y para bien o para mal, Naruto necesitaba saberlo.

Lentamente pulsó la tecla para abrir el mensaje. Se trataba de un contacto existente.

"Karin"

Al leer leer el nombre, Naruto se entretuvo un poco, tratando de recordar en qué lugar lo había escuchado antes.

Nada.

Tomó aire, se armó de valor y leyó lo que ponía a continuación.

"Sasuke kun, olvidaste algo en tu oficina. Te veré mañana a la hora del descanso para devolvertelo"

La incredulidad surcó el rostro de Naruto por largos segundos, después una honda decepción se abrió paso en sus entrañas.

Una amante.

Sasuke si tenía una amante.

Su nombre era Karin.

En silencio, se mordió el puño, ya sin poder contener el nuevo torrente de lágrimas.

Bilocación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora