ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ₂₂

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— ¡Mierda! no, no lo siento

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— ¡Mierda! no, no lo siento. Me equivoqué, lo siento mucho Ha-neul —Se disculpó apenas se separó de mi.

— Tranquilo, Jiminnie. Esto no cambiará nuestra amistad, ¿si? —Le sonreí. — ¿Tu te sientes bien?

— Si, solo estoy confundido, pero.., pero ya pasará. Lo siento

Dicho eso se alejó y entró nuevamente a la casa, solté un suspiro. Espero que sea una confusión y que pase rápido, no quiero perder su amistad o que haya problemas entre todos nosotros.

Cerré la tapa del basurero y entre nuevamente a casa.

— Que bien que ya entraste, Dae no para de llorar y nadie logra calmarlo. —Namjoon.

Me acerque a Dae y lo cargué con suavidad calmandolo poco a poco.

— Le daré de comer, permiso

Subí a la habitación y me senté en el pequeño sofá, que se encontraba a un costado de la habitación. Me acomodé mi remera dándole del pezón izquierdo a mi bebé, mientras que con una mano acariciaba su cabello.

Suspiré suavemente, desde el mismo día que Jungkook me dejó mi día a día es tan complicado. Me cuenta levantarme cada mañana y recordar cada uno de aquellos recuerdos dolorosos para mí. Me cuesta levantarme y seguir adelante, pero debo hacerlo. Ya no soy una adolescente hormonal que no tiene responsabilidades. Ya soy mamá, tengo un hogar que mantener en pié, un bebé al que debo hacer feliz y darle todos los gustos.

Cuando ví que Dae ya se encontraba dormido le quite suavemente mi pezón de sus labios pequeños y me tape con mi blusa. Lo cargué suavemente, limpie su boquita con el babero celeste pastel y lo acomodé en su cunita dejándolo dormir plácidamente.

Salí de la habitación luego de prenderle la lamparita, bajé hacia la sala y me encontré con los chicos en la puerta, pareciera que ya se estaban por ir.

— ¿ya se van? —Pregunté.

— Si, es bastante tarde y mañana tenemos cosas que hacer Temprano. Es mejor que nos vayamos —Hoseok.

— Está bien, gracias por venir y cenar conmigo —sonreí y saludé uno por uno.

Cuando todos se fueron me dediqué a cerrar con seguro la puerta y las ventanas, corrí las cortinas para que no se viera desde afuera y fuí a la cocina para prepararme un té.

Puse el agua en la pava y luego la puse a calentar. Salí de la cocina y fuí a la sala para buscar unos libros. Me he dado cuenta que cuando salgo del trabajo tengo tiempo libre en casa, así que decidí tomar un curso online de medicina.

Cuando Oí el silbido de la pava fuí hacia la cocina, apagué la hornalla. Tome la pava con cuidado de no quemarme y comencé a echarle agua a la taza blanca que se encontraba sobre la encimera. Deje la pava a un lado y tome el saquito de té para moverlo por el agua caliente.

Vᴇɴᴅɪᴅᴀ ᴀ ᴜɴ Mᴀғɪᴏsᴏ  ʲʲᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora