La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]

13 - La fiesta IV

NOTAS

¡Buenas noches, familia!

¿Creían que se quedarían sin fiesta esta noche de sábado? Se avecina lo más prometedor, lo que tanto anhelan. Sin embargo, he de decir que no he podido terminar el capítulo, aunque está casi todo. 

Mañana actualizaré el resto como si fuera el postre a partir del punto donde lo he dejado, así que les recomiendo estar al tanto de mis publicaciones en las redes para que vean el aviso. 

¡Un abrazote, familia! Lean y disfruten de esta gran noche. 

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La fiesta IV

Claudia ha sido eliminada. Siento que he vuelto a la realidad que estoy acostumbrada en apenas una semana viviendo en la isla, y lo he hecho con fuerza. Fue sencillo deshacerme de mi primera enemiga, que aparecerá en mi Death Note como la venganza más corta de la historia. No me extraña, dentro de la cabeza de miss Humillación solo se encontraría la paja que alimenta su cerebro ovino.

Por el contrario, me falta valor para invitar a Ana a bailar y confesarle lo que siento por ella. Quisiera resolver mis dudas antes de que mis sentimientos se descontrolen. Necesito saber qué opina ella sobre que me gusta y qué piensa hacer al respecto, además de aclararme por qué me trata de forma tan especial que me confunde. Tengo demasiado miedo como para exponer mi vulnerable corazón a cambio de respuestas, por lo que veo en el alcohol un tóxico aliado situacional que me ayude a desinhibirme.

Junto a la barra, trato de coger una botella para servirme otra ronda, pero mi alocada percepción deriva en un desastre. Mis dedos se cierran de forma anticipada y chocan con la silueta cristalina. El efecto dominó se desata de inmediato. La botella en cuestión se precipita sobre la contigua y esta, sobre otra más, sonando como si fueran cincuenta por las que se tambalean a su alrededor. La mezcla de líquidos empapa parte de la barra y cae como una cascada en el suelo.

Me valgo de mi incoherente agilidad para detener el caos. Como si estuviera desplazando una bandeja con un montón de huevos encima mientras camino sobre una cuerda tensada, me las arreglo para regresar las botellas a su sitio y terminar de servirme mi copa. Acalorada y avergonzada por las miradas y risas acosadoras, corro espantada antes de que me acusen de haber menguado las reservas de combustible para los miss Alcohólicos sin licencia +18.

Me refugio en las cercanías de mi niñera, a quien sonrío con especial picardía para que no me riña. Por el contrario, tras el prolongado silencio que se ha apoderado del grupo, Claudia me acribilla con miraditas de odio y eso me satisface porque realza mi victoria.

—Esto es una fiesta, gente. ¡Venga, a divertirse! ¡Alegrad esas caras! —los alienta Ana como toda una animadora.

Sin embargo, los tres lucen como espectros sin alma, especialmente Claudia, que parece que abandonó la fiesta para acudir a un funeral en contra de su voluntad. Solo yo le muestro a mi cuñada el entusiasmo que clama.

♫Fonsi♫

Comienza una canción que prende a Ana como el fuego de un volcán.

—¡Es Despacito! ¡Vamos! ¡A bailar! —exclama Ana radiante.

Mi cuñada confía el vaso en una mesita auxiliar y se lanza hacia la zona de baile con un sensual giro. Si yo fuera más valiente en este aspecto, habría ido tras ella y la habría recibido tomándola de la cintura. Pero me falta alcohol en la sangre porque me he quedado sembrada en el suelo como los otros tres.

Por un instante, reconozco la decepción en el rostro de Ana porque ninguno la acompañamos, pero eso no la derrumba. Mi cuñada se menea como un mar embravecido, ondeando su cuerpo como salvajes olas que, a su vez, culminan en una danza delicada y pacífica. El vaivén agitado de sus hombros armoniza con el seductor contoneo de sus caderas.