Palabras

33 1 0
                                    


Lee HeeSeung no era bueno expresándose, era algo de lo que carecía notablemente. Simplemente no podía conocer al cien por ciento el momento y palabras indicadas para cada ocasión.

Así que, siempre lo expresaba de distintas maneras, prefería no someterse a lo verbal.

Pero una vez que conoció a SungHoon, trató de distintas maneras darse a entender, a conocer, pero los intentos eran en vano.

Aún así, Lee HeeSeung nunca se rindió.

—Won, no quiero pensar en eso ahora... Es evidente que no voy a poder ir, tengo que preparar las cosas para mañana, estoy muy fuera de fecha con muchas cosas. Lo siento, será para otra ocasión.

El azabache quería ir, tenía tantas ganas de compartir una barbacoa con sus compañeros de trabajo, tomar un poco y reír hasta acabar sin energías.

Lamentablemente, su cabeza solo pensaba en terminar su guión para mañana.

—Está bien, Hee, te escribo luego para ver como vas, cuídate, fuerzas!—mencionó su compañero, JungWon, colgando desde la otra línea.

Deprimido, castigado, abrumado, así se sentía y lo que le molestaba más era que no podía hacer mucho al respecto.

Ojalá recibiera el mensaje de alguien en específico ahora mismo, pero seguramente esa persona también esté en la misma situación. Qué decepcionante.

No era más que un sentimiento oprimido, pesado, ansioso y ahí es donde los pensamientos intrusivos; sus mejores amigos, llegaban.

La locura nunca se apoderó de él, tampoco llegaría a ese punto, no era demasiado inestable como para pensar en hacer cosas irracionales. Pero esas citas con el psicólogo lo delataban un poco, era inestable.

Sin embargo tenía a SungHoon, lo tenía a él. Park era su persona más preciada, se conocieron de una manera bastante peculiar, pero HeeSeung quiere creer que fue el destino encontrarse con alguien tan maravilloso como el castaño.

Seis Años Atrás 𓂅

Llámalo introvertido, o como quieras. Lee HeeSeung se sentaba en el último asiento de su clase, con los audífonos puestos la mayor parte del tiempo, escuchar música era tan importante para él como estudiar.

No tenía muchos amigos, lo conocían por sus buenas notas, pero al parecer nadie se le acercaba. Iban y venían en grupos al salón, pasaban por su lado, jugaban, conversaban, salían juntos, grupos de estudio, de esas cosas y muchas cosas HeeSeung estaba consciente.

Tampoco se acercó mucho a ellos, no tenía mucho de que hablar, no era bueno sacando temas de conversación y la música era lo único que necesitaba para estar bien.

Estaba bien, se sentía bien.

—¡Lee HeeSeung, cuidado!

En un rápido instante sintió un fuerte ardor en la parte posterior de su cabeza. Dolía bastante, le empezó a salir sangre de la nariz. Se dió cuenta que había sido golpeado muy fuerte por una posible pelota de fútbol.

Su audífono izquierdo había caído por el impacto. Él estaba reteniendo la sangre mientras miraba hacia arriba, con su mano derecha aplastando su nariz para que no manchara su ropa.

—Lee, ¿estás bien? Parece que te impactó muy fuerte, vamos al tópico.

El tutor se lo llevó hasta el segundo piso, pidiendo permiso al profesor de educación física para justificar su ausencia.

SOUR TASTE © | 𝖧𝖾𝖾𝖧𝗈𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora