Capitulo 3

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- ¿Qué les dijiste? - jugaba con el lóbulo de mi oreja.
- Qué te importa Claudio - le dije riendo.
- Está bien no me digas, sirve que continuamos con lo que dejamos pendiente - bajó a mi cuello, donde comenzó con pequeños besos.
- Clau... - alargué girándome hacia él - Podrían subir en cualquier momento - ambos hacían sus tareas abajo en la sala. Rodó los ojos, me soltó y se giró en la cama dándome la espalda. Rei -¡Por qué me das la espalda! - le reclame.

- Porque podrían subir en cualquier momento - dijo imitando mi voz.
- En primera ¡Yo no hablo así! - dije riendo- Y en segunda...- me hinqué en la cama para después sentarme sobre el poniendo mis piernas a sus costados. Una vez más se giró pero se quedó de frente al techo para poder verme -Si me detengo, es por tus hermanos - puse mis manos sobre su pecho - Claramente no es porque yo no quiera - sonrió pícaramente - Además tenemos mucho tiempo - ahora yo comencé a besar su cuello - Si quieres podemos faltar a clases mañana - susurré en su oído sensualmente

- Haz faltado tres días seguidos, te quitarán el derecho a presentar con una falta más - sus manos se posaron en mi cintura y rápidamente giró
haciéndome quedar debajo de él.
- Valdrá la pena - mordi su labio inferior provocandolo.
- No, no te retrasarás - me retó.
- Está bien, está bien - le dije riendo y lo tomé de la barbilla atrayéndolo a mis labios.

Me besaba con esa forma tan única y especial que hace que todo a nuestro alrededor se desvanezca. ¿Cómo pude ser tan estúpida al creer que amaba a León? ¿Cómo fue que llegué al límite de jugar con los sentimientos de alguien más? En fin ya era pasado. Había que vivir el presente. Nuestro presente.

Mis manos subieron hasta su cabello, enrollé mi índice en uno de esos marrones mechones de cabello, sin que el acompasado ritmo de nuestros labios se detuviera. Mientras que sus manos impartían suaves pero a la
vez provocativas caricias en mi piel por debajo de mi blusa. Con un rastro de besos fue bajando por mi mejilla hasta mi cuello donde comenzó a succionar de éste.

- Me dejarás marca - reí y me estremeci por todas las sensaciones que producía en mi.

-¿Y? - preguntó y regresó a su accionar - Eres toda mía - sonó tan posesivo, pero a la vez tan tierno que senti desfallecer.
- Toda. - le confirmé e hice mi cabeza hacia atrás dándole a entender que podía hacer conmigo lo que fuera su voluntad.

- Clau ya termi... Ups - que quede claro que yo le advertí que esto podía pasar. Claudio se separó abrupto de mí.

- Mariana... - dijo pasando con nerviosismo su mano por su cabello.

- ¡Ew! - arrugó la nariz - Se dieron un besito en la boca - con su indice señaló hacia su boca como si se produjera vomito.

- Sí, sí - Claudio se puso de pie - Ew - la imitó - Espero y pienses hasta los 40 de esa forma acerca de los besos - celoso - Vamos a ver tu tarea - ambos salieron de la habitación y yo simplemente no podía dejar de reír.

(…)

Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos cuando bajamos del auto. Me gustaba mucho la idea. Ahora era más
que claro que estábamos juntos.

- Ay pero qué linda pareja - esa oración desbordaba sarcasmo.

- Gracias Antonia - contesté igual y sentí como Claudio apretaba mi mano para que solo la ignorara. Me di la media vuelta y fulminé a Claudio con la mirada.

Me, Myself & HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora