-¡Corran, corran, corran! - grité mientras bajaba corriendo las escaleras acomodándome la chaqueta-¡Pero aún no estoy lista!- me giré para ver a Mariana quien traía un cepillo para el cabello en las manos - ¿Me haces una coleta como las que me hace Emi? - ellos aún no estaban enterados. Solo creían que Emilia estaba en casa de su madre.
-¡Claudio tengo hambre! - escuché a Pablo desde la cocina.
- Dame el cepillo. - le dije a Mariana y me lo entregó - Ahora ven- le dije mientras caminaba hacia la cocina - Saca leche y cereal, no hay tiempo para otra cosa - senté a Mariana en uno de los bancos de la barra, intenté cepillar su cabello y hacer una coleta - ¡Listo!
- Claudio no hay leche. - maldije por dentro.
-Entonces jugo.
-No comeré cereal con jugo ¡Ew!-se quejó Mariana
- Yo tampoco.
-¡No iré a comprar leche ahora! ¡Está claro! - dije con desespero -Coman cereal y punto.
-Ya quiero que llegue Emi -susurró Mariana mientras comía el cereal sin ganas. Pablo concordó con ella y asintió con la cabeza.
Tendría que hablar con ellos esta tarde.
-¿Ya? - pregunté pero más bien fue una orden.
Ambos se pusieron de pie, Pablo corrió por las escaleras para buscar su mochila. Caminé a la puerta con las llaves en la mano.
-¡Es horrible! - gritó Mariana
-¿Qué es horrible?-pregunté volteando a verla.
-¡Mi peinado! - gritó una vez más antes de
ponerse a llorar.-¡No encuentro mi mochila! - ahora Pablo gritaba desde arriba.
¡Esto no podía estar pasando! Habíamos vivido más de dos años solos, sin la ayuda de nadie y ahora al irse Emilia todo parecía desequilibrarse y ya estaba al borde de la locura.
-¡Pablo en la sala! Yo que se ¡búscala! - dije tratando de tener toda la paciencia del mundo.
Me agaché para quedar a la altura de mi hermana- No es horrible, siempre luces hermosa. - le sonreí-Llama a Emi. - dijo entre llanto.
-No Mariana.
-No quiero salir así. - su llanto aumentó al igual que mi desesperación y enojo.
-Mira haremos esto... Llegamos rápido con Ally y ella te peinará ¿Si?-sorbió por la nariz y limpió sus lagrimas con la manga de su suéter.
-¿Y por qué no Emi?
-¡Porque no! - grité ya cansado de que la
mencionara, Mariana se asustó ante mi fuerte tono de voz y una vez más se volvió un mar de
lágrimas.-¡La encontré! -finalmente llegó Pablo con su
mochila.-¡Al auto ahora!
Emilia's POV
Baje del taxi nerviosa, la simple idea de verlo y no poder acercarme a él, de no poder abrazarlo, no poder besarlo era aniquilante para mi. ¿Su próxima pareja seria Antonia?
-Tal vez hasta ya lo sean- pensé y unas ganas de llorar me inundaron. Se me rompería el corazón verlos caminar juntos.
-Hola - con voz baja salude a Silverio.