Capitulo 13

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- Por qué no mejor regresa a su casa y mañana en la mañana le digo a Emilia que vino a buscarla y ya que ella le llame - me paré a un lado de la puerta esperando a que saliera.

- Sé que hablo muy claramente y puedes procesar lo que te estoy diciendo. - articuló como si fuera un completo estúpido al que le hablaba -Respira, tranquilízate, respira. - Y no te conviene hacerme enojar, ella es menor de edad, fácilmente irías a prisión.- carcajeé ante su estúpida amenaza.

- Mire. - conté internamente hasta diez, ya que no dejaba de ser la madre de Emi - Yo no tengo aquí a nadie a la fuerza. Ella el día que quiera puede tomar sus maletas e irse con usted, pero dudo que eso suceda - dije burlonamente y su rostro se pintó de rojo.

- ¡Escucha muy bien lo que te voy a decir! - dijo ya más que enojada señalándome con su dedo índice.

- ... Ten mucho cuidado con lo que vas a decir - la voz de Emi venía desde las escaleras.

- Emilia Ruiz qué bueno que estás aquí, trae tus maletas y vámonos.

- ¿Quién te dijo que estaba aquí?- dijo con una enorme frialdad. Era sorprendente lo duro que podía hablarle. Yo ni en sueños había sido capaz de hablarle así a mi madre.

- Eso no importa.

-¿Quién te dijo que estaba aquí? - repitió bajando las escaleras.

- Silverio... Pero ya hablaremos en la casa - mi cuerpo se tensó, ahora si me tocaría ajustar cuentas con el imbécil de Silverio.

- No gracias, mira ya es tarde y hay niños dormidos que te parece si te visito un día de estos, claro si tienes tiempo. - prácticamente la corrió - Revisa tu agenda tal vez tengas algún espacio en algunos... ¿Dos meses?

- ¡Emilia! - dijo en un tono de impresión.

- Vete por favor. Deja de fingir que te intereso.

- ¡Claro que me interesas! Lo estoy haciendo por ti, esto es... Es ¡un error! Tú no puedes salir y mucho menos vivir con ¡él! -me señaló una vez más.

- Sí puedo. Es mi novio y lo amo. - esto que subía mi orgullo.

- Pero el jamás...

- Basta. - no la dejó terminar. La verdad quería que la dejara hablar quería saber lo que detestaba tanto de mi. Además de que tenía que mantener a mis hermanos, mi ausencia de padres, mi forma de vestir, mi vehículo y... Está bien prácticamente me odia por completo.

- Piénsalo. - acomodó su saco - ¿Qué te puede ofrecer éste? - eso si me ofendió. Yo podía ofrecerle mucho más que cualquiera.

- Cariño, aprecio... Un verdadero hogar. - esta vez yo hablé - Tal vez no puedo darle muchos lujos. - bajé la mirada pero Emi tomó mi mano - Pero puedo asegurarle que aquí estará mejor que en cualquier lugar.

- De amor no se vive niño tenlo bien presente. - dijo con repulsión - Prepara tus maletas, no te quedaras por mucho aquí. - salió de la casa y la puerta se cerró tras de ella.

- Perdóname, discúlpame, lo siento... - su voz era amortiguada ya que se hundió en mi pecho abrazándome

- ¿Por qué te disculpas? - reí.

- Mi madre...

- Hey... Tranquila, nadie elige a su familia - soltó una pequeña risa.

- Estúpido Silverio. - murmuró y concordé con ella.

- Ya me arreglaré con el mañana. - afiné mi mirada y Emilia ahogó un grito.

- ¡No! Déjamelo a mí, yo me encargaré del bocón ese.

- Ya veremos mañana, el primero que lo vea se arregla con el - tomé su mano y la entrelacé para después guiarla a las escaleras. Ella subía un escalón atrás de mi cuando preguntó

-¿Un verdadero hogar?

- Para mi somos una familia, algo extraña...-me golpeó jugando - Solo bromeaba - me retracté y me detuve para que me alcanzara. Pasé un brazo por sus hombros.

- ... Muchos hijos - dijo y vaya que me sorprendi - Yo quiero tener muchos hijos - hablaba pensativa, seguramente imaginaba.

- ¿A cuántos te refieres por muchos? - no me aterraba la idea de ser padre, ya que prácticamente desempeñaba ese papel con Mariana y Pablo. Lo que me aterraba era que Emilia quisiera
formar todo un ejército. ¡Y seguramente de niñas! No puedo ni imaginarme la cantidad de vestidos que tendría que comprar, habitaciones de rosa por pintar y novios a los cuales espantar.

- Tres... Tal vez cuatro o hasta cinco- sonrió - Quiero la casa siempre llena y que cuando seamos viejitos - no había mas que ilusión en su rostro - Las cenas y reuniones sean grandes festejos, con nietos y hasta bisnietos- ella simplemente quería una familia.

- ¿Te imaginas? A nosotros de viejos - carcajeé.

- Peleando cada cinco minutos - ambos reímos.

Emilia's POV

-¿Eres estúpido o te haces?

-¡Claudio en qué quedamos!-reproché.

- Yo lo vi primero, yo me encargo de él. - se sacó la chaqueta y la lanzó en el césped, me puse en medio ya que casi se le lanza encima a Silverio.

- ¡Yo lo vi primero! - era verdad - Hasta te dije ahí está Silverio yo me encargo.

-Si son adorables sus discusiones. ¿Ya me puedo ir? - dijo Silverio con ironía y fastidio.

- ¡No! - gritamos Claudio y yo al unísono haciéndolo sobresaltarse un poco. Ambos reímos como viles brabucones. Al menos Claudio ya lo era.

- Llegaré tarde a álgebra - reclamó y obviamente no estaba en posición de hacerlo.

- No, Emilia y yo llegaremos tarde a álgebra... ¡Tú no! Con suerte y en una semana podrás volver a clases o al menos ponerte en pie.

- ¡Basta Claudio!

- ¡Quiero que lo intentes idiota!

- ¡Gil cállate!

-¿Que lo intente? ¡Já! mejor cállate si no quieres que te desfigure.

-¿Saben qué? Así no se puede. - me dejé caer en el césped, crucé las piernas como indio y también crucé mis brazos - Cuando terminen de decirse cosas me avisan.

Me, Myself & HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora