Prólogo.

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Camila tenía 18 años cuando lo conoció a Alejo, mientras que el disfrutaba de sus 20 a pleno.
Ambos jóvenes inquietos, y nocturnos se buscaron durante mucho tiempo en otras personas, hasta que finalmente dieron el uno con el otro.
Se llevaron al amor, la felicidad, la pasión y el dolor que deja el desengaño. Pero ninguno pudo romper con el patrón que los hacía volver a las camas impropias, aunque aquello les costara la estabilidad de sus vidas.

Lo fugaz de la noche, el veneno y desamores desaparece cuando la ve por primera vez.
Cuando la música, la droga y la joda toman un lugar más importante, es difícil volver a dónde todo empezó. Pero a Alejo no le preocupa, porque la tiene a ella que lo banca en todas.
Se perdía en su mirada cada vez, y se declaró maniatado con todo lo que sentía por ella.
Hasta llegar a morder el bozal que le impidió sacar sus dientes e hincarse en la carne tan tierna, ella ya no estaba.

Mordiendo el bozal x YSY A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora