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                                                                           Alejo

Flashé mal
Jefa
Contestame
Eu
Eu
Perdoname

Cami

Nv, ya fue.
Visto 7:56 am.

Borré las conversaciones.

Habían pasado dos meses desde ese primer encuentro en la plaza, y entre medio alguna que otra salida ...
Fueron bastantes.
Hasta que esa noche que la cagué a más no poder.

Movía sus caderas de un lado a otro, subiendo y bajándolas según la canción que sonaba.
A su lado su hermana mayor, Juli, que le pasó el porro al momento de ser encarada por Mauro.
Me mordí el labio suavemente, y observé a la castaña que continuó bailando.
Llevó lo que restaba del cigarro a su boca, para darle una profunda calada antes de alejarlo, y tirarlo al suelo.
Me aproximé a ella, y dejé que sintiera el frío de las joyas adornando mis dedos cuando posé mi mano en su cintura, apretándola al apegarme a su espalda.
Ella volteó a verme con una sonrisa por encima de su hombro, y sus ojos achinados, como siempre que nos encontrábamos, los dos re locos.

— ¿Cómo es eso de que andas bailando sola? — Hablé lo suficientemente alto contra su oído para ser escuchado entre toda la música.— Me estabas esperando a mí, ¿o no? — Con total impunidad la apoyé,  y ella desvió la mirada hacia adelante, sonriendo embobada antes de bajar la vista luego de encontrarse con la de su hermana.

— No te me hagas el gato, que yo ya te avisé, eh. — Pegó un poco su espalda a mi pecho, para recargarse y continuar bailando, mientras que yo intentaba seguir los movimientos de su cadera para no despegar mi delantera de ella.

— ¿Qué me avisaste? ¿Del quebrado de tu novio? — Chasqueé mi lengua contra mi paladar, al buscar un sonido de negación y reí sobre su hombro.— Vos te mereces un wacho de verdad. Que te reviente toda, que te moje toda. —Mi mano se apretó un poco más, y se adelantó a su abdomen, antes de buscar descender.— ¿O me vas a decir que no te caliento? —
Cerró los ojos para disfrutar de aquel breve encuentro, y negó con la cabeza mientras reía, sin dejar de bailar. Sonreí contra su cuello, dejándole sentir el filo de mis dientes contra su piel antes de dar un beso. Su mano tomó la mía que se encontraba bajando por su pelvis, y yo aproveché el contacto para tomarla con firmeza, así tirar de ella para que me siguiera mientras me abría camino entre las personas, hasta llegar a un pasillo más bien alejado de todos, tambaleándome debido a los altos niveles de alcohol encima. Ella reía y negaba con su cabeza suavemente al repetir "estás re en una, wacho".
Llevé ambas manos a tomarla de la cintura, y encaré a su boca, pero las manos de la menor fueron más rápidas y tomaron mi rostro para rediccionarme a su cuello, dónde no dudé en dejar besos, y alguna que otra mordida.

—No flashes, Alejo. — La sonrisa en sus labios no desaparecía, me empujó suavemente bajando sus brazos a mi pecho, y ahí pude verla sonriente como siempre. Reí por lo bajo y alcé mi mano derecha para tomarla del mentón, pero entre risas la más baja buscaba esquivar mi boca.
No le tomé mucha importancia y volví a su cuello, besando con suavidad, pero aumentando la intensidad cuando mis manos se adueñaron de su culo, tomándola con fuerza para apretarla más a mí. Pero fue entonces cuando ella comenzó a negarme con más intensión en sus palabras, hasta que intenté meter una de mis manos por debajo de la tela de su falda y finalmente se plantó.

Mordiendo el bozal x YSY A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora