Sus brazos perdieron la fuerza gradualmente y su agarre prontamente se vio afectado.
La vida era una especie de bromista de mal gusto, y por alguna razón él era el blanco perfecto para sus mofas.
—¡Perdone usted a mi hermano por favor! — mencionaba la pequeña desde algun lugar muy lejano de su mente.
Él, simplemente no podía reaccionar.
Aquellos muchachos, ese par... Ahora que se ubicaban uno junto al otro provocaban que sus ideas fueran un revoltijo en su estómago. Sentía nauseas, más no de asco, quizás era el resultado de una emoción que no lograba comprender.
¿No estaba enloqueciendo? ¿Podría acaso ese niño...? Pero no podía negar la similitud de la niña con Kyojuro y.. ¿Podría ser que ambos...?
Su mente estaba a punto de explotar si seguía divagando.
— No le supliques a este viejo Nozomi — reclamó el muchacho a la vez que abrazaba a su hermana.
Los ojos de Giyuu viajaron en silencio hacia el último que habló. Le recorrió de pies a cabeza y, debido a ello, una lágrima amenazó con escapar de sus ojos.
Estaba malherido, no solo su rostro, tambien lo estaban sus manos y nudillos. Seguro había sido sometido a los típicos castigos que se llevaban a cabo en el distrito cuando un ladrón era atrapado.
Su ropaje era un desastre, ni siquiera podía asegurar que el chico lo consiguió cuando aún estaba en buenas condiciones.
La vida había sido difícil, y él, la había enfrentado completamente sólo.
Sin poder soportarlo más desvío su mirada hacia un rincón y apretó sus labios para evitar cualquier sollozo.
Aquel muchacho frente a él, era su hijo. Su pequeño, aquel bebé que hacía seis años había dado por muerto.
— No hables así Karui — boquiabierto, el ex-pilar se volvió a mirarlos — Tomioka-sama es la persona más amable que he conocido, él.. Él es cómo un padre para mi... — dicho esto sus humedecidos ojos brillaron a la luz de las linternas.
Ahora analizó por completo a la niña que acababa de mencionarle. Sus rubios cabellos terminados en mechones morados, su pálida tez y el violáceo de sus ojos. Esta descabellada idea jamás hubiera pasado por su mente sin enfrentarse a aquella situacion.
Criada desde que tenía memoria en un prostíbulo, rodeada de mujeres que le enseñaban diversas técnicas para complacer a un hombre, como si no existiera otra aspiración en esta vida.
Viendo día tras día a sujetos en estado de ebriedad que quizas cuantas veces habían intentado acosarla.Ya no tenía la menor duda pero ¿Quizás eran gemelos?¿Acaso si quiera era eso posible?
Entonces vino a su mente la promesa que hace años atrás le hizo a Rengoku, y ahora se hizo añicos frente a sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
"La luna ya no brilla" [GiyuuShino]
Fiksi Penggemar«Decidir morir es fácil, pero vivir... Vivir requiere de mucho coraje.» Secuela de la novela headcanon "La luna está preciosa". Disclaimer: Ni Kimetsu no Yaiba ni sus personajes me pertenecen, son obra exclusiva de Koyoharu Gotōge.