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Headcanon: Heavy siempre le compró dulces o chocolates a Dee.

«Random»

Subió saltando las escaleras una por una mientras tararea una canción pegajosa que aprendió en la clase de artes con su profesora favorita.

Tocó entusiasmado la puerta y se balanceó con las puntas de sus pies mientras escuchaba el permiso para entrar.

Sus labios hicieron una enorme curva en una sonrisa gigante y, aunque al inicio ingreso a la habitación con pasos precavidos, terminó corriendo efusivo hasta la cama.

Ahí está su mejor amigo acostado, tapado hasta el cuello con la cobija. Desde la cama lo mirá y Heavy le devuelve la mirada con alegría.

Lo extraño tanto ¡Hoy no lo pudo ver en la escuela! Dee estaba enfermo así que pasó solito el día. Pudo jugar con otros niños pero, aunque el rubio sea mayor, siempre están juntos y lo echó tanto de menos.

Dee estaba enfermo con una fea gripa, se le notaba por la nariz roja, igual que sus mejillas y ojos hinchados. Pero eso no le impidió acercarse.

—¡Dee, mira lo que te traje! —exclamó contento mientras se dejá caer en la cama junto a las piernas de Dee— Extiende tu mano.

Su mejor amigo hizo lo que le pidió sin rechistar. Dee es muy callado pero no le molesta. En la mano del rubio dejó caer un pequeño chocolate que compró en el camino de regreso a casa.

—¡Te traje dos chocolates! —dijo felizmente mirando a Dee.

Dee alzó una ceja y arrugó los labios. Después de ver la golosina que Heavy puso en su mano, lo volteó a ver.

—Aquí solo hay uno —contradijo Dee.

Heavy se sonrojó avergonzado y jugando con un pedacito de la cobija con la que Dee está tapado, le contestó.

—Es que yo me comí el otro.

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