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Headcanon: comenzaron su relación cuando Heavy tenía 18 años y Dee 19. Se acompañaron, es decir, comenzaron a vivir juntos a los cuatro años y se casaron a los cinco años de haber comenzado su relación.

«Random»

Estaba nervioso y literalmente no tenía ni idea de cómo iba a salir aquello. Ansioso desviaba la mirada a todos lados y sus manos no se quedaban quietas. Este sería el gran día de ambos y no quería que algo se arruinará.

Heavy y él habían trabajado tanto para tener todos los decorativos que quería en su boda y realmente oraba para que un terremoto no les tirará el pastel de cinco pisos.

Las invitaciones que habían enviado eran pocas. Heavy sabía que quería una celebración privada, solo entre aquellos que consideraban cercanas; sus familias, amigas y uno que otro invitado de la facultad de la universidad.

Lif le agarró la muñeca deteniendo el insistente movimiento de sus manos. Levantó la mirada que recientemente había puesto en el pasto verde y en los incestos que por ahí pasaban. La ceremonia sería al aire libre. Ella le sonreía intentando calmarlo y él solo suspiró rendido.

—Todo saldrá bien —Lif dijo con total sinceridad para ayudarlo.

—¡Lo sé! —contestó alterado en susurros para no llamar la atención de los demás invitados y mucho menos de su padre y tía Lidya— Pero no veo a Heavy desde ayer y me aterra que me dejé aquí como idiota ¡Dime qué ya le mandaste a Diana un mensaje!

—Aún faltan algunos minutos, relájate.

—¡¿Cómo me puedes decir eso cuando estoy a punto de casarme?!

—Heavy te ama demaciado como para dejarte en el altar. Diana ya me avisó que ya vienen ¡Así que mantén la calma!

—¡Cuándo te cases con Diana entenderás mi suplicio!

Suspiró mientras asentía sin estar calmado.  Y cuándo menos lo espero, las campanas comenzaron a sonar junto a aquella música que acompaña a la novia, o bueno, al novio al altar. Eso captó su atención de inmediato y cuando miró a dónde entraría el novio junto a Diana, se quedó sin aliento.

Su boca se abrió al verlo que incluso Lif riendo le codeó el hombro para que la cerrará. Es que al verlo, se quedó sin habla. Ese traje blanco le queda estupendo y el cabello recogido en una trenza le queda hermoso. Seguro que trae algo de maquillaje, lo nota por lo atractivos que se le ven los labios que le sonríen con timidez. El ramo que trae en las manos es negro, rosas negras que Heavy había pedido.

Entonces comprendió que si. Si quiere casarse con esa persona que parece estar igual a él, sufriendo un ataque de pánico, nervios y ansiedad mientras que todo el alma grita feliz, alegre y emocionado. Como si no encontrará el momento para gritar «¡Si, acepto!»

Cuando Heavy llegó hasta a él, le beso la mejilla con timidez, como sí nunca antes hubiera podido acercarse ahí. Heavy río bajito mientras miraba el piso.

—Te amo —murmura solo para él.

—Yo también te amo, Dee.

¡Deavy Book!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora