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Headcanon: Heavy le gusta hacerle mimos en la cabeza a Dee.

«Random»

Ambos están en una boda ¿De quién es la boda? Heavy no tiene ni pinche idea, él solo siguió a su madre porque se dió cuenta de que Dee iría también.

Ahora están sentados los dos solitos en una de esas amplias mesas para seis personas. Estaban aburridos entre un mar lleno de tan poca gente porque la mayoría ya se han ido a sus casas.

Las únicas personas que se quedan son las que en estos momentos están disfrutando de la música en la pista de baila.

Vinieron a esta fiesta con todos sus seres queridos. Su madre soltera, el padre soltero de Dee, el tío buena onda de Chess, la tía feminista Anna y ellos dos ¡Pero Diablos! Que aburrido.

Su madre se fue con Glam, lo que no es extraño, Glam siempre está cerca de Victoria y Chess logró sacar a su tía a bailar. algo que le sorprende demasiado, pero que más da ¡Sigue aburrido!

No sabe que hacer y desgraciadamente su teléfono ya no tiene pila desde hace un buen rato. Maldice no haberlo puesto a cargar antes de salir.

Observa a Dee. Su mejor amigo de quince años está recostado en la silla mirando el teléfono con fastidio. Lo conoce tan bien como para saber que él también tiene ganas de largarse de ahí. Está seguro que la próxima vez ambos pensarán mejor antes de ir a una boda con sus padres.

El teléfono de Dee seguro tiene mucha carga y puede asegurar que si se lo pide, ruega y prometes muchas cosas, el rubio se lo dará para que se entretenga mirando lo que sea que él tenga ahí y este permitido verlo. ¿Pero para qué? Su mejor amigo ni siquiera está sonriendo como para molestarlo.

Suelta un molesto gruñido que más parece imitación de un gato enojado. Su resoplido llama la atención de Dee que levanta la mirada para verlo y luego la regresa al teléfono.

Se remueve en la silla que ahora le parece tan incómoda y sofocante. Quiere moverse, levantarse y salir corriendo de ese lugar. Las piernas se sienten entumecidas y no sabe si le duelen los dedos de los pies por los zapatos o por estar tanto tiempo quieto.

—¡Me quiero ir! —dice con desesperación lo suficientemente alto solo para que Dee escuché, sin embargo, este no le hace caso.

Observa a otros lugares del salón que, al inicio le parecieron tan hermosos, y que ahora le parecen tan sofocantes.

Su ojos se enfocan en la mesa cuando oye un ruido ahí. Ve a Dee dejar el teléfono y de paso recostar su cabeza también. Con solo ver el entrecejo fruncido, la boca apretada y los ojos rojos puede asumir que se está muriendo del sueño.  Y no es el único.

Ni comida tienen como para evitar dormirse.

Mira el reloj en el teléfono de Dee que solo resopla por su acción, no obstante, no evita que lo haga. Pasan de las once de la noche.

No son exactamente personas que se duerman temprano pero el aburrimiento es tan grande que irse a la cama parece tan tentador.

Levanta la mano sin ganas solo para ponerla sobre la cabeza de Dee y mover los dedos entre el cabello rubio de su mejor amigo. Son mimos que ambos están muy acostumbrados. Dee los recibe porque a Heavy le gusta enredar los dedos en el cabello de Dee y Dee porque son tan placenteros los suaves masajes que no se queja.

Dee cierra los ojos y Heavy sonríe al ver que hay muchas probabilidades que se quede dormido. Y supone que está bien, después de todo no tiene las ganas suficientes como para sacar conversación.

Quien sabe y hasta terminé dormido junto a su mejor amigo en esa mesa de seis.

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