¡Problemas con Papa!

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Pasan las horas y el culto se termina, James, Leah y Margaret hablan de lo precioso que estaba el servicio, las adoraciones y el mensaje y lo mejor de todo, el mover del Espíritu Santo en medio de la congregación.

-Margaret: Wow, gloria a Dios, enserio que estuvo hermoso todo, me gustó mucho.

-James: Sin duda que sí, cuando gusten las puertas de la iglesia están abiertas por si deciden seguir viniendo ya saben. –Dice James mientras camina con sus nuevas amigas.

-Leah: Si, claro que vendremos, gloria a Dios.

-¿Vamos por unos helados antes de llevarlas a su casa? –Pregunta James tomando las llaves de su auto.

-Siii, ¡Vamos! –Exclama Margaret emocionada.

-Leah: Vale, está bien. –Sonríe apenada.

Van los chicos por los helados y lo disgustan en dirección a casa, mientras James se estaciona para dejarlas frente a casa, Margaret se apresura a bajar mientras Leah aún seguía con James en el auto.

-Margaret: Dios te bendiga James, muchas gracias.Dice desde la puerta de su casa.

-James: Gracias por acompañarme señorita.

-Leah: -Despide una leve sonrisa- No hay de qué joven.

Joseph, el padre de Leah, ve desde la ventana a James y a Leah sonriendo juntos y mal interpreta totalmente todo.

-Leah: Hasta luego –Agita su mano despidiéndose de James.

-Padre (Joseph): ¿Qué fue eso? –Dice mirando a su hija a los ojos.

- Leah: ¿Qué cosa? –Pregunta.

-Ese joven te está coqueteando, no me digas que no porque lo vi todo. –Dice el padre sin tener nada más que las pruebas de una sonrisa pequeña.

-¿Qué?, no... En ningún momento: James es muy respetuoso, solo se despedía de mí y sonreímos, nada que ver con algo más. –Dice Leah nerviosa.

-¿Sabes qué? No saldrás con ese joven, por lo menos no antes de saber quién es y cuál es su intención, nadie va invitando a las personas así por así a un lugar sin conocerla. –Dice el padre con tono serio.

-Por favor papa, comprendo pero no incluyas a todo mundo en la misma bolsa, no todo el mundo puede tener el corazón negro y claro, ¿Cómo no vas a tener inseguridades? si aún no le has dado la oportunidad a Dios de trabajar en ti y que todo lo que ves como oscuro puedas verlo claro gracias a su luz admirable. –Dice Leah con una voz firme.

-Calla, ¿De qué hablas? Dios es solo un cuento, déjate de tonterías, tú y tu hermana solo pierden el tiempo, solo deberían enfocarse en estudiar y ser mujeres de bien. –Le grita el padre molesto.

-Escúchame bien papa, ahora no lo puedes ver pero Dios es más real que este mundo físico y todo lo que lo rodea y yo sé que lo vas a reconocer pronto porque Dios te ama y quiere salvar tu alma. –Dice Leah yéndose a su cuarto entre lágrimas.

Leah se acuesta en su cama llorando mientras cae sobre ella el sueño, y se queda dormida.

· James:

James tan feliz llega a casa luego de dejar a Leah y a Margaret.

-¡Hijo!, -Exclama John, padre de James.

-Papa, pensaba que estabas dormido, disculpa no salude, no te vi. –Dice James acercándose al estudio de su padre.

-John (Padre): No te preocupes, es cierto que cuando regreso de la empresa voy directo a la cama. ¿Cómo estás?

-James: Bien, vengo del servi... –James interrumpido por su padre no termina la frase.

-Ah, aun vas a la iglesia, ¿Porque pierdes el tiempo con eso James?, hay cosas más importante que hacer, recuerda que todo lo que tengo es tuyo, esta empresa es tuya, debes de estudiar para que sepas manejarlo, enfócate en ello, no salgas a perder tu tiempo, la Arquitectura no va de la mano de la biblia, la arquitectura va de la mano con los estudios y la dedicación. –Dice el padre de James.

-Lo se papa, pero sabes lo mucho que amo a Dios y lo feliz que me siento sirviéndole, sabes que si estudio, pero ¿Alguna vez pensaste en que quiero yo papa? Solo quieres que me quede a cargo de tu imperio y sé que es para que yo quede bien si un día faltas como tanto dices, pero no es lo que yo quiero, lo que quiero es a Dios, trabajar para Dios y ser lo que Dios tiene determinado para mi... ¡Sí!, sigo estudiando arquitectura pero también sigo sirviéndole a Dios. –Dice James con un tono serio.

-John (Padre): Vale, está bien pero enfócate recuerda eres mi hijo antes que misionero.

-James: Ay papa, te amo pero como le dije a una joven muy bonita... "Si agradara a los hombres, no sería siervo de Jesucristo." (Gálatas 1:10), Dios te bendiga, descansa, me iré a dormir. –Dice James mientras se aleja por los grandes pasillos de la misión Dubois.

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