Vaya día, Dios mío. –Dice Leah mientras cierra la puerta tras ella. Hola a todos ¿Están en casa? –Grita.
Miriam: Hola hija estamos en la cocina.
¡Oh Mamá! –Exclama mientras la besa en la mejilla. ¿Dónde está Papá y Margaret? –Pregunta.
Tu padre en el despacho hablando con su jefe, ya regresa y tu hermana hace sus deberes de la secundaria. ¿Qué pasa Leah? Te noto algo abrumada. –Observa la mujer que conoce a su hija como la palma de su mano.
Estoy bien Mamá, no te preocupes, ya vengo a ayudarte a cortar esas papas ¿Ok? –Expresa Leah mientras sube las escaleras.
Hey Leah. –Grita Margaret. ¿A penas vienes llegando?
Si chiquilla mía, ¿Cómo te ha ido en clases? Cuéntame todo por favor. –Declara Leah para escuchar a su hermanita.
Pues, tengo muchas tareas jaja. –Dice entre risas Margaret. Vale, ya en serio, no creí que los últimos años de la Secundaria se iban a poner tan duros, hemos hecho algunas cosas como si ya estuviéramos en la universidad y me estresa, pido a Dios me de sabiduría para todo esto y ser tan buena como tú y conseguir esa beca en esa prestigiosa universidad en la que estás. –Expresa la jovencita un poco cabizbaja.
Tranquila Margaret, está bien no tener el control de todo a la vez, nos hace ver los vulnerables que somos y a la vez los fuertes que podemos ser, eres muy buena estudiante y sé que Dios interviene en cada área de tu vida, aún de esas que parece que dependen enteramente de nosotros, solo porque usamos un poco más de nuestras fuerzas, así que solo sigue y verás que vas a obtener una beca igual o mejor que la mía ¡DIGA EL DÉBIL FUERTE SOY! –Dice Leah dándole un abrazo a su hermanita. Ven, vamos a ayudar a Mamá con la cena ¿Si?
De acuerdo. –Dice Margaret respirando profundo.
Las chicas bajan las escaleras y se dirigen hacia su madre, cortan algunas que otras verduras y preparan algunas cosas de la cena, ponen la mesa y llega la hora de cenar, el Padre, la Madre y sus dos hijas cenan juntos y...
Oye Papá, quiero hacerte una pregunta. –Pronuncia Leah.
Joseph: ¿Si? –Expresa.
De casualidad entre los correos del trabajo que llegan normalmente a la casa, ¿No has visto unas cartas de James para mí? –Pregunta Leah.
Joseph: No, ¿Por qué? –Dice nervioso.
Papá, por favor no mientas, Enrique me mencionó que James lleva meses mandándome cartas y ninguna de ellas las he tenido y dudo que Mamá y Margaret las escondan, así que me gustaría saber, ¿Dónde están? –Insinuó.
Joseph: Las quemé, no sé para qué quieres saber de ese muchacho, si es claro que no es buena persona, la gente que dicen creer en Dios solo aparentan ser buenas personas, pero engañan viven una mentira simplemente. –Grita enojado.
Leah: ¿Por qué lo hiciste Papá? No tenías derecho a dañar algo que era dirigido a mí, no sabes lo preocupada que estaba, porque a diferencia de lo que dices ese joven no es mala persona, solo ama a Dios y quiere servirle, no sabes lo que ha pasado y a que se ha negado para seguir a Cristo. –Dice en medio de sollozos.
Joseph: Vamos hija reacciona, los cuentos de hadas son para niños, vivimos el hoy, el ahora, no perder el tiempo buscando algo que no se ve. –Agrega.
Leah: Que no conozcas a Dios no significa que no esté ahí o que no exista, si pudieras sin prejuicios simplemente sacar un instante y ver que es lo que sentimos, como Dios nos llena y habla, sería distinto, pero como te dije sin prejuicios. –Dice Leah mientras se levanta de la mesa para irse a su cuarto en medio de lágrimas.
Miriam: Joseph, nunca he protestado sobre lo que crees tú sobre Dios y mucho menos he cohibido a mis hijas de seguirlo, aunque yo no lo haga, pero hoy te has pasado, sin duda que sea ese Dios real o no mis hijas son diferentes a ti, sean esos Cristianos seguidores de un Dios que existe o no, sin duda son diferentes a ti y a muchas personas que aparentan ser buenas "Que no le hacen daño a nadie" pero hablan y se comportan de forma cruel, ahora bien, quiero hacerte una pregunta, si ese Dios no existe, ¿Por qué te molesta tanto? –Admitió.
Joseph: No digas más Miriam por favor. –Dice levantándose sobre saltado de la mesa y yendo a su recamara.
Miriam: Lo siento mucho Margaret, perdón que te hayas quedado en la mesa escuchando y viendo todo esto, hija mía, si de algo estoy segura y le agradezco a ese Jesús del que tanto hablan es lo humildes que son, no sé, simplemente no reaccionan como los demás, de verdad que han sido transformadas y eso es bueno. –Dice la madre abrazando a su hija menor.
Margaret: Mamá, dice el Señor en su palabra en el libro de 1 Pedro capítulo 4 verso 8 "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados." Pero lo que me sorprende aún más es que dice en el verso 4 ya parafraseando que: Ya nos baste el tiempo pasado para vivir conforme a la carne, ya no corremos en el mismo desenfreno. Mamá, si de verdad hemos deseado un cambio en nuestras vidas que se vea reflejado en el amor, aunque el amor de muchos ya se ha enfriado, sé que el amor de Dios es la que cubre las multitudes de ofensas que hacemos diariamente. –Explica.
Miriam: Que maravilla, Dios mío. Ve hija mía, vete a descansar, te amo. –Dice besando a su hija.
-Margaret sube las escaleras y al estar frente a la puerta de su hermana la escucha sollozar.
Dios, pobrecita. –Dice entristecida la hermana menor.
¿Leah? ¿Puedo entrar? –Dice Miriam mientras envía a su hija menor a su cuarto para tener más privacidad.
Leah: Mamá, estoy bien, n-no te preocupes. -A penas termina de hablar cuando su madre abre la puerta.
¿Qué crees? ¿Qué voy a dejar a mi hija sola en sus momentos difíciles? Estoy para ti cariño. – Dice la madre mientras su hija se lanza a sus brazos.
Mamá, lo siento tanto, solo quiero adorar a Dios sabes y encontrar gente aquí que aman a Dios también es lindo, venir de Londres a Alemania, nueva vida, es estresante, no sé si sabías, no conocí a Dios porque alguien me lavó el cerebro y me introdujo una idea como afirmaría Papá; Mamá yo estaba muriendo y Dios me dio vida, nunca hablé esto contigo pero estuve al borde del suicidio tres veces y la última casi lo logro y sentí un quebrantamiento y ese abrazo que, en el momento no entendía pero era el Espíritu Santo, sonreía por fuera pero por dentro tenía un gran dolor. –Menciona Leah mientras llora en los brazos de su madre.
No era feliz y creí serlo, trate de vivir una vida "Normal" pero probar cosas nuevas para ser feliz no funcionaban, el alcohol, las amistades y aun los estudios no fueron capaces de llenar ese vacío que tenía por dentro.
Así que, si hoy sirvo a Dios como lo hago, si siempre estoy buscándolo y proclamando que creo en él es porque Jesús vendo las heridas que tenía, aun sin ser el responsable de causarlas, se hizo responsable en curarlas, porque eso es lo que hace el amor, CURAR. <3
Miriam: C-cariño, lo siento tanto, no sabía que tres años atrás estabas pasando por esto, yo pensaba que todo estaba bien, de verdad que lo siento hija mía. –Dice entre lágrimas. Veo que Dios todo lo que ha hecho aquí ha sido traer vida a esta casa, tengo que reconocer que siento algo inexplicable dentro de mi pecho, no sé, simplemente estoy agradecida de lo que ha hecho y quiero darme la oportunidad de conocerlo también, quisiera que me lo muestres.
Leah: Claro que sí. –Dice entre lágrimas y risas de felicidad.
Después de hablar un poco, Leah y su madre oran juntas y su madre siente tanta certeza de lo que Dios ha hecho y siente tantas emociones dentro y llora, entregando así su vida a Cristo y decidiendo conocerlo cada vez más y más porque: "El amor no daña, el amor es el que cura" y aún Miriam estaba siendo sanada de heridas del pasado, de heridas que aún sangran por dentro, pues solo Dios puede darnos de esa plenitud que necesitamos sin fingimientos, sin nada a cambio, solo por amor. Amén.
Nota: Estaré subiendo un capitulo por día de este mes cursan te, ya son los últimos, siento mucho tardar tanto, espero sigan disfrutando y traer a ustedes con mayor responsabilidad y entusiasmo otras historias que hay en borradores, SIGAN DISFRUTANDO DE MIS BORRADORES. <3
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Un amor cristiano😍👑
Novela JuvenilUn encuentro entre James y Leah, Jóvenes cristianos que se conocen de una forma no tan común pero que Dios así lo permitió para un propósito. Espero disfrutes este escrito así como yo lo disfruto, Dios te bendiga. Un saludo cordial de tu hermana en...