Cap 5.

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Mi escorpión.

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ADVERTENCIA DE CONTENIDO.

Ya sabéis, si sois sensibles a según qué contenidos, os recomiendo no seguir leyendo. Si lo hacéis, que sea bajo vuestra propia responsabilidad.



Deja mis brazos sobre su pecho y se desabrocha el cinturón, el botón y la cremallera del pantalón. Ahí está otra vez su sonrisa. Se acomoda debajo mío, dejando sus manos sobre mis muslos. Se queda mirando mis pantalones con el ceño fruncido.

--¿Cuántas?--alzo su cara con mi mano, obligándole a mirarme. Se moja los labios y responde:

--Más de diez.--en cuanto esas palabras salen de su boca, no puedo evitar imaginarme a chicas delgadas, guapísimas y majísimas follándoselo, gimiendo para él, besándole... Me remuevo encima suyo, intentando separarme de él, pero él me retiene contra su pecho.

--¡Quita!--empiezo a angustiarme cada vez más cuando sus brazos no paran de apretarme.

--Ningún coño es el tuyo, oruga.--sus labios chocan contra los míos, haciendo que cualquier pensamiento coherente escape de mi cerebro. Respondo a su beso tal y como sé que le gusta, provocando que me muerda el labio con fuerza.--Túmbate boca abajo.--susurra sobre mis labios. Niego con la cabeza y le sigo besando, moviendo despacio las caderas para distraerle, pero no funciona del todo. Gruñe y me aprieta de los muslos, alzándome en el aire y enroscando mis piernas en su cintura. Coge la vela que estaba en la mesa con una de sus manos y nos dirige a saber dónde.

--No...--intento quitarle la vela de la mano y tirarla al suelo, pero no funciona, sigue andando con esta en la mano y conmigo en brazos. Enciende una luz y me tira sobre una cama gigante. Se termina de quitar el cinturón y viene hacia mí.

--Levanta los brazos.--su respiración es agitada, su pecho sube y baja y sus brazos, al igual que su rostro, están tensos.--¡Levanta los brazos!--grita, acercándose a mí con el cinturón y la vela en las manos. Tira esta última al lado mío y estira el cinto en mi dirección.--Te has besado con ese en mi cara, oruga.--me mira a los ojos y yo estiro los brazos.--Quítate la camiseta.--dice serio. Al ver que no me muevo, vuelve a sonreír una vez más. Tira el cinturón a la cama y yo me encojo, pensando que iba a darme con él. Se lleva la mano al borde de su camiseta y se la quita, arrojándola al suelo.--Te toca.--se acerca a la cama y coge el cinturón de nuevo. Hacía años que no le veía sin camiseta y sólo puedo decir : bendito gimnasio y bendita parte buena de la genética.--Se acabó el tiempo, oruga.--me da la vuelta, dejándome boca abajo sobre la cama y me alza los brazos por encima de la cabeza para amarrarme ambas muñecas con el cinturón. Acaricia mi espalda, subiendo poco a poco la camiseta. Me desabrocha el sujetador y se sienta encima de mi culo.--No sabes la de noches que he pasado imaginándote así...--intento alzarme sobre mis codos y mirarle.

--No tiene que ser así...--digo, con el corazón a mil.--Yeray...--suplico cuando cuando se baja de mi culo y me baja los pantalones y las bragas y dejándomelos en los tobillos enrollados.

--Shh...--deja un beso en mi nalga y respira en mi piel, deleitándose de mí. Se levanta y de uno de los cajones le veo coger un mechero y enseñármelo, para después colocarse la erección dentro del calzoncillo y sentarse sobre mi culo. Prende la vela y la deja sobre la mesita que hay cerca. Yo sólo puedo apoyar la frente sobre la cama, esperando el calor, el ardor y la quemazón de la cera sobre mi piel.--Si te toco y no estás mojada juro que te llevo a tu casa y desaparezco de tu vida.--susurra en mi oído, erizándome la piel. Baja la cabeza desde mi cuello hasta mi culo de nuevo, abriéndome de piernas. Las encojo, muerta de la vergüenza.--Abre...--siento su aliento en mi coño, haciendo que me relaje, esperando a que calme lo que siento por dentro. Apoya mis rodillas sobre la cama, abriéndome más, pasa la lengua y yo...

MARIPOSA. (Monstruos I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora