Cap 7.

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Todo se vuelve rojo.

--Esto no es una comisaría...--a lo lejos, veo cómo el coche en el que van los policías y Yeray, se detiene frente a un edificio de viviendas bastante alejadas del núcleo urbano. Decido llamar a Yeray, que sale del coche pero no lo coge, se acerca a donde he aparcado su coche y me hace una seña para que baje la ventanilla. Suelto el móvil y la bajo.--¿Qué pasa?--me desabrocho el cinturón, pero no me deja salir.

--Quédate aquí.--mira hacia el coche, a la casa y luego a mí.--Espérame hasta que salga con los seguros puestos.--me acaricia la cara y susurra antes de irse algo que me hiela la sangre.--Voy a arreglar todo esto, no voy a dejar que te hagan daño.--veo cómo se mete en la casa con la postura tensa, acompañado por los policías.

Dentro, cierran las cortinas de forma brusca. Subo la ventanilla y vuelvo a coger el móvil, esta vez para llamar a Marcos.

"--Justo estaba entrando a la cafetería.--dice, riéndose. De fondo escucho mucho ruido y voces.--En cuanto me termine el café voy para tu casa, ya tengo los apuntes y he hablado con el de civil.

--¿Y...?--pregunto, más nerviosa.

--Dice que le llevemos los justificantes y nos lo hace el miércoles que viene.--escucho unas cuantas sillas siendo arrastradas a su lado.--Espera, aquí hay alguien que quiere hablar contigo.--paso de escucharle a él, a escuchar bullicio.--¿Hola?--la voz de Paz me pone contenta.--¿Petalillo, eres tú?--canturrea, a lo que yo respondo con una risotada, aliviando algo de tensión.--No te libras de mí, voy a obligar a Marcos a que me lleve hasta tu casa, que lo sepas.--no dice nada más.

--¿Cuánto tardáis?--veo cómo los policías salen de la casa hablando entre ellos. Antes de que Paz responda, vuelvo a hablar.--Ahora os llamo.--dejo el móvil sobre el salpicadero y salgo.

--No puede pasar.--dice uno de los policías, no sé ahora mismo quién, cuando me ve acercarme hacia ellos.

--Mi hermano está dentro.--digo, obvia.--¡Yeray!--digo, yendo hacia el ventanal en el que he visto cómo corrían las cortinas.

--No puede salir ni usted entrar, tendrá que esperar o nos veremos obligados a detenerla por intento de allanamiento de morada, escándalo público y desacato a la autoridad.--suelta la retahíla, dejándome de una pieza.

--Saray...--interviene el otro, acercándose a mí.--Lo mejor es que vuelva al coche y espere ahí.--su tono es amable, pero algo en él me da mala espina.--Su hermano no tardará.--hace un gesto para que me vaya, pero no me voy hacia el coche, voy hacia la puerta e intento tocar el timbre, fracasando en el intento.--Se lo hemos avisado.--veo cómo me inmoviliza contra la puerta con las piernas abiertas, estampándome la cara contra la madera.

--¡YERAY!--grito mientras forcejeo con ellos, dando patadas a la puerta. 

Esta se abre, haciendo que si no llega a ser por el policía, me caiga de bruces contra el suelo.

--¿Qué está pasando?--le dice una señora a los policías, que terminan de ponerme los grilletes. Veo que está plantada en la puerta, con los brazos cruzados y el semblante serio, mirándonos a los tres. Cuando repara en mí, su sonrisa se ensancha.--Hola, sobrina.--se acerca un poco, sin cerrar la puerta tras ella.--Cuántos años...--yo trago saliva, intentando no hablar, conteniéndome.--Eres la viva imagen de tu padre...--me toca la cara y yo me tiro hacia ella sin pensar, dándola un cabezazo que la echa para atrás, haciendo que se caiga de culo.--¡AGARRADLA!--les grita a los policías cuando ve que la camiseta se le empieza a llenar de sangre. Estos tiran de mí, separándome de ella.--Hacedla pasar, Khatia la está esperando.--se levanta y desaparece de nuestra vista. 

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2022 ⏰

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