Cap 6.

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--¿A qué hora llegaste ayer?--oigo de repente la voz de Marcos detrás mío. Me encojo cuando me viene a abrazar, pero está más dormido que despierto.--Oye, ¿qué coño le pasa a tu hermano en la cabeza?--dice mientras saca un zumo individual de la nevera. Ahora parece más despierto.

No quiero pensar en él. No he dormido nada en toda la noche por su culpa. Me duele el cuerpo y me siento como un trozo de mierda.

--No lo sé...--respondo, sentándome en una de las banquetas.--Oye, no voy a ir hoy a clase, me siento fatal.--no le miro, me concentro en sacar la maldita pastilla del blister.

--¿Quieres que me quede contigo?--se acerca a a mí e intenta tocarme el brazo, pero yo me aparto con brusquedad, haciendo que se asuste y se aparte.--¿He hecho algo?--dice de repente.--¿Quieres que me vaya, o...?--me levanto y le abrazo, tratando de tranquilizarle.

--Lo siento mucho...--le digo, deseando que ojalá me pudiera perdonar si algún día se llegara a enterar. Me abraza de vuelta, estrechándome con cuidado contra él. Pasa una de sus manos por algunas de las quemaduras y yo me estremezco.

--¿Tienes fiebre?--se separa un poquito y pone la boca en mi frente.--No parece...--estallo en carcajadas cuando hace ese gesto de abuela tan tierno.--¿Qué pasa?--le quito el coletero y dejo su precioso pelo rizado suelto. Vuelvo a abrazarle y él besa mi cabeza. Escucho a lo lejos cómo Anselmo la está liando con algo en la habitación, pero ninguno le hacemos caso.--Me quedo aquí contigo y hacemos maratón de pelis tristes, ¿quieres?--me agarra de los mofletes y yo le sonrío y asiento. Deja un beso suave en mis labios y me mira a los ojos mientras yo le sigo acariciando el pelo.--Me encanta estar así contigo.--me encojo de hombros sin entender.

--¿Así cómo?--sonrío a medias. Él me estruja entre sus brazos y sonríe de lado.

--Así.--acerca su nariz a la mía y la mueve de lado a lado de forma dulce. Subo los brazos hasta su cuello y él se acomoda entre mis piernas, de pie, mientras yo le sigo acariciando el pelo. Agacho la cabeza cuando siento que su mirada se vuelve demasiado intensa.--Mírame.--con cuidado, apoya su mano en mi mentón y lo alza para que le mire bien.--¿Quieres que me quede?

--Claro que quiero.--le bajo hacia mí, colocando nuestras frentes juntas.--Me hace muy feliz tenerte aquí, humano.--él suspira y cierra los ojos. Me voy a echar un rato, ¿vale?--echo la banqueta hacia atrás y le doy un beso para después salir de la cocina hacia mi cuarto. Cuando recuerdo que Vio sigue sin contestar mis llamadas, desando mis pasos, encontrándome a Marcos bebiendo a morro de la botella de leche.--¿Interrumpo?--me mira con la leche a punto de salírsele de la boca.

--Es que los vasos estaban lejos.--se excusa y mete la botella de nuevo en la nevera.

--¿Sabes algo de Vio?--él se hace un coleta y hace memoria antes de responder.

--No, desde que vino al hospital no.--echo a andar hacia la habitación, molesta con todo.--¿Ha pasado algo?--indaga.

--Necesito hablar con ella, eso es todo.--sonrío en su dirección, pero no parece bastarle con eso. Asiente y una vez que llegamos a la habitación, en vez de meterse en esta conmigo, gira hacia el baño. Cuando me tumbo boca abajo sobre la cama, le oigo reírse como un loco.--¿Qué pasa?--agarro el móvil que anoche dejé en la mesilla. Lo desbloqueo y escucho a Marcos hablar.

--¿Este pringue asqueroso es el que decías que te dejaba la piel tan suave?--me acerca el bote de mascarilla facial con carbón activo. Me levanto con cuidado al notar un pinchazo en la espalda y en la cabeza.

Sonrío en su dirección, divertida.

--Sí, ese es.--me levanto y lo cojo.--¿Quieres que te lo eche?--con la mano libre, acaricio su carita bonita, su barba de un par de días y sus labios suaves.

MARIPOSA. (Monstruos I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora