6: Sueño

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—Chicos, ¿se quedan acá hoy o ya se van? —les preguntó el Chango.

—No sé, yo a Nico nomás le dije que venía un rato —dijo Alan.

—Yo no tengo problema, son las dos y pico de la mañana —dijo Gastón.

Eso convenció a Alan, y llamó a Nico Valentini para avisarle que se quedaba en la casa Vázquez-Zeballos.

Luis Vázquez entró silenciosamente un rato después, y sonrió al ver a su novio dormido, junto a sus amigos.

—Pensé que nunca iban a recuperar su amistad —susurró, y besó a Exequiel en la frente.

Él no podía dormir ahí porque en su cama estaban los tres amigos dormidos. Se encogió de hombros y miró a Alan. Recordó inconscientemente su mirada al ver a sus hijas, como las miraba.

—Ay, Exe, si no me fuera a Europa te diría que intentemos tener un hijo —susurró.

«Europa cagó todo —pensó—. Exe hoy no quiso salir, y yo le quería preguntar si quería ser padre conmigo. Pero, bueno, ya acepté ir a Bélgica, no hay vuelta atrás. Soy un boludo, lo hice sólo pensando en mi carrera, nunca en mi novio».

Él firmó porque creyó que ir a Europa sería una mejora para su carrera, y lo sería, pero... el problema estaba en Exequiel Zeballos: él era jugador de Boca, y por más que lo amara Luis sabía que nunca lo acompañaría, y él no lo obligaría jamás: no lo quería alejar de su familia y amigos, ni del club de sus amores, no aún. Todavía no era el momento.

Se sentó en el sillón y miró a su novio, perdido en sus pensamientos...

—Pa... Papá.

—Lucho, dijo papá —dijo Exe, con una tierna sonrisa.

—Decilo de nuevo, amor —le dijo Luis al niño.

—Papá —esta vez, al nene le salió bien.

—Aww, Ro —Vázquez alzó a su hijo con una sonrisa.

—¿Querés ver a tus tíos, Román? —le preguntó Exequiel.

El nene hizo un sonido, que su padre interpretó como un sí.

—Tío —soltó.

—¿A cuál se referirá? —se preguntó Luis.

—No sé, a Alan capaz —supuso Zeballos, sacándole a su hijo a su esposo.

—Eyyy —protestó Vázquez.

—¿Qué? —se rió Exe—. Che, ¿crees que Gastón le habrá enseñado a decirle tío a él nomás?

—¿En serio lo crees? —rió Luis.

—Demasiado —respondió el Chango—. Lo conozco, es más que capaz de hacer eso.

—Bueno, como digas —dijo Lucho—. ¿Con quién mierda esta Gastón?

—La boca, está mi hijo adelante —lo retó el 7.

—Nuestro hijo —lo corrigió el 38.

—Bueno, sí. ¿Con quién está Gasti? Ni idea, ni yo ni Alan sabemos. Pero cambiando de tema, ¿cuándo Diego Román va a conocer al resto?

—No sé, después mando al grupo.

—Bueno —aceptó Exe.

En eso, Román bostezó. Luis lo agarró y trató de hacerlo dormir. Exe lo miraba embobado. Ahora entendía a Alan con sus hijas.

—¡Luis!

Luis se despertó y vio que el trío lo llamaba, incluso Gastón estaba con una botella de agua en la mano.

—Dejá esa botella o vas a ver, Gato —le advirtió Vázquez, todavía con ese sueño en su mente: había soñado que tenía un hijo con su pareja. No se lo iba a contar porque eso sólo lastimaría a Exequiel más todavía, ya estaba mal por el hecho de que Luis se iría, y si le dijera que había soñado con un hijo de ambos...

Un rato después, Alan y Gastón se fueron. Luis miró a Exe y le agarró la mano.

—Exe, sé que te pone mal el hecho de que yo me tengo que ir, pero acá no juego, no... —le estaba diciendo.

—Está bien, Luis, está bien —lo cortó Exe. Para demostrarle que ya estaban bien («¿Por qué miento?» pensó el menor) lo besó rápidamente en los labios.

—Amor, si no me tuviera que ir te preguntaría algo, pero no puedo, no ahora —dijo Vázquez.

Zeballos lo miró extrañado pero dijo que sí con la cabeza. Se sintió medio mal de repente, y fue a su pieza acompañado de un preocupado Luis Vázquez.

Son tus hijos// Luis Vázquez x Exequiel Zeballos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora