—Te odio, Luis, ¿justo hoy? —se preguntaba Exe.
Ese día se supone que iba a ser especial para ambos, porque Exequiel le iba a decir que estaban esperando un bebé.
—No le puedo decir, él se va a ir a Europa, no puedo frenar su carrera, no puede tener algo que lo ate a mí y que por eso no se pueda ir a Bélgica —murmuró.
Lo había decidido: no le iba a decir a Luis que iban a tener un bebé, porque no quería frenar su carrera. Iba a criar al bebé solo, o más bien con sus amigos, que sabía que nunca lo dejarían solo.
El santiagueño empezó a llorar desgarradoramente. Hizo caso omiso a los llamados desesperados de Luis.
—Dale, Changui, no te podés quedar ahí todo el día —le decía del otro lado de la puerta—. ¡Amor...!
—¡No me... no me digas así, Ismael! ¿Por qué nos... Por qué nos abandonás? —sollozó Zeballos.
Se le escapó ese "nos", pero Vázquez no le dio importancia, ya que creyó que se refería a Exe y a sus otros amigos.
—Dale, Changuito, tenés que salir —intentó nuevamente Luis luego de unos minutos—. Y no te voy a abandonar, E...
—¡Andate, Vázquez!
No se escuchó nada más, y Exe supo que su novio se había ido... por el momento.
—Voy a tratar de ser fuerte por vos, bebé, porque quiero conocerte —susurró, acariciando su vientre. Quería tener a su hijo o hija entre sus brazos.
Se acostó en la cama y finalmente se durmió.
—Changui... —Luis lo seguía llamando, pero se preocupó porque ya no escuchaba los sollozos del 7, ni sus negativas a salir de su pieza—. ¿Ahora qué mierda hago? ¡Ah, Alan!
Marcó el número de Alan Varela, y se desesperó.
—¡Alan! —exclamó cuando por fin fue atendido.
—¿Qué pasa, Lucho? ¿Por qué parecés medio... desesperado? —le preguntó Varela.
—Porque así estoy, Alan... El Chango...
—¡¿Qué le pasó?! —casi gritó Alan, recibiendo un grito de su pareja a cambio.
—Le dije que capaz me voy a Bélgica y no quiere salir de la pieza, ¿qué hago? —preguntó Luis.
—¿Cómo que te van a vender a Bélgica, Ismael? —lo retó el 5.
—No es el momento, después te explico. Decime, ¿qué carajos hago? El Chango no quiere salir.
—¿Puedo ir un toque? Creo que puedo sacarlo de ahí —murmuró Alan.
—Vení, dale —aceptó Vázquez—. Y que venga Nico también, ya que está.
—¿Podemos llevar a las nenas? Es que no queremos que Aitana se quede sola.
—Pero se quedaría con Valen...
—Que tiene 5 años —le recordó Alan, ya que la hija que tuvo con Gastón, esa semana se quedaba con ellos.
—Vení —dijo Luis, recordando que tenía que sacar a su novio de la pieza.
Se puso a jugar a un juego hasta que tocaron la puerta. Fue a abrir, y se sorprendió al ver a Alan, pero no con Nico Valentini, sino con Gastón.
—¿Gasti? ¿Qué hacés con Alan? ¿Y las nenas? ¿Y Nico?
—Eh, bajá un cambio, hermano —lo detuvo Gastón—. Iba a ir a buscar a Valentina, y Alan me dijo que estaba por venir porque Exe no quiere salir de la pieza. Sabés bien que Exequiel también es mi amigo, así que vine con Alan.
—Y Nico se quedó con Aiti y Valen —le respondió a sus dos últimas preguntas Alan.
—Bueno, cómo sea, vengan que me estoy preocupando: Exe no me contesta —dijo Luis, y sus amigos fueron a la pieza de la pareja.
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Son tus hijos// Luis Vázquez x Exequiel Zeballos//
RomanceNo te lo dije porque no quería frenar tu carrera, pero son tus hijos.