"¿Cuánto tiempo ha pasado ya? Si me lo preguntarán ahora, estoy seguro de que responderé siete años, o incluso tal vez más, pero en aquel entonces, los días los podía contar con los dedos de los pies y de las manos.
Era dos de octubre, por ahí de la década de los 2010'S, cuando lo que más sonaba en la radio eran las canciones de Taylor Swift, Katy Perry, y Ed Sheeran.
En mi época estudiantil, cuando tan sólo era un pobre chico de trece años, siempre me aterraron las llamadas Juntas de padres. Recuerdo a la perfección como varios de mis amigos se ponían a maldecir a los maestros, o les decían a sus padres que ciertos profesores les traían maña, o simplemente se ponían a rezar una hora antes de la junta, aunque me veo en la obligación de decir que no eran creyentes en esos tiempos, y algunos todavía no lo son
Eran las siete de la mañana de un lunes como cualquier otro, o al menos eso creía cuando caminaba rumbo a la escuela"
En uno de los tantos camiones de la ciudad, iban dos mujeres, madre e hija, Kuchel y Mikasa Ackerman.
ꟷ¿Cómo te ha ido en las clases de tu hermano? ꟷle preguntó la mujer a su hija.
En el rostro de Mikasa se asomó la misma expresión de aburrimiento que tenía cuando estaba en casa o en las clases en las que tenía que escuchar a Levi hablar, y hablar.
La chica tan solo se encogió de hombros en respuesta de su madre.
Kuchel suspiró al ver la respuesta de la menor. ꟷMikasa, ahora resulta que no sabes cómo te ha ido en las clases. ꟷregañó viendo como la mencionada seguía mirando la ventana con aburrimiento. ꟷSeñorita, me estás dejando en la difícil posición de tener que preguntarle a Levi.
Mikasa abrió los ojos con sorpresa, ¿preguntarle al amargado de su hermano? ¡Eso no iba a salir bien! No la mal entiendan, su comportamiento en clases era impecable, participaba de buena gana, era respetuosa con sus compañeros (aunque la mayoría de estos no se lo merecían) y maestros, entregaba todos los trabajos y tareas, y en los exámenes que se acaban de aplicar se había sacado de las calificaciones más altas, justo detrás de Armin Arlet y Marco Bodt. No, esos nunca fueron el problema, su desempeño académico era perfecto. El problema era su maestro de Literatura y tutor... Levi Ackerman, su propio hermano mayor. ¡No lo soportaba! Era tan agrio en la escuela como lo era las pocas veces que las iba a visitar, aunque agradecía que no iba seguido a casa, no lo aguantaba, su mala cara cuando lo veía la delataba. Se aseguraba de no darle excusas para regañarla, pero su mirada... esa maldita mirada de desaprobación que les lanzaba a todos era demasiado irritante.
La expresión de aburrimiento volvió a su rostro, y se giró de nuevo para ver el paisaje por la ventana, y a través de ella se veían los árboles, casas, edificios, personas... parejas... grupos de amigos que iban corriendo con velocidad a la escuela.
−Bien. ꟷ respondió con simpleza. Quería evitar una larga conversación que ya conocía a la perfección, la había tenido tantas veces que se la sabía de memoria.
Kuchel de nuevo suspiró.
Minutos de silencio después, el autobús por fin llegó a la parada destinada, al menos para ellas. Kuchel, sin decir nada, tomó sus cosas y se bajó sin esperar más, la chica con rapidez la imitó. Caminaron durante unos minutos más hasta que llegaron al lugar que era, la Academia Shingeki.
Mikasa apresuró el paso al notar la cabellera rubia de un chico bastante bajito.
− ¡Armin! – Lo llamó la chica antes de que el mencionado siguiera avanzando. El rubio dio media vuelta al escucharla, y la saludó con un movimiento de mano y una sonrisa cálida. Junto a él se encontraba un anciano de rostro amigable. La pelinegra menor se echó a correr dejando a su madre atrás. – Buenos días, señor Arlet. – saludó con verdadera alegría.
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Academia Shingeki
FanfictionLa preparatoria, todos los padres dicen que es la mejor etapa de la vida ¡Mentira! ¡Una vil mentira! Y Armin Arlet era un testigo demasiado involucrado, tal vez era la victima de la escuela. Los profesores ya estaban hartos de sus alumnos desastroz...