Capítulo 21

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A las 20:25 hora local  aterrizamos en el Sardy Field.

— ¿Un minivans Volkswagen 2010?— Le dice  Christian a Jason.

— Lo siento señor, no hubo tiempo para conseguir un BMW— le responde Jason a modo de disculpa.

— No te quejes— le digo.

— Aspen colorado, aquí voy— dice Elliot estirando los brazos hacia arriba— prepárense chicas, que llegó su rey.

Kate le da una mirada fea.

Hay tres minivans esperándonos. Taylor entra al avión para retirar el equipaje.

— Espero que la Señora Bentley tenga algo para comer, me muero de hambre—, agrega Elliot.

  —Tú solo piensas en comer—, dice Mia.

  — Quiero un buen bistec —

  — Espero que la señora Bentley solo tenga verduras—, responde Mia con intención de molestar a su hermano.

—Cállate señora dieta—, espeta Elliot.

  —No empiecen sus peleas infantiles—, los interrumpe Grace.

  Christian y yo sonreímos.

— Yo quiero comerte a tí— me susurra Christian.

No puedo evitar sonrojarme.

No digo nada, y me limito observar a los demás.

  No hace frío, pero tampoco hace calor, todavía no es oficialmente verano.

   * * *

Llegamos a la casa y Jason estaciona la minivan frente a la casa.

  —Finalmente estamos aquí, — dice Christian.

  —Espero que tengamos un gran fin de semana, — respondo

Solo quiero olvidar que posiblemente tengas un hijo con otra mujer, al menos quiero olvidarlo aunque sea por este fin de semana.

— Yo espero que hayas empacado algunos de esos pequeños trajes que te gusta usar últimamente,—  susurra, provocando una sensación de hormigueo en mi entrepierna.

  Afortunadamente, Jason salió de la minivan y no escuchó.

  — Lamento informarte que esos trajes se han quedado en el apartamento.

  —Maldita sea,—  gruñe.

Me río para mis adentros.

  Pero he puesto en la maleta un vestido que no deja nada a la imaginación, será un regalo solo para sus ojos, Señor Grey.

— Había un diminuto traje de enfermera—, agrego para burlarme de él y calentarlo un poco.

  — No juegues conmigo nena, puedo enviar a Taylor por el conjunto— no lo haría, ¿verdad?

  —Ni siquiera lo pienses,— le digo alarmada.

Me sonríe con picardía y sale de la minivan, yo salgo rápidamente para asegurarme de no envíe Jason de vuelta a Seattle.

— Taylor no regresas a Seattle ¿Verdad?— Digo

— No señorita Steele.

— Que alivio— me mira perplejo,— lo digo por nuestra seguridad— añado.

Christian sonríe.

— Entraré el equipaje— dice Jason.

— ¿Me crees capaz de enviar a Taylor por el conjunto de enfermera?— Susurra cerca de mi oído mientras envuelve su brazo alrededor de mi cintura.

MI DULCE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora