Capitulo 77

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ANASTASIA

Después de tantas emociones y felicidad, Christian y yo decidimos dar una paseo por la estancia, la noche estaba estrellada aunque hacía mucho frío.  Christian notó que tenía frío y me puso la chaqueta.

  —¿Alguna vez pensaste que Kate y Elliot se comprometerían?  —pregunto, todavía sorprendida.

  No imaginé a Elliot haciendo algo romántico y loco, corría el riesgo de que Kate dijera que no.

  — No, aunque confieso que tenía la esperanza de que mi hermano sentara cabeza en algún momento —ya era hora— y me alegro de que por fin haya encontrado a esa persona especial con la que quiere pasar el resto de su vida.

  —Sí, Kate debe estar muy feliz—, murmuro.

  —Seguramente, después de resistirse finalmente cedió—, añade.

  — ¿Por qué dices eso?— Le pregunto curiosa.

  — Antes del secuestro, Elliot me dijo que le propuso matrimonio, pero obtuvo un no por respuesta.

  No lo sabía, ya tendré tiempo para hablar con mi amiga.

— Kate, no me dijo nada— le comento.

— Seguramente no tuvo tiempo — añade.

— Si.

  Caminamos de la mano durante un rato.  Es una noche perfecta de otoño, aunque está haciendo mucho frío, y posiblemente pronto lloverá, aún así la media luna brilla intensamente sobre la bahía.  Brilla intensamente, proyectando sombras interminables y tonos de gris a nuestro alrededor, mientras que las luces de Seattle centellean en la distancia.  La casita del muelle está iluminada, bajo un faro que brilla suavemente en el frío halo de la luna.

  — ¿Aún tienes la idea de no derribar la casa?  — me pregunta de repente.

  — Es una casa hermosa, solo necesita que la cuiden con amor y cariño—murmuro

  Christian me mira y sonríe.

  — De acuerdo... Hablaré con Elliot.  Conoce a una muy buena arquitecta que hizo un gran trabajo en nuestra casa de Aspen. Ellos puede encargarse de la reforma.

  —¿Te refieres a Gia Matteo, como una muy buena arquitecta?—  digo, refiriéndome a la ex-novia de Elliot.

— Si, ¿Tienes algún problema con eso?— ¡Por supuesto!

Es la exnovia de Elliot, no creo que a Kate le haga gracia, además te devora con la mirada.

  —No me cae bien, pero reconozco que es muy buena en lo que hace, además Elliot solo tiene ojos para Kate—, me dice como si hubiera leído mis pensamientos sobre ella.

  — Hablemos de otra cosa, — le digo, no quiero hablar de Gia Matteo— ¿has pensado en un nombre para el bebé?  — Quizá ya haya elegido un nombre.

  — No, ¿y tú?  —  me responde.

  —No he decidido nada hasta que sepamos qué es—, se detiene por un momento.

  — ¿Crees que sea feliz en la nueva casa?  — Me pregunta con un dejo de inseguridad en la voz.

  — Es una casa enorme, tiene un jardín enorme, un espacio enorme donde nuestros hijos pueden correr libremente.  — Él deja de caminar.

  — ¿Nuestros?  — pregunta asustado — ¿Es más de uno?  No me habías dicho que eran dos... ¿O son trillizos?— agrega horrorizado mientras deja de respirar.

  Suelto una risita al ver su expresión.

  — Sé que es uno, pero tendremos más, ¿no?  No quiero que sea hijo único, —deja escapar todo el aire que está reteniendo.

MI DULCE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora