Capítulo 58

1.4K 206 21
                                    

   CHRISTIAN

¿Como llegué aqui?  Me pregunto mientras miro a mi alrededor, estoy en el cuarto de juegos, bajo la mirada, Ana tiene su rostro pegado a mi pecho, duerme tranquilamente.
  Hago un recuento mental de cómo llegamos aquí.  Recuerdo que llegué furioso al bar, había un cabrón en ropa interior que estaba bailando para mi chica, cuando me di cuenta, rápidamente me subí al escenario y bajé a Ana, tan rápido como ella me lo permitió mientras las otras mujeres,  incluyendo a mi hermana y mi madre me miraban asombradas, no dije nada y rápidamente me fui con Ana, del lugar, aunque Kate y Mía querían impedirlo, mi chica le dijo lo furiosa que estaba porque no sabía nada del  bailarín.
  Llegamos a casa y mi Ana me pidió que la trajera a ésta habitación.

— Por favor, Christian,— me ruega.

  — Estás ebria.— Por favor, no me tientes nena.

  — Pero no lo suficiente como para perder el conocimiento, llévame al cuarto rojo.

  — Aunque suena muy tentador , no estoy seguro de que sea una buena idea en este momento. —  Se tambalea un poco y la agarro con más fuerza.

  — ¿Por qué?— Me pregunta con fingida tristeza.

  — Ya te lo dije, estás ebria—

  Maldita sea, verla con su vestido rojo, ceñido a su cuerpo, no ayuda mucho.

  —Quiero confesarte algo —murmura sonriéndome—, me duelen los pies por culpa de los tacones. —Se deja caer en el sofá.

    — Déjame ayudarte— me siento a su lado y la ayudo a quitarse los zapatos.

  — Quiero confesarte algo,— repite.

  — Ya escuché tu confesión. — Casi nunca he visto a mi nena en estado de ebriedad, y es algo que no me gusta, pero aun así, es divertida.

  — No te lo dije—

  — Dijiste que te dolían los pies, ¿no fue esa tu confesión?—  le digo sonriendo.

  -—No, quiero confesarte que ví la cosota  del bailarin —  ¿Cómo?  — Merezco un castigo.

Lo miro con asombro mientras siento que mi ira comienza a surgir desde lo más profundo de mi ser.

  — ¿Qué viste Anastasia?—  Estoy furioso.

  — Ví la polla del bailarín, aunque estaba tapada por la tela de su calzoncillo de león, no, era una pantera… Creo que no, era un leopardo —

  — ¿Cómo que viste la polla del bailarín?  — ¡¿De quién fue la idea de llevar a un stripper a la despedida de soltera de mi novia?!

  — Para ser exacto no lo vi, porque cuando lo agarró, cerré los ojos...— Se me acerca — Christian, quería follar toda la noche, estuve pensando en lo que tú y yo podíamos hacer en la alfombra

  Extiende su dedo índice hacia mi boca y comienza a trazar mis labios, ese gesto hace que mi enfado disminuya un poco.

— Imaginaba estaba boca dándome placer— se muerde el labio mientras baja la mirada lasciva hacia mi boca — me encanta lo que me haces, ahora mismo quisiera tenerlo en mi entrepiernas.

Me ofrece su boca y como siempre, no me resisto. Ha mencionado antes que merece un castigo, veremos qué se me ocurre.

Ana se remueve un poco, creo que se va a despertar, no, no lo hace.  Sigo haciendo un conteo mental.

MI DULCE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora