Capítulo 11

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—¡En guardia! —Jasper gritó más tarde ese día, mientras saltaba hacia adelante, intentando colocar su estoque en un punto débil del cuerpo de August

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—¡En guardia! —Jasper gritó más tarde ese día, mientras saltaba hacia adelante, intentando colocar su estoque en un punto débil del cuerpo de August. Pero Jasper estaba cansado por la mañana, y August estaba alegre y enérgico. August, haciendo alarde de su energía, se balanceaba y zigzagueaba y se mantenía bien alejado de la punta del estoque de Jasper. Jasper estaba sudando debajo de su máscara, y su mente estaba en otra cosa.

Por accidente, golpeó contra el muslo de August y August se echó hacia atrás. —¡Eh! ¡Esto no vale!— August se levantó la máscara y Jasper se alegró de ver que su amigo también respiraba con dificultad—. ¿Qué te pasa hoy?— preguntó August—. Por lo general, eres mucho mejor esgrimista que yo, y nunca golpearías por debajo de la cintura. ¿Te importaría decirme qué te pasa?

Jasper suspiró ruidosamente y se volvió para saludar con la cabeza a su ayuda de cámara, que lo esperaba a un lado. Le entregó al joven su estoque y su máscara, y August hizo lo mismo con otro sirviente.  

—Limonada, milord —dijo Wilfred, extendiendo una bandeja. 

—Gracias, Wilfred —dijo August alegremente y tomó su copa. Jasper se llevó la suya a los labios, agradecido por el momento de descanso y alivio.

Juntos, él y August se sentaron en el borde de la habitación, que había sido completamente convertida en un área de esgrima, ya que solo Jasper vivía allí la mayor parte del año. Su tío viajaba más a menudo, se quedaba con amigos o residía en la finca, y quería que Jasper considerara la casa de Bath como su propia casa ahora. 

—De acuerdo entonces. Ahora estamos descansando, respirando más tranquilamente, y tienes una bebida fresca en tus manos. Dime. . . ¿Qué te pasa que te hace golpear de una manera tan poco caballerosa? —August sonreía, pero Jasper temía tener que contarle la historia a su amigo. Todavía era demasiado vergonzoso, y ahora que Ivy le había hecho saber su plan, un plan que él mismo había considerado antes, se sentía todavía más confundido.

—Bien, desde el baile estoy metido en un buen lío

—¿Qué baile? ¿El tuyo?

Era la temporada de eventos en Bath, y había muchos bailes por toda la ciudad. —Sí, el mío. Y tiene que ver con lady Queenie Wright.

—Oh, esto se pone interesante por momentos —August se recostó con su limonada, y si Jasper hubiera estado más concentrado en su amigo que en sus propios problemas, habría notado un pequeño destello de cautela en los ojos de August, como si el hombre tuviera miedo de lo que Jasper podría decir a continuación.

—Fui a  proponerle un cortejo a Queenie y su padre me rechazó. 

—¿Rechazado?— August tragó, pareciendo aún más cauteloso—. Fuiste demasiado pronto. Apenas os conocíais Pero, ¿por qué se negó?

—Tienes razón, me apresuré un poco, pero creo que mi tío me convenció de alguna manera de que soy demasiado viejo y ahora debo considerar urgentemente el matrimonio para el bien del condado. Me preocupaba que Queenie fuera seleccionada por otro y no quería perder mi oportunidad.

Serás mi CondesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora