Capítulo 14

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Dos días después, Jasper estaba en la puerta de la casa de los Wright, con un pequeño aleteo en el pecho

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Dos días después, Jasper estaba en la puerta de la casa de los Wright, con un pequeño aleteo en el pecho. Estaba nervioso pero emocionado al mismo tiempo y había estado así toda la mañana desde que planeó visitar a Ivy y a su familia. Había pensado en el plan de Ivy todo el tiempo que se había mantenido alejado y, en el fondo, sabía que no podía usar a una hermana para ayudar a casarse con otra. No estaría bien.

También descubrió que había disfrutado bastante del tiempo que pasó con Ivy durante su paseo. Y en lugar de Queenie ocupando su mente durante los últimos dos días, había sido Ivy, con su ingenio y sus brillantes sonrisas la que había ocupado ese sitio. También pensó mucho en su salud y esperaba que ella aceptara que su médico la examinara y le brindara una atención médica más moderna, en lugar de las antiguas. Lord Wright sería terco, sin duda, pero esperaba poder convencer al hombre de alguna manera.

Claudia, la joven criada, abrió la puerta por fin. —Oh, Lord Edimburgo, perdone mi retraso—, dijo sonrojándose y permitiéndole entrar.

—Nada de qué preocuparse, señorita. ¿Está lord Wright en casa, así como sus hijas?

Le entregó a Claudia su sombrero y sus guantes. —Lo están, milord. Ahora les aviso. 

—Gracias —dijo Jasper cortésmente, y esperó unos momentos, paseándose por la pequeña entrada hasta que Claudia lo llamó. —Lord Wright le verá en la sala de estar, milord —dijo ella y le abrió la puerta.

Entró dentro y se sentó, mirando a su alrededor, sintiéndose mucho más nervioso de lo que esperaba. ¿Por qué estaba tan nervioso? ¿Iba a decirle no al plan de Ivy? ¿Volvería a ver a Queenie? No podía entender por qué sus nervios estaban tan al límite, pero esas muchachas habían logrado ponerlo en ese estado. 

—Ah, Lord Edimburgo —dijo lord Wright con rigidez al entrar en la habitación. Jasper se levantó y estrechó la mano del hombre. Había cortesía en la mirada del hombre mayor, pero también cierta distancia. ¿Había pasado algo?—. ¿Cuál es el propósito de su visita hoy?— preguntó, y Jasper levantó las cejas en estado de shock, pero se recuperó rápidamente.

—He venido a ver a lady Ivy, por supuesto. He estado bastante preocupado por su salud desde que regresamos del paseo a caballo. 

Lord Wright frunció el ceño. —Así debe ser, milord. Caray, Ivy casi se desmaya a su regreso.

Jasper contuvo el aliento. —¿Habla en serio? Perdóneme, señor, no tenía ni idea de que estuviera tan cansada por nuestra cabalgata. Lo siento muhco. ¿Cómo le está yendo ahora?

—Bueno, le va bien —respondió lord Wright, todavía sin tomar asiento. Por lo tanto, Jasper tampoco se sentó, preguntándose cuánto tiempo lord Wright los mantendría en esa extraña posición.—Pero debe tener cuidado con mi hija, Lord Edimburgo. Ella no es como las otras mujeres..

Jasper tragó saliva, preguntándose por qué lord Wright le estaba hablando como si fuera un villano, en lugar del hombre al que prácticamente había obligado a cortejar a su hija. —Por supuesto, lord Wright. Lo entiendo completamente. De hecho, vine hoy para asegurar su bienestar. Tengo un médico muy hábil que, si usted quiere hacer uso de él, está a su disposición.

Serás mi CondesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora