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—¿Me esperas un momento? —le dijo a la chica—. George, ¿qué haces acá?

—No respondías mis mensajes y me preocupé. ¿Por qué no me dijiste nada?

—Andaba muy ocupado. Planear una fiesta no es fácil. Ya sabes.

—¿Por qué no me invitaste?

—No pensé que te gustaría este ambiente. Pareces alguien más... tranquilo.

—Eso es un poco cierto. ¿Puedes responder mis mensajes a la próxima?

—Te prometo que lo haré en cuanto pueda. ¿Vas a quedarte?

—No lo sé. Solo quería hablar contigo.

—Quédate. Podemos hablar en mi habitación si quieres. Es más silencioso ahí.

George asintió y fue a la habitación de Dream. Ya se sabía el camino. Dream llegó después con una botella.

—¿Quieres probar?

—Solo un poco.

Dream le pasó la botella y George se la quedó viendo. No podía estar tan mal.

Tomó un sorbo y quedó asqueado por el sabor. Definitivamente no era lo suyo.

—¿De verdad a las personas les gusta esto?

—Te hace sentir bien.

—No siento nada más que el horrible sabor que ha dejado en mi boca.

—Es porque no has tomado casi nada.

George tomó otro sorbo y luego otro más.

—Ya no puedo. Esto no es lo mío.

—Dame.

Dream se fue tomando la botella de a poco, mientras iban hablando de trivialidades.

—Hoy te ves más bonito, George.

—Tú también. Las luces de colores hacen que te veas más atractivo.

—Te amo, bebé.

—Yo también te amo.

Dream apegó a George a su cuerpo, sintiéndolo más cerca. Podían sentir la respiración del otro y su ropa gritaba por desaparecer, para acabar con la poca distancia que cubría.

—Quiero hacerte mío una y otra vez.

—Quiero ser tuyo, Dream —susurró sobre los labios del nombrado.

La música era como si hubiera desaparecido. Solo se escucha es sonido de sus pieles chocando y los sonidos que salían de las bocas de ambos, llenas de placer.

—¿Quieres ser mi novio, George?

—Claro que sí, Dream.

George se quedó dormido en el pecho de Dream por el cansancio y este último aprovechó para volver a la fiesta.

—¿Dónde estabas? —le preguntó Saonap.

—¿Tú qué crees?

—¿¡Ahora!? ¿Con quién?

—El chico de la fiesta.

—No tenía idea que lo habías invitado.

—No lo invité. Solito vino. Sigue ilusionado el pobre. Mientras que el mini Dream este contento, creo que aún puedo jugar con él.

—Cuidadito con que se convierta en la rompe pelotas.

—George es demasiado ingenuo. Si no le digo que lo estoy usando, nunca se va a dar cuenta.

Maniac [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora