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Dream había puesto una película para que vieran los dos. George estaba al tanto de lo que pasaba en la película, en cambio Dream solo se fijaba en su teléfono.

George lo notó, pero no quiso decir nada para no ser un entrometido.

—Ya vengo —le avisó Dream antes de salir de su habitación.

George suspiró agotado. No quería aceptar que estaba aburrido, porque tal vez Dream se sentiría mal y seguro la muerte de su tía lo tenía demasiado desconcentrado.

—¿Qué es lo que quieres ahora? —lo escuchó decirle a alguien—. Estoy ocupado. Si quieres más tarde.

Colgó la llamada y regresó con George.

—¿Por qué estás con esa cara? —le preguntó Dream sentándose a su lado.

—No es nada.

—¿Quieres hacer algo más? —diji esto susurrándole al oído.

—¿Cómo qué?

—No lo sé. Tú dime qué quieres hacer.

—¡Hornear galletas!

—¿Hornear galletas?

—¿No te gusta esa idea? Si quieres podemos...

—No, no. Hornear galletas está bien.

Dream lo guío hasta la cocina sin tener la mínima idea de cómo se hacían las galletas. No era como si alguna vez hubiera tenido la necesidad de hacerlo, pero ahora se vio obligado a aprender si quería ganarse la confianza de George y ganar la apuesta.

—¿No sabes hacer galletas? —le preguntó George al ver que se había quedado quieto en medio de la cocina.

—Soy un asco en la cocina.

—Yo te ayudo.

George empezó a recorrer la gran cocina yendo de un lado a otro para tener todos los ingredientes en la mesa.

—Bien, tú vas a mezclar los ingredientes secos y yo los húmedos.

—¿No los podemos mezclar juntos para que sea más rápido?

—¡Así no es la receta!

—Se complican bastante con sus recetas.

Dream estaba por echar la harina, pero George lo detuvo.

—¿Ahora qué?

—Debes cernir la harina primero.

—¿Cómo se hace eso?

—Con el tamizador.

George le trajo el objeto y Dream se las ingenió como pudo. No creía que cocinar fuera tan difícil.

Quiso echar toda la harina en el tamizador, pero no hizo más que manchar toda su cara con la harina al echarla de una gran altura.

George tuvo que reprimir su risa al ver la cara completamente blanca de Dream.

—¿Por qué me miras así? —le preguntó Dream molesto.

—Pareces un payaso —dijo George riéndose por fin.

Dream agarró un poco de harina en su mano y se la lanzó a George de manera infantil.

George trató de esquivarlo, pero se manchó su ropa. Como venganza agarró uno de los huevos y se lo tiró en la cabeza.

—¿Quieres pelear? —dijo Dream con una sonrisa malvada.

Al final lo que se supone que iba a ser la galleta o al menos la masa, estaba en la ropa o incluso en el cabello de los dos.

—No soy muy bueno cocinando, pero sé que hay que pre-calentar el horno para tener las galletas listas.

Dream lo tomó de la cintura subiéndolo a la mesa de la cocina. No dudó en besarlo sintiendo ese sabor dulce del azúcar que tenía en sus labios.

—¿Lo vamos a hacer aquí?

—¿Quieres ir a mi habitación mejor?

—No, o sea... me refiero ahora. Me siento viscoso y no me gusta.

—Puedes ducharte y te presto ropa si gustas.

—Gracias, Dream, pero no quiero hacerlo hoy.

—Oh. ¿Es por eso? No te preocupes, lo importante es que te sientas cómodo y listo. No te voy a presionar.

...

George se estaba duchando y Dream le había dejado ropa en su cama para que se vistiera. Dream solo se lavó el pelo y tomó ropa nueva.

Dream

No pensé que los hombres podrían ser tan complicados como las mujeres.

Sapnap

¿Qué hizo tu cachorrito ahora?

Dream

Sigue buscando excusas.
No tengo suficiente paciencia.

Sapnap

¿Te rindes?

Dream

No, tu dinero va a ser mío :)

George asomó su cabeza por la puerta del baño, observando a Dream escribiendo algo en su teléfono y justo a su lado tenía la ropa que le iba a prestar.

—Hmmm... Dream, ¿puedes...?

—¿Eh? —Dream vio la ropa a su lado—. Oh, eso. Vístete aquí, no tengo ningún problema.

George dudó por un momento, pero luego a armó de valor y salió con la toalla amarrada a la cintura y con sus brazos cubría su pecho.

—No te cubras, eres lindo.

—No me mires.

—¿Te pongo nervioso? —preguntó juguetonamente.

—Un poco —admitió George con vergüenza.

—Creo que puedo ayudarte.

Dream se empezó a desvestir y George lo miraba atentamente.

—Ahora estamos iguales —dijo Dream completamente desnudo solo cubriendo con sus manos su entrepierna.

George vio su cuerpo y luego al de Dream. Dream no tenía nada que envidiarle al cuerpo de los modelos, en cambio el cuerpo de George solo era delgado y sin gracia.

—Oye, no te compares. Te ves bien tal y como eres, ¿sí?

Dream depositó un beso en su mejilla y empezó a acariciar el cuerpo de George desde sus hombros hasta su abdomen.

—Dream...

—¿Qué pasa, bebé?

—Gracias por fijarte en mí. Nadie nunca lo había hecho antes.

—Eso es imposible, eres hermoso.

Dream empezó a dejar besos húmedos por su cuello y George se dejó llevar. Le gustaba eso. Le gustaba que Dream lo viera como alguien lindo. Era una sensación que no tenía todo el tiempo. Sus padres demostraban cada vez que podían su amor hacía él, pero no era igual al amor de Dream, era un amor diferente. Era un amor que le gustaría seguir conservando.

Dejó que Dream se apropiara de su cuerpo. Dejó envolverse en ese dulce tacto. Y no notó las otras intenciones que tenía Dream.

...

¿Están bien? Esto ya tiene más de 1k lecturas. ¿Tan masoquistas son?

Maniac [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora