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Tener que dejar todos aquellos privilegios que le habían dado el dinero de sus padres no fue fácil. Tuvo que aprender varias cosas básicas que nunca pensó que haría en su vida. Entre ellas estaba cocinar, lavar o incluso ordenar su propia habitación. Por suerte tenía a George y a su paciencia que le ayudaban a aprender y poco a poco hacía sus cosas solas.

—¿Cómo es que pueden hacer esto todos los días?

—Es más sencillo de lo que parece.

—Me siento inútil.

—Lo estás haciendo bien, Dream.

—Lo dices para hacerme sentir mejor —dijo dejándose caer sobre el colchón.

—No es cierto.

—Por poco se evapora toda el agua que puse a hervir, metí la ropa en la secadora antes que en la lavadora y ni siquiera terminé de ordenar mi habitación. ¡Ni siquiera sé cómo desordeno tanto si solo estuve aquí tres días!

—Por algo se empieza. No te estreses.

—Debes pensar que soy estúpido.

—Estás dando lo mejor de ti. Con el tiempo te darás cuenta de lo fácil que es. En algún momento tenías que aprender a hacer todo eso.

—Supongo...

—¿Por qué no salimos hoy? Seguro eso te haga sentir mejor.

—Bueno. Si insistes —una pequeña sonrisa se escapó por el rostro de Dream.

—Sé que quieres.

...

Fueron a una fiesta de un amigo no tan cercano de Dream con tal de solo divertirse. Por primera vez iban a una fiesta para divertirse solo los dos juntos o al menos eso creían hasta que vieron que Sapnap también estaba allí.

—Creo que mejor nos vamos —dijo Dream tomando a George de la mano para llevarlo a la salida.

—Hemos venido a divertirnos, Dream. No vamos a dejar que Sapnap nos quite nuestra diversión, ¿sí?

—Y si...

—Ignóralo. Esta es nuestra noche.

George lo arrastró hasta el centro a bailar sin importarle las personas a su alrededor. Dream aunque estaba un poco temeroso de que alguien dijera algo malo de ellos poco a poco fue importándole menos hasta que lo único en lo que podía fijarse era George.

—Perdón —dijo Dream cuando chocó con la espalda de alguien.

—¿Dream?

—Sapnap... No me di cuenta que estabas acá —dijo algo incómodo.

—Yo tampoco. Ya no me hablas para nada y estaba aburrido. Oh, veo que estás con George —Sapnap se interpuso entre los dos—. ¿Es que acaso no te cansas de humillarte, cachorrito? —le preguntó a George.

—No le hables así —le dijo Dream.

—¿Otra vez vas a actuar como el chico bueno para acostarte con ese? ¿Tan bien te la chupa?

—No, no estoy actuando, Sapnap. A mí me gusta George y si no te parece te puedes largar.

—Porque no mejor se largan ustedes para de putos.

Sapnap lanzó el primer golpe contra Dream y este no tardó en lanzarlo al piso.

—Basta, Dream, por favor —le suplicaba George.

—Sí, Dream, basta. Escucha a tu novio —empezó a provocarlo Sapnap.

—¡¡Cállate, pedazo de mierda!!

—¡¡La única mierda aquí son ustedes dos!! ¡¡Están jodidamente enfermos!! ¿¡Qué mierda te hicieron, Dream!?

—¡¡Cierra la maldita boca!! ¡¡El único enfermo aquí eres tú!! ¡¡Solo utilizas todos incluso a tu novia!!

—¿¡Y tú eres diferente, Dream!? ¡¡Eres la misma mierda que antes y lo seguirás siendo!! ¿Te dijo que iba a cambiar, George? Es un maldito mentiroso. No le creas nada. Te está usando y te va a seguir usando. Nadie cambia.

George tomó a Dream de los hombros apartándolo de Sapnap y se puso al frente para darle una patada en su entrepierna.

—¿Por qué nos llamas enfermos a nosotros? Tú también querías acostarte conmigo, bebé. ¡Bienvenido al grupo!

George tomó la mano de Dream y ambos salieron corriendo de aquella casa riéndose de todo lo que había pasado.

—¡Le cerraste la boca!

—Solo dije la verdad. Se lo merecía.

—Gracias, George.

—No hay nada que agradecer. ¿Estás bien? Tu labio está sangrando.

Dream pasó su lengua sobre sus labios dándose cuenta que era cierta.

—No me había dado cuenta.

—Vamos a tener que curar eso.

—No es para tanto.

...

Llegaron a la casa de George y su madre no tardó en recibirlos.

—¿Qué te pasó cariño? ¿Te pegaron los chicos malos? —le dijo la mujer a Dream.

—Oh, sí. Un chico muy malo me ha lastimado, pero George me ha defendido. Es un chico muy fuerte.

George rodó los ojos por el tonto que había utilizado Dream para alabarlo.

—Les voy a preparar una sopa para que estén sanos y fuertes.

—Mamá, no es necesario.

—Yo si quiero sopita —dijo Dream.

—Ya se las preparo.

—¡No! Que se lo haga él. Lo engríes demasiado. Ni siquiera me tratas tan bien a mí.

—Tú puedes hacer tus cosas solo, George.

Una vez que la madre de George se dio la vuelta, Dream le sacó la lengua a George y este último le sacó el dedo del medio.

—¿Te gusta el pollo, Dream? —le preguntó la madre de George dándose la vuelta.

—Sí —dijo Dream alegre.

—Y también la polla —dijo George molesto.

—¡George, cuida tu lenguaje! —le regañó su madre.

—Sí, George, cuida tu lenguaje —le dijo Dream.

—Los odio.

Maniac [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora