Maniac [Dreamnotfound]

7

—George, ¿qué haces?

—Pasando tiempo con mi novio.

—Ustedes no son... —Dream le guiñó un ojo a Sapnap—. Oh, ya veo. Le pegaste tu homosexualidad a mi amigo.

—Tú querías acostarte conmigo.

—Pero no soy gay... y tú aceptaste. Le estás siendo infiel a tu novio.

—Si no hice nada contigo no cuenta como infidelidad.

—Dream, ayúdame —le pidió Sapnap.

—Mi bebé tiene razón. Él no hizo nada malo.

—Dream, dile.

—¿Qué me tienes que decir, Dream?

—Nada. Sapnap tiene envidia de nuestra relación, porque la suya no funciona.

—Dile la verdad, Dream.

—Esa es la verdad.

—Se va a enterar.

—No entiendo lo que dice —le dijo George.

—No lo escuches. Habla estupideces todo el tiempo. Tú solo confía en mí.

Sapnap se marchó dejando a los tres solos. Porque aunque Karl estuviera ahí, su presencia no era tan importante.

—¿Por qué no respondías mis mensajes?

—Me está fallando un poco el celular. A veces no me llegan las notificaciones.

—Ahora me siento como un tonto. Por un momento creí que ya no querías saber nada más de mí.

—No pienses en esas cosas. Confía en mí. Eres lo más importante que tengo y nunca haría nada para lastimarte, ¿sí?

—Lo entiendo. Te amo, Dream. No creía que podía existir una persona tan maravillosa como tú.

—También te amo.

Karl los dejó solos y fue a buscar a Sapnap. Era mejor que estar con esa parejita.

...

—Me aburro —dijo George haciendo un puchero.

—¿Qué quieres hacer?

—¿Podemos ir a nadar?

—¡Carrera hasta la orilla! ¡El último en llegar es un huevo podrido!

George se levantó de inmediato y empezó a correr. Dream tenía sus piernas más largas y eso hacía que pudiera ir mucho más rápido. Antes de que llegaran a la orilla, George se trepó de sus hombros, lo que hizo que Dream perdiera el equilibrio y se estrellara contra la arena.

—¿Estás bien?

—Bien lleno de arena. Me las vas a pagar.

Dream cargó a George como si de un saco de papa se tratase y lo lanzó al mar.

—¡¡Oye!! —se quejó.

—¡¡Es mi venganza!!

Dream corrió al mar para abrazarlo y lanzarle agua.

—¡¡Basta!! —decía George sin dejar de reírse.

—Solo voy a parar con una condición.