EPÍLOGO

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El mes de Marzo no dejaba de sorprender a Lana. 

Había varios días espectaculares, perfectos, en los que parecía que cualquier cosa fuera posible. El cielo azul sin una sola nube daría la bienvenida a las praderas verdes que se habían mantenido parduzcas durante el invierno; de repente, el mundo estallaría de color. Las mañanas serían frías, pero la temperatura ascendería durante el día, cuando el sol brillara en el cielo. Bueno, al menos algunas veces. 

Ya de por si era extraño que hubiese sol en Forks. Y su hermana Elizabeth tuvo la suerte de casarse  en un día de esos. Aquel era uno de esos efímeros días primaverales.

Mientras Lana permanecía de pie en medio del césped cuidado con tanto mimo, se fijó en Mary Kate, que departía animadamente con un grupo de gente que Lana no conocía, con una amplia sonrisa jovial en la cara. Era difícil creer que hasta hacía poco le hubiera costado tanto recuperar la sonrisa. Durante meses, Kate había sufrido pesadillas con Raymond. Y Lana debía admitir que algunas noches también despertaba sobresaltada de algún que otro sueño atormentador. Aunque eran solo eso: sueños.

Miró por encima del hombro y examinó al numeroso grupo de gente congregado en el jardín. En silencio les agradeció que estuvieran allí.

La boda había sido espectacular; con su madre como organizadora de todos los detalles, Lana no esperaba menos. Lizzie parecía etérea en su traje de novia, una confección de satén vaporoso, diminutas perlas marinas y delicado encaje. Phillip se había quedado ensimismado mirándola durante toda la ceremonia en la iglesia St. Michael's. La vieja estructura religiosa en Forks era el lugar preferido para celebrar bodas por las familias más aristocráticas, pero cuando Lizzie comentó: «No puedo creer que nadie quiera casarse en otro lugar», lo soltó de una forma que parecía lógica y sincera en lugar de pedante.

Detrás de ella, el banquete de boda estaba en plena efervescencia. Los actos solemnes habían dado paso a la fiesta. Lizzie quería que la recepción se celebrara en la casa. Y, por lo que podía ver, no habían reparado en gastos. Una majestuosa pérgola blanca brillaba con intrincadas luces encordadas; los invitados bailaban sobre un suelo de parqué frente a una banda formada por diez músicos. La comida había sido preparada por uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad de Seatle; los adornos florales eran verdaderas piezas de arte. Lana sabía que ella nunca tendría una boda como aquella; no era su estilo. Mientras tuviera a sus amigos y a su familia cerca (y quizás un par de piñatas para los invitados más jóvenes) sería feliz.

Tampoco era que se planteara casarse pronto. El tema no había salido todavía a colación. Y no tenía ninguna intención de preguntar a Jacob directamente. Sabía que él le sería sincero. Quizá le soltaría una indirecta cuando se presentara la ocasión. Con todo, a veces la idea la ponía nerviosa. Además, aun tenia diecisiete años. Le quedaba tiempo para pensar en esas cosas. 

Lana notó que Jacob se le acercaba por la espalda y luego sintió su brazo alrededor de la cintura. Se apoyó en él.

—Aquí estás; te estaba buscando —dijo él. 

—Es tan bonito el paisaje, junto a la fuente... —comentó ella, intentando zafarse de la situación que le esperaba. 

—Me debes un baile —le susurró Jacob en la oreja. 

Al darse la vuelta, de nuevo volvió a quedarse impresionada al comprobar lo guapo que era con traje de gala. 

—No creo que eso fuera parte del trato—apuntó ella. 

—El trato era conocer a tu madre y asistir a la boda. Algo que cumplí al pie de la letra. Ahora me toca a mi reclamar. Especialmente después del regalo de navidad que me hiciste.

—¿Sigues enojado por eso?—comentó desorbitada—. Ya te dije que no había devoluciones

—Lo se. Solo que me esperaba algo mas pequeño. No una Ducati Diavel. —reprochó. 

Lana se alzó de hombros. 

—¡Oye!. De todas las motocicletas que pude haber elegido, esa es la mas pequeña. Solo alégrate y ya. Vas a entristecer a tu novia si continuas con eso. 

—Lo dejare pasar, solo porque al fin reconoces que estamos en una relación. ¿Bailamos?

—No hay música. 

—Por allá si. Una banda entera. —señalo a la orquesta que tocaba frente a la casa. Lana bufó y lo tomó del brazo. 

—¡Bien!. Tu ganas. 

Lo guió hacia la pista y colocó sus brazos alrededor de el. 

—Te advierto de que ya me duelen los pies. 

—Prometo que no me reiré de ti si bailas dando saltitos. 

—Qué bien, gracias.

 Se inclinó hacia ella y la besó. Lana sonrió, todavía extasiada por el roce de sus labios. 

Jacob le dio un giro y le hizo pegar su espalda con su pecho. Luego, le susurró en el oído:

—Mira allí—señaló.

Elizabeth danzaba abrazada a Philip, en el centro de la pista; ambos enamorados y felices. 

—Nosotros seremos los próximos—le dijo.

Lana negó. 

—No. Bella y Edward lo serán. ¿Que no leíste las invitaciones?—le dijo con sorna. 

El le dio otra vuelta y volvió a tenerla entre sus brazos. 

—Entonces, después de ellos. 

Lana lo miró a los ojos y sintió su corazón latir con fuerza. 

—¿En serio quieres casarte conmigo?

En su tono, no hubo vacilación alguna. 

—Mas que nada en el mundo. Tu eres lo que yo veo en mi futuro, Lana. 

Ella se acercó para besarlo y sonrió. 

Entonces miró mas allá de el. Hacia lo desconocido de su mente. Allí había una mujer joven y rubia, y había un hombre de piel rojiza junto a ella, que inclinaba la cabeza mientras se reía. Otras imágenes pasaron por su cabeza también, momentos que se mezclaban entre realidades: una ventana chorreada de lluvia, la mujer rubia llamando a alguien, el hombre y un niño pequeño de la mano caminando hacia ella. Cada momento creado en su mente daba paso a otro. Ella imaginaba su vida junto a el. 

—¿Por que sonríes?—quiso saber Jacob

Lana tomó sus manos y las sostuvo, sintiendo el calor de su piel.

—Cierra los ojos—indicó—Déjame contarte lo que yo veo. 



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Y llegamos al final!. Espero les haya gustado y gracias por el apoyo que dieron a esta historia. Seguramente dedique algunos extras , pero la historia en si ya esta terminada. Gracias por leer!. Hasta pronto!. 

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora