10: Las tardes tranquilas están sobrevaloradas.

4.2K 397 9
                                    

LANA

Lamentablemente, no había conseguido aclarar la situación.

Despues de la pelea con su hermana, caminó por el bosque sin sentido hasta que acabó en la playa de la reserva. Estaba vacio. Solo ella y el mar. De alguna forma, eso no la hizo sentirse mejor.

Lo primero que pensó fue que Raymond estaba loco por completo. Ella debió haber dicho algo como: «¿Se puede saber qué mierda te estás inventando?», o: «¡Si crees que me gustas, es que no estás bien de la cabeza!». Sin embargo, no lo hizo. Y eso fue lo peor que podria haber hecho, o al menos, eso pensaba ella.

Con un suspiro se arrastró hasta unos troncos que habia en la playa y se sentó allí; a contemplar el mar. En su profunda contemplación, no lograba quitar las palabras de su hermana de la cabeza:

«Te detesto, Lana. No vuelvas a dirigirme la palabra. Nunca mas. »

Sintió ganas de llorar, y un par de lagrimas se escaparon de sus ojos. Las quitó con rapidez. Se sentia ridicula, tonta y humillada. Raymond logró lo que ni su madre ni nadie antes habia logrado: resquebrajar la confianza que tenia su hermana en ella.

De pronto, fue consciente de la situacion con mucha nitidez. Tanto, que se quedó petrificada. ¿Como haria para que Kate vuelva a confiar en ella?. Mientras el maldito siga dando vueltas alrededor, no sucedería. Definitivamente, el la tenia cegada ante la verdad. Y por mas que lo intentara, no habia podido hacerle abrir los ojos.  Pero Lana no era de rendirse facilmente. Ella haria lo que sea para recuperar a su hermana.

Sus pensamientos se vieron bloqueados por la presencia de otra persona en el lugar. Ella alzó la vista cuando él se acercó, y después volvió a centrar la atención en el horizonte, sin mostrarse ni sorprendida ni complacida. Ya estaba casi acostumbrada de cruzarcelo todo el tiempo.

—Es la primera vez que te veo pisar este lugar.—comentó Jacob, sentandose cerca de ella. Por primera vez, a Lana no le molestó su presencia.

—Si, bueno, siempre hay una primera vez para todo—refunfuño.

—¿Estas bien?

Ella vaciló un momento, luego respondió:

—¿Desde cuando te importa?

—Desde que la chica de mis pesadillas ocupa mi lugar favorito—bromeó el. Lana lo observó.

—¿En serio?. ¿Este es tu lugar favorito?

Jacob se alzó de hombros y ladeó la cabeza levemente.

—Siempre vengo aqui a pensar. Ademas, la vista es buena, mejor que en otro sitio.

—Se nota que no viste muchos sitios entonces. —aseguró ella.

—Y tu que no has explorado las bellezas que esconde este pueblo.

Lana soltó una pequeña risa ironica.

—Lo unico que esconde este pueblo, es el sol.

Jacob se echo a reir.

—Si supongo que en eso tienes razón.

Por un momento, los dos permanecieron en silencio. Jacob parecía perfectamente relajado y tranquilo; Lana, en cambio, intentaba concentrarse en la vista. Lo encudriño con el rabillo del ojo, intentando descifrar porque le parecia tan diferente a otros chicos.

En su experiencia, los chicos de su edad solían encajar en una de las siguientes cinco categorías: tipos arrogantes que creían ser una de las creaciones favoritas de Dios; chistosos que podían ser una buena compañía, pero eran estupidos; tipos tímidos que apenas abrían la boca para hablar; chicos que no mostraban el mínimo interés en ella por la razón que fuera; y los chicos buenos de verdad, genuinos, casi todos tenían pareja .

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora