19: Algo por hacer.

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RAYMOND

Raymond los miró a la distancia. Desde la ventana. Viendo como se besaban frente a la casa con desfachatez. « Así están las cosas, ¿eh?» pensó .Maldición. Maldita fuera esa chica. Había llegado la hora de divertirse. Quemaría la casa después. 

Él sonrió. Nadie siquiera sospecharía que había sido el en absoluto. Daría la misma excusa de siempre, de haberse ido a dormir temprano. Y luego escaparía por la parte de atrás.  No hay nada como un gran fuego, porque los fuegos estaban vivos. Los incendios, especialmente los grandes, se mueven y bailan y destruyen y devoran. 

Se acordó de prender fuego a un establo cuando tenía doce años y verlo arder durante horas, pensando que él nunca había visto nada más increíble. Así que había encendido otro, esta vez en un almacén abandonado. Con los años, se había establecido un grupo de ellos. No había nada mejor; nada lo hizo más alto que el poder que él sintió con un encendedor en sus manos.

Pero él no lo haría. Esa noche no, al menos. 

Había intentado por todos los medios no pensar en Lana. Así que él no era su tipo, ¿eh? Así que quería pasar el rato con el niño del bosque, ¿eh? El príncipe del taller de frenos baratos. Bueno, probablemente no conseguiría atraparlo. Probablemente sólo era una patética calienta braguetas frígida. Pero, aun así, no acertaba a entender en qué había fallado con ella o por qué ella parecía aborrecerlo de esa manera.

Estaba mucho mejor sin esa. No la necesitaba. No necesitaba a nadie, y por eso precisamente se preguntaba por qué continuaba espiándola o por qué le molestaba tanto que saliera con ese chico. Indudablemente, podría divertirse con ellos. De la misma forma que pensaba divertirse aquella noche con alguna chica de algún pub cercano. 

Lana las iba a pagar. 


                     ●●●

LANA

En el dormitorio, después de haber pasado casi todo el tiempo encerrada allí, Lana obligó  a su hermana Gracie a dormir con ella esa noche; al igual que tenia pensado hacerlo todos los días hasta que Raymond abandonara la casa y su familia regresara. 

Quizás, estaba siendo melodramática. No era que quisiera preocuparse, pero no veía de que podía servir ignorar el problema. Un monstruo iba a estar habitando en la casa por un par de días; y si quería proteger a su hermana de el, Lana haría lo que fuera necesario. 

—No entiendo. ¿Porque quieres que duerma contigo?. —cuestionó Gracie confundida, mientras ella le peinaba el cabello sentada en la cama. 

—Porque tengo miedo. Al igual que tú cuando tienes pesadillas—justificó. 

Gracie frunció el ceño y se volteó a mirarla.

—Pero eres adulta. 

—Eso no significa que no tenga miedo, Lou. Todos tenemos, incluso los adultos. 

—¿Incluso mamá?—preguntó. Lana le dio otra cepillada.

—Si. Incluso ella. —dejó el cepillo aun lado y le sonrió—Así que ahora, entra al baño y ponte el pijama. Es hora de dormir. 

—¿Prada dormirá con nosotras?

Lana hizo una mueca. 

—Intentaré encontrarla primero. Sabes que siempre se esconde. 

—¡Como la tortuga!—sonrió de repente—.Oculta su cabeza como la tortuga. 

Lana asintió comprendiendo que quería decir. 

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora