𓇼 "𝘕𝘰 𝘰𝘤𝘦𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘦𝘴 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘪𝘯 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴"
Cuando una guerra está por estallar entre los dioses, llega un nuevo campista al campamento que, sin saberlo, está destinado a partir en una misión para...
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—— Capturamos una bandera
Ophelia Murano
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Durante los días que siguieron pasé gran parte de mi tiempo con Percy, ayudándolo a acostumbrarse y enseñándole algunas cosas. Ya le estaba tomando algo de aprecio.
El jueves por la tarde me llegó el rumor de que Percy había logrado derrotar a Luke en su primer clase de espada, debo decir, fue sorprendente de escuchar teniendo en cuenta que solo había destacado con la canoa.
Pero lo más importante de ese día era que por la noche jugaríamos captura la bandera.
Cuando los platos estuvieron fuera e hicieron sonar la caracola, rápidamente Clarisse y sus amigos corrieron a un lado del pabellón con una larga bandera de seda roja, con una lanza ensangrentada y una cabeza de jabalí pintadas en ella. De igual modo hicieron Annabeth y unos de sus amigos, pero su bandera era de un gris brillante con una lechuza encima de un árbol de olivo. Todos los campistas gritaban y vitoreaban.
Se anunciaron los grupos. Por un lado Atenea había hecho una alianza con Apolo y Hermes, las dos grandes cabañas. Y por el otro, Ares estaba aliado con las demás cabañas, Afrodita, Dioniso, Deméter y Hefesto.
Quirón coceó el mármol del suelo. — ¡Héroes! –anunció–. Conocen las reglas. El arroyo es la frontera. Vale todo el bosque. Se permiten todo tipo de artilugios mágicos. El estandarte debe estar claramente expuesto y no tener más de dos guardias. Los prisioneros pueden ser desarmados, pero no heridos ni amordazados. No se permite matar ni mutilar. Yo haré de árbitro y médico de urgencia ¡Armas!
Abrió los brazos y las mesas se cubrieron de equipamiento: cascos, espadas de bronce, lanzas, escudos de piel de buey con protecciones de metal.
— ¡Equipo azul, adelante! –gritó Annabeth.
Mientras seguíamos a Annabeth por el camino, conseguí acercarme a Percy. Al llegar a su lado pasé mi brazo por sus hombros y me acerqué a su oído para que me escuchara con más facilidad.
