𓇼 "𝘕𝘰 𝘰𝘤𝘦𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘦𝘴 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘪𝘯 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴"
Cuando una guerra está por estallar entre los dioses, llega un nuevo campista al campamento que, sin saberlo, está destinado a partir en una misión para...
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—— Probamos camas de agua
Percy Jackson
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No sabíamos cómo íbamos a llegar a Los Ángeles a tiempo. Solo quedaba un día y no teníamos nada de dinero, lo único que quedaba era caminar, pero claro que no íbamos a lograrlo.
De pronto Ophelia se acercó a una camioneta negra, brillante y grande. Dió unos golpecitos en la ventana del conductor como si de una puerta se tratara.
Temía que el señor del auto le hiciera algo a Ophelia. Pero ella simplemente comenzó a hablar con el conductor.
Unos momentos después se acercó a nosotros con una sonrisa. — Ya tenemos transporte, chicos –dijo.
Se dió la vuelta y caminó hacia el vehículo, esperando que la siguieramos.
— ¿Estás segura de esto? –preguntó Annabeth– ¿Conoces a ese tipo?
— ¿Ves esa calcomanía al costado de la camioneta? Es el logo de una de las empresas de mi padre –respondió Ophelia–. Si quiere conservar su trabajo, no se atreverá a tocarnos un pelo.
Así que los cuatro entramos en la camioneta. Grover, Annabeth y yo en los asientos traseros, y Ophelia haciendo de copiloto.
— Gracias Johnny –le dijo Ophelia al conductor–. Prometemos no ser una gran molestia ¿verdad chicos?
— Si –contesté.
— No hay problema, señorita –respondió el tal Johnny–. Su padre siempre ha sido muy amable conmigo, me alegra poder hacerles este favor. ¿A qué parte de Los Ángeles vamos?
— Hasta el embarcadero de Santa Mónica.
En la carretera tuvimos tiempo de sobra para hablar. Les conté mi último sueño, pero los detalles se volvieron borrosos al intentar recordarlos. El Casino Loto parecía haber provocado un cortocircuito en mi memoria. No recordaba de quién era la voz del sirviente invisible, aunque estaba seguro de que era alguien que conocía. El sirviente había llamado al monstruo del foso algo más aparte de «mi señor». Había usado un nombre o título especial…
