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 La escoba de Harry saltó de inmediato en sus manos al igual que la mía no es tan difícil la verdad los chicos ya me han explicado varias veces además de que ya hemos ''jugado quidditch'' según ellos, pero sí que me han ayudado asi que fui una de las pocas que lo consiguió. La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo y la de Neville no se movió en absoluto. «A lo mejor las escobas saben, como los caballos, cuándo tienes miedo», pensé ya que Neville no se veía nada contento y había un temblor en la voz de Neville que indica, demasiado claro, que desea mantener sus pies en la tierra. Luego, la señora Hooch nos enseñó cómo montarnos en la escoba, sin deslizarnos hasta la punta, y recorrió la fila, dirigiendo la forma de sujetarla me felicito en algunas ocasiones y me puso de ejemplo, pero lo que más me alegro y muchísimo fue cuando la profesora le dijo a Malfoy que lo había estado haciendo mal durante todos esos años y claramente no solo a mí me alegro vi muchas caras sonrientes entre los Gryffindors. —Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada.... Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados... tres... dos. — no termino de contar la profesora cuando Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara de que contara hasta tres o de que sonara el silbato — ¡Vuelve, muchacho! — le grita la profesora, pero Neville sube en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatro metros... seis metros... Pobre Neville ya tiene la cara pálida y se nota asustado, mirando hacia el terreno que se aleja, se ve como se desliza hacia un lado de la escoba y. BUM... Un ruido horrible y Neville quedó tirado en la hierba. Su escoba seguía subiendo, cada vez más alto hasta que comenzó a torcer hacia el bosque prohibido y desaparece de la vista. La señora Hooch se inclina sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico. —La muñeca fracturada. Vamos, muchacho... Está bien... A levantarse— le ayudo a la maestra con él y se vuelve hacia el resto de la clase. —No debéis moveros mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejad las escobas dónde están o estaréis fuera de Hogwarts más rápido de lo que tardéis en decir quidditch... Vamos, hijo— dijo la profesora a Neville, que tiene la cara surcada de lágrimas y agarrándose la muñeca, cojeaba al lado de la señora Hooch, que lo sostenía. Casi antes de que pudieran marcharse, Malfoy ya se está riendo a carcajadas. —¿Habéis visto la cara de ese gran zoquete? — dice Malfoy y Los otros Slytherin le hacen coro. —¡Cierra la boca, Malfoy! —dijo en tono cortante y enojada. —Oh, ¿estás enamorada de Longbottom? — me pregunta Pansy Parkinson, una chica de Slytherin de rostro duro y bastante boba que casi siempre esta tras Draco —Nunca pensé que te podían gustar los gorditos llorones, Black —me dice Pansy y la agarró del cuello de la capa —Mas te vale que te calles Parkinson— dijo y antes de golpearla Hermione me jala —¡Mirad! Es esa cosa estúpida que le mandó la abuela a Longbottom— dice y la Recordadora brilla al sol cuando la coge. —Trae eso aquí, Malfoy — le dice Harry con calma. Todos dejaron de hablar para observarlos. Malfoy sonrió con malignidad. —Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque... ¿Qué os parece... en la copa de un árbol? — dice Draco sonriendo —¡Tráela aquí! — gritamos a coro Harry y yo, pero Malfoy había subido a su escoba y se aleja. No había mentido, sabía volar. Desde las ramas más altas de un roble nos llamó —¡Venga a buscarla! —grita Malfoy haciéndose el valiente Harry cogió su escoba y yo la mía —¡No! La señora Hooch dijo que no nos moviéramos. Nos vas a meter en un lío. — nos dice Hermione, pero Harry no le hizo caso. Se montó en su escoba, pegó una fuerte patada y subió. El aire agita su pelo y su túnica, silbando tras él miramos atentamente a los chicos ya que no se escucha muy bien lo que dicen en el aire, pero de repente el idiota de Malfoy arroja la recordadora de Neville, pero Harry parece que va en Cámara lenta hacia ella y al momento siguiente, está ganando velocidad en la caída, persiguiéndola, con el viento silbando en sus orejas mezclándose con los gritos de los que miran. Extendió la mano y, a unos metros del suelo, la atrapó, justo a tiempo para enderezar su escoba y descender suavemente sobre la hierba, con la Recordadora a salvo le íbamos a ir a celebrar, pero un grito nos interrumpió. —¡HARRY POTTER! ¡MISOL BLACK! — grita la profesora McGonagall —pero si yo no he hecho nada... mierd. —dijo y suelto la escoba lo más rápido que puedo Harry me pasa la recordadora antes de bajar y la atrapo me la guardo la profesora McGonagall corre hacia ambos —Nunca... en todos mis años en Hogwarts... —La profesora McGonagall está casi muda de la impresión, y sus gafas parecen que centelleaban de furia. —¿Cómo se ha atrevido...? Has podido romperte el cuello... — dice la profesora y volteo a ver a Harry que estaba igual que yo —No fue culpa de ellos, profesora... —Parvati trata de defendernos —Silencio, Parvati— dice la profesora y antes de que termine la interrumpe Ron —Pero Malfoy... — dice, pero a él también lo calla la profesora —Ya es suficiente, Weasley. Harry, Misol vengan conmigo. —En aquel momento, pude ver el aire triunfal de Malfoy y Pansy, mientras andábamos inseguros tras la profesora McGonagall, de vuelta al castillo. Nos iban a expulsar; lo sabía. Quería decir algo para defenderme y a Harry, pero no podía controlar mi propia voz. La profesora McGonagall anda muy rápido, sin siquiera mirarnos. Teníamos que correr para lograr alcanzarla. Esta vez sí que lo había hecho. No había durado ni dos semanas. En diez minutos estaría haciendo mi maleta. ¿Qué haría? no tenía a dónde ir ¿Os? ni siquiera familia la cual me acepte menos si saben que a las dos semanas me expulsaron. Subimos por los peldaños delanteros y después por la escalera de mármol. La profesora McGonagall seguía sin hablar. Abría puertas y anda por los pasillos, y nosotros corriendo tristemente tras ella. Tal vez nos llevaba ante Dumbledore la verdad no quería decepcionarle fue el único que me dio una oportunidad. La profesora McGonagall se detuvo ante un aula. Abrió la puerta y asomó la cabeza. —Discúlpeme, profesor Flitwick. ¿Puedo llevarme a Wood un momento? — le pide la profesora al profesor «¿Wood? ¿Wood sería el encargado de aplicar los castigos físicos?» Pero conozco ese tal Wood creo según yo es sólo un muchacho corpulento de quinto año conocido de los gemelos, veo que sale de la clase de Flitwick con aire confundido al verme sonríe y le devuelvo la sonrisa ya que si es al que conozco por los gemelos mira después a Harry. —Seguidme los tres —dijo la profesora McGonagall. Avanzamos por el pasillo Wood mirando a Harry con curiosidad ya que a él no lo conocía —Aquí. — nos dice la profesora McGonagall y nos señaló un aula en la que sólo estaba Peeves, ocupado en escribir groserías en la pizarra —¡Fuera, Peeves! — le dijo con ira la profesora. Peeves tiró la tiza en un cubo y se marchó maldiciendo. La profesora McGonagall cerró la puerta y se volvió para encararse con todos, aunque éramos solo 3. —Por lo que veo ya conoces a Black así que Potter éste es Oliver Wood. Wood, te he encontrado un buscador—. La expresión de intriga de Wood se convirtió en deleite. —¿Está segura, profesora? — le pregunta Wood parece como si le fueran dado una super noticia —Totalmente — dijo la profesora con vigor la verdad nunca pensé escucharla a si —Este chico tiene un talento natural. Nunca vi nada parecido. ¿Ésta ha sido tu primera vez con la escoba, Potter? — Harry asintió con la cabeza en silencio. y si probablemente a gran Harry Potter le den un campo y a mí me castiguen, aunque aún no se bien el por qué. —Atrapó una cosa con la mano, después de un vuelo de quince metros — le explicó la profesora a Wood y saco la recordadora de Neville Wood asiente y la vuelvo aguardar —Ni un rasguño. Charlie Weasley no lo habría hecho mejor— Wood parece pensar que todos sus sueños se han hecho realidad. y si todos aman a Harry Potter el niño que vivió, pero nadie quiere a la que probablemente sea la hija de un asesino que está en Azkaban. Genial lo que me faltaba, aunque no tengo nada contra Harry me cae tan mal las comparaciones que nos hacen o como nos tratan los maestros por nuestros apellidos. —¿Alguna vez has visto un partido de quidditch, Potter? — le pregunta Wood excitado —Wood es el capitán del equipo de Gryffindor — aclaró la profesora McGonagall a Harry —Y tiene el cuerpo indicado para ser buscador — le dice Wood, paseando alrededor de Harry y observándolo con atención —Ligero, veloz... Vamos a tener que darle una escoba decente, profesora, una Nimbas 2.000 o una Cleansweep 7— dice Wood y le sonríe a Harry —Hablaré con el profesor Dumbledore para ver si podemos suspender la regla del primer año. Los cielos saben que necesitamos un equipo mejor que el del año pasado. Fuimos aplastados por Slytherin en ese último partido. No pude mirar a la cara a Severus Snape en vanas semanas. — La profesora McGonagall observó con severidad a Harry, por encima de sus gafas. —Quiero oír que te entrenas mucho, Potter, o cambiaré de idea sobre tu castigo. — Luego, súbitamente, sonrió. —Tu padre habría estado orgulloso, era un excelente jugador de quidditch. — me agacho en el asiento y volteo a otro lado —Profesora ¿que pasara con Misol? Ella es muy buena la profesora Hooch estaba muy contenta con ella— dice Harry y Wood me mira muy contento —Eso es muy cierto he visto a esta chica jugar con los gemelos y no cualquiera les da pelea, además no conozco a alguien más ágil con la pelota y tiene un tino maestra debería verla pelear contra los gemelos — dice Wood —Lo he hecho Wood asi que como ya dije hablare con el profesor Dumbledore asi que también va para usted señorita Black — dice y asiento muy contenta y al fin la profesora nos deja salir y cuando ya estamos un poco más lejos abrazo a Harry —Gracias por defenderme o lo que sea que allá sido eso— dijo contenta y camio un poco más rápido —De nada pero era la verdad hasta Wood lo dijo eres buena — me dio grita Harry y sonrió busco a Wood el cual al verme sonríe —Oye Wood gracias— dijo sonriendo a lo que sonríe — Cual gracias eso fue solo la verdad eres y serás una excelente jugadora pero hay que mantenerlo en secreto ustedes dos serán nuestra arma secreta— dice contento y asiento.... 

Misol Black (La Piedra Filosofal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora