1

84 6 2
                                    

Para cuando Kaitlin fue a por él, no tenía cabeza para mas problemas esa noche: tenía un menú nuevo, y aunque había catado todas y cada una de las botellas que personalmente había subido desde la cata subterránea, aun tenía la sensación qué aquel Carmené podría ser muy poco atractivo para esos filetes que estarían hoy puestos en las mesas. El gesto de su nariz fue demasiado sincero para cuando al salir de la cocina y acercarse hasta las mesas, el destacaba entre todos los que estaban sentados allí.

-Revisé muchas veces y si, tenía una reservación y estaba pagada desde el día de la llamada, no sé cómo logró la mesa.

Observó a la castaña a su lado, pero ahora, necesitaba usar todos sus recursos para poder hacer de esa situación lo menos mediática y razonable posible. Se arregló un poco el saco y se encamino a dicha mesa, podía ver como el garzón de turno parecía luchar con su propio control en lo que aquel hombre, que ahora podía ver mas en detalle, parecía aun ver la carta sin entender.

-Buenas tardes – el garzón al ver quien hablaba inmediatamente asintió disculpándose para retirarse, aquel hombre, de guantes de cuero (lo que hizo que el ceño del Ingles se estrujara un poco, no era seda, no era satín, era... un cuero gastado, podía notarlo en los nudillos de sus manos) – soy el encargado, ¿necesita ayuda?

El hombre finalmente levanto la vista, para terminar, balbuceando un poco y recibir una mirada poco empática hacia quien le estaba haciendo perder el tiempo, y cambiando drásticamente el corte visual de dicho lugar.

-Bueno si, yo... - movió su mano y sus labios, observando al Ingles quien, con las manos estrechadas con fuerza tras su espalda, se mantenía en una postura de ayuda cuando en verdad estaba deseando poder concentrarse en otros temas – Yo... - sonrió – No se que es todo lo que sale aquí y le decía a la chica, a la camarera – "garzón" fue la corrección inmediata que recibió – perdón, al garzón, que si me podía ayudar con que llevaba cada plato.

Tonny se maldijo a si mismo, mentalmente, en al menos 5 idiomas

-Yo puedo ayudarlo señor, pero antes quisiera confirmar su reserva si me permite – el chico asintió y le extendió su credencial de identificación. Caminó hacía la entrada y buscando en los registros, efectivamente había sido el solicitante de dicha reserva que incluso habían pagado por adelantado. Resopló, se arregló el cabello y regresó hasta la mesa de aquel muchacho que seguía resaltando entre todos los comensales de dicha noche: Sus guantes de cuero gastado, sus zapatos tipo botines, estilo militar, sus pantalones vaqueros negros, parecían nuevos pues no contaban con el típico desgaste en las rodillas y muslos. Una chaqueta igual de oscura y de cuero, por la forma en que se adhería a su cuerpo intuía que no era nueva, pero se mantenía aun sin romperse, seguramente una copia de cuero que moriría en algún minuto, y un polo bajo esta chaqueta: en pocas palabras, un chico que debería estar comiendo hamburguesas y no un Foie Gras. - Disculpe la tardanza, efectivamente su reserva se encuentra bien validada

-Si, le decía lo mismo a la... garzón – sonrió viendo al chico – no sabía que mi nombre fuera tan raro de ver

-Protocolo señor Barnes – sonrió nuevamente de forma políticamente correcta, regresó la credencial y esta vez sus manos se unieron frente a su cuerpo a la altura de su vientre, mostrándose soberbio y conocedor – Bueno, Foei Gras es una entrada a modo celebración por nuestra reapertura, está presentado sobre una cama de pan crocante que – notó una leve risa en el otro – disculpe, ¿sucede algo?

- ¿Una cama de pan? – James, como salía en aquella credencial, sonrió – disculpe, pero es que me imagine en verdad una cama de... – sonrió amplio -pan. ¿a quien se le ocurre esos nombres?

-Señor, me temo que no puedo seguirle explicando el resto del menú – la paciencia de Tonny se acabó – Podemos si gusta hacer el reembolso de su reserva o extenderle una copa de vino como cortesía de la casa, pero

-Ok ok lo siento, esto es demasiado elegante para mí, pero prometo no reírme más – el chico levantó su mano como signo de promesa – lo escucho

Tonny suspiró, ahora era cuando rogaba que Adams estuviera matando a algún chef en la cocina, que estuviera quemándose vivo, bebiendo, cualquier cosa o situación que le significaran salir de allí con tal de librarse de esa situación, que parecía atentar contra su paciencia y sus modales. Tomo un respiro y siguió hablando y describiendo cada plato de forma automática, con los detalles culinarios, ignorando las veces que aquel chico quiso preguntar o hablar, haciendo de la presentación del menú un monologo de destreza de la memoria. Cuando terminó de hablar, el muchacho tenía su mejilla apoyada en la palma de su mano derecha enguantada y lo observaba con completa atención. Tonny alzó una ceja en señal de no entende ro de esperar algún cambio, pero no esperó que el muchacho, quien ahora parecía mas concentrado en escucharle, sonriera levemente.

-No entendí nada pero creo que comeré esa cosa que es pan y pasta... ¿Foei Gras? – Tonny no ocultó el gesto con su nariz, asintió y regresó donde el garzón, casi golpeando con el menú el pecho de ese chico

-Mesa 4, menú completo y por favor que una vez que termine, recojan sus platos para que se largue. – el coro de "Si maitré" se escuchó como un murmullo entre los de traje negro. Tonny se encaminó a la cocina y arregló su cabello, su cólera  pronto pasó cuando observó a Adams armar los siguientes platos, llamar que necesitaba esa salsa y que revisaran la temperatura de esos salmones. Sonrió, no sabe si por Adams, por el ambiente o por lo que fuera allí que lo hacía sentir mas cómodo.

Una mesa reservadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora