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Despertó cuando sintió una punzada en su rodilla, se quejó un poco en ese mal usado y oxidado francés para despertar e ir abriendo sus ojos poco a poco. Recordó que nuevamente no había dormido ni en su departamento ni en su habitación de hotel, que otra vez el trabajo le había pasado la cuenta y había dormido en el pero lo que le hizo detener hasta su respiración y olvidar la punzada de dolor de su rodilla fue sentir y ver que James, aquel chico que apareció de la nada en su vida, aun dormía a su lado, abrazandole por sobre su cintura y su otro brazo bajo su cuello. Entendió que su dolor en la rodilla era por la mala postura, por el poco espacio en ese sofa donde se habían quedado a dormir.

No podía mover una de sus manos, la otra descansaba sobre el vientre del chico contrario, quien se había dormido con una chaqueta y una camiseta bajo, preguntándose si no era incomodo una prenda tan rígida para dormir y después perdiéndose en sus pensamientos por culpa del aroma que desprendía desde su cuello el chico que ahora lo estrechaba. Se preguntó porque hacer todo eso por alguien que no tenía sentimientos recíprocos, James ya había descubierto lo que el mismo se negaba a expresarlo, a verblizarlo y aun así con todo su lenguaje corporal, aquel chico había dado con su secreto y sin mas había aceptado aquello.

¿James lo quería?

Si era así, ¿Por qué quedarse al lado de quien no te quiere y que además ama a otro?

No tenía sentido, el no sería capaz de eso, tanto masoquismo no era algo que el quisiera experimentar, pero aun así, sabía que podría ser una gran mentira cuando en lo mas profundo de su ser, había pasado años enamorado de quien había aparecido y desaparecido en su vida sin tener un papel importante de forma presente. Adams siempre lo vio como el amigo, quizás como un hermano: conoció a su padre, trabajaron juntos, pasaron por buenos y males momentos, llevando todas esas experiencias a que terminara enamorado del americano que por el solo sentía amistad y quizás algo de culpa por lo ocurrido en Paris.

-¿Qué hora es? – No quizo moverse ni un poco y aun así su mano se vió tentada en cerrarse, acariciando su vientre levemente en el proceso, pensando en que era la tela la que le separaba de su piel – Este sofá es grandioso, algún día me compraré uno similar.

-Lo compró Adams para esta oficina

-Oh, bueno, tiene buen gusto para los sofás, se nota que le ha tocado dormir en mas de uno – observó la media sonrisa en el chico, por un segundo sintió que el otro intentaría besarle por la forma en como buscó verle, busco estar mas cerca – será mejor levantarnos, tienes una llamada que hacer.

Frunció el ceño

¿Y su beso?

Se molestó pero inmediatamente se sintió avergonzado, tenía unos segundos pensando que no eran nada, que el estaba enamorado de Adams y que el otro estaba al tanto de ello, ¿entonces porque sentirse molesto por un beso de buenos días que no había llegado?

-¿Pasa algo? – negó a la prgunta del otro, poco a poco y con cuidado se sentó para después ponerse de pie, notó que solo se había sacado el calzado. Observó al otro que se sentaba, se estiraba y por su expresión parecía que ahora la espalda era la que le reclamaba el haberse quedado allí a dormir

– hablaré con recepción del hotel, puedes tomar alguna de las habitaciones de la planta mayor para que te puedas duchar con comodidad. También pediré que te den servicio al cuarto

-Primero lo primero: come algo y haz tu llamada

-Creo que antes de todo eso, debería cambiarme, pronto comenzarán a llegar las personas de la cocina y no es bueno que me vean así

-Yo ya te vi así – ambos chicos vieron hacía la puerta, una chica rubia, con una sonrisa en sus labios y de brazos cruzados les observaba – mejor vayan a cambiarse ambos, coman algo, yo me haré cargo de la cocina, si tengo noticias de Adams te avisaré inmediatamente, tonny

-Helena, yo

-Gracias – James interrumpió – somos dos contra uno, Tonny, es mejor que te duchas, te cambies, comas algo y hagas esa llamada

El otro observó a ambas personas, alzó una ceja mas suspiró sin decir mas, retirándose para ir hasta el hall del hotel y comunicar de los beneficios que debían entregar a James para cuando apareciera.

El tenía una tarjeta maestra para todos los cuartos pero aun así no se atrevió a entrar allí. Se decía a si mismo que era como otro huésped por lo que requería las consideraciones y respetos que necesitaba. Se apoyó en la pared de aquel pasillo y cuando notó la puerta abrirse, asintió como si el verle duchado era ya una aceptación.

El mismo ya se había cambiado, en tiempo record y con cierta impaciencia se había alistado para estar atento a cuando aquel tipo saliera de la habitación que se le había entregado.

-¿Desayunaste? – Tonny negó – me imagino que no has de sentir hambre con esta espera, ven, vamos, te acompaño.

El Ingles solo pudo asentir y dirigirse al elevador, tratar de ignorar que era acompañado y marcar hasta la oficina donde habían dormido (y tratar con eso mismo de ignorar ese pensamiento)

-Perdon pero recién considero algo, ¿no tendrás problemas en tu trabajo?, llegarás tarde

-Oh no, avisaré que no podré asistir, no falto nunca por lo que pediré de forma excepcional que me puedan cubrir por hoy, ya pronto devuelvo las horas que no esté

-Oh... debes trabajar en algo de plena confianza si te dan esa facilidad sin ver perjudicado tu trabajo

-Soy parte del equipo de seguridad del gobierno – Tonny lo observó tratando de buscar una broma o burla, el otro solo le respondió la mirada – Fui soldado activo en misiones internacionales, me dieron la baja con honores por "estrés por situaciones de peligro", mi siquiatra que es tu terapeuta me aconsejó buscar algo que me hiciera sentir cómodo y aunque no le agradó que me metiera en algo similar, usar mis conocimientos de guerra y protección me ayudaron mucho en este nuevo trabajo... y si falto y alguien muere hoy no es porque falté, es por que el equipo no es lo suficientemente bueno como para trabajar si algún miembro se ausenta – El inglés parecía seguir sin creer sus palabras, james lo notó por su expresión.

Fue a responder para cuando las puertas del elevador se abrieron, caminaron hasta la cocina, el saludo en coro de "buenos días, señor" se hizo presente, el Meitre contestó de forma automática antes de abrir la puerta de es pequeño cuarto oficina y soltar los primeros botones de su chaqueta, buscando relajarse.

-Lo harás bien – Tonny alzó el rostro – solo se tú, muy claro, decidido y seguro y verás que podrás hacer algo a tu favor.

Tonny tomó un respiro, buscó el teléfono de Michelin en Milan y llamo. Explicó lo sucedido, se vio en la necesidad de contar el mismo relato en mas de una oportunidad. James notó cuando a la puerta llegaron la chica rubia que conocía ahora como Helena (quien parecía ser otra chef) y una chica pelirroja que siempre le recibía cada que iba a cenar (otra administradora posiblemente). Todos atentos a las expresiones de Tonny, hasta que este pareció palidecer y sus ojos se abrieron con sorpresa, atentos todos se acercaron a la espera de comentarios, mas pronto las palabras de "muchas gracias, hasta luego" para dar paso a una llamada que se cortaba y las pocas palabras de "tráeme la agenda de confirmaciones" dio un deje de luz a lo que sea que pasara.

James sintió su celular vibrar y contesto, notando que su buena suerte terminaba allí y era requerido de urgencia en el trabajo, al parecer las faltas de ese día eran mas de las que había deseado y necesitaban cubrir turnos.

Quizo despedirse del ingles pero lo notó lo suficientemente preocupado y concentrado llamando que solo le dejo una nota en manos de la rubia.

Esperaba verle otro día, para cuando fuera a cenar

Una mesa reservadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora