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Adams lo había besado.

Después de contarle que todo había sido una equivocación, del mal chiste que significó la presencia de esos vendedores de Software, después de todo eso que le hizo sonreír, Adams lo había besado y el solo pudo sentir que ese beso era todo lo que había querido desde siempre.

Pero ser todo lo que había quedo no había alcanzado para sentirse además feliz. Solo sintió que había obtenido al fin lo mas deseado en un pasado. Y pensó en el beso que había deseado esa mañana con tantas ansias y que no había llegado, por parte de aquel extraño chico que se había metido en su vida de la forma mas extraña posible. Solo se sintió capaz de dar las gracias, de considerar todo lo que golpeaba su cabeza y buscar una excusa para retirarse.

Sabía que ese beso era de agradecimiento, que no era por ningún interés romántico, pero aun así se consideró a si mismo que lo mejor que pudo haber hecho fue haber dicho gracias.

Aquella tarde James no vino a cenar y se imaginó que sería por culpa de su trabajo. Trató de no considerar nada mas en el proceso, cuando pudo y a solas, se disculpó por helena por lo que tuvo que presenciar y que no había sido ni sería su intensión meterse en la relación que sabia que comenzaba a florecer entre Adams y ella, pero la rubia, con una sonrisa casi cómplice, le había dicho que no había de que disculparse, puesto que entendía como había nacido ese beso.

Volvió a decir otro gracias mas, para helena, por esas palabras.

Los días pasaban, sin Michael en la cocina parecía que poco a poco los días se calmaban desde lo ocurrido, Adams se integraba cada vez mas al equipo, cada vez comenzaba a verlo mas como lo que siempre quiso ser: el jefe de un gran equipo.

Vio a James regresar un par de días, como siempre, vestía de cuero y vaqueros negros mirando extrañado toda esa carta de comidas, se acercó y le indicó al garzón que el se haría esta vez cargo. Se cruzaron miradas, uno sonrió, el otro solo preguntó si sabía que estaba leyendo para poder, en caso de no entender, orientarle en las elecciones.
Aquello fue una rutina que se daba una o dos veces por semana por unos cuantos meses.

A veces Tonny miraba las mesas, a veces lo buscaba hasta que llegaba la hora de cerrar no había rastros del soldado, para después, noches posteriores, escuchar una historia que para todo mundo debía ser desconocida pero que James contaba al ingles como forma de justificar porque se había ausentado de su semanal reserva de los martes a las 21:30 o los jueves a las 21:15.

Algunas veces james esperaba fuera del local hasta el cierre del turno, mas de una vez helena le acompañaba afuera fumando un cigarrillo, viéndoles bromear, reír, hablar de algo que parecía ser un poco confidencial y terminar por desvanecer toda neblina de "dudas" cuando la chica, apagando lo poco que le quedaba por consumir de tabaco, pasaba a su lado y expresaba un "lo acompañaba para matar el tiempo, el esperaba de temprano por ti".

Caminaban juntos, se preguntaban por su día, por su jornada, James siendo a veces mas reservado en lo que había hecho, otras veces contando lo aburrido que había sido el tener que cuidar o resguardar a cierto personaje publico, mientras tanto Tonny contaba con detalles lo molesto que había sido el servicio de aquella noche por un motivo u otro, por las visitas, por los proveedores, por la descoordinación del hotel o por el poco tanto que tenía Adams en su habitación, el desorden de siempre, la irresponsabilidad con su aseo como siempre.

Nunca tuvo las fuerzas de decirle que se había besado con el chef, de alguna forma se convencía a si mismo de que mientras mas guardara ese secreto, mas tiempo pasarían juntos sin que el otro considerara ese hecho como un punto de no retorno.

Se sabía mal por hacer de ese acto su llave para verle mas, pero no podía aun asumir que ese egoísmo que impregnaba todo ese secreto tenía un trasfondo aun mas importante de lo que el creía.

-Oh, no te había contado porque no tenía la seguridad, pero ahora que tengo el dato real, te aviso que no podré venir con la misma frecuencia que lo estaba haciendo.

-¿Y eso porque? – detuvo sus pasos viendo al soldado, frunció levemente el ceño y estrechó sus manos entre si a la espera de una respuesta lo suficientemente valida para eso - ¿algún servicio que te desagradara o pasó algo más?

-Si, es que debo sumarme a una comitiva internacional así que estaré fuera del país unos 2 meses – Tonny alzo una ceja – no es algo que me agrade, de hecho, me dijeron que me estaban considerando para muchos más trabajos así y no es algo que quiera hacer, pero al menos este viaje ya no me puedo negar, me avisaron muy encima, pero veré que posibilidades tengo de poder no ser parte o en algun caso, renunciar.

-Pero es un trabajo que te acomoda

-Lo es, pero también entiendo que me escondo en el porque es lo que se hacer, al final no termino de salir de mi zona de confort y es lo que llevo haciendo durante meses – James suspiró – lo hablé con la terapeuta hace unas horas, en lo que te esperaba, que posiblemente tenga sentido no trabajar mas en esto, buscar algo diferente, algo que no sea de mi diario común, ni de mi circulo cercano y buscar alejarme... - lo observó – no podré venir a verte por unos dos meses, pero cualquier cosa tienes mi numero, lo has tenido desde el día de la reserva

-Pero no tienes el mio – Tonny sonó molesto -¿Cómo se supone nos comunicaremos si no lo tienes?

-Bueno... - el otro se subió de hombros – En realidad si lo tengo, no registrado en mi celular pero una vez te llame para pedirte una mesa, reservar una, y me respondiste que no y que por favor no te llamara porque era tu numero personal, que quien me lo había dado – el otro se sorprendió – No tenía idea como era esto de las reservas, la terapeuta solo me dijo "en mi libreta está el numero" y te llame – sonrió – no he querido escribirte ni llamarte porque se que estás con mucho trabajo, pero siempre he tenido tu numero

-Entonces una vez que llegues a ese lugar donde te envíen, me escribes

-¿Estás seguro?

-Si – sonó realmente seguro, para ambos eso fue notorio – y al dormir también escríbeme, si no te respondo es por el trabajo pero trataré de dejarte una respuesta no importa la hora – el otro asintió y sonrió – y déjame también notas de audio, a veces cuando es demasiado texto no tomo en cuenta los mensajes

-Mensaje al llegar, mensajes antes de dormir y que sean ojala en audio si son muy extensos, copiado

Ambos se miraron, el soldado rió, el Meitre solo se subió de hombros.

-¿No vas a la guerra verdad? – james alzó una ceja viendo eso – ya no estamos en tiempos de guerra pero eso de "partir por 2 meses" suena como si fuera de vida o muerte

-No iré a la guerra pero si pones esa cara otra vez, terminaré pidiendo que me den de baja para que no te pongas así

-¿Qué cara?

-la que tienes ahora, como si te preocupara que me pase algo

-Claro que me preocupa

-Y gracias por eso, Tonny – el otro detuvo sus pasos – Si quieres te puedo dejar mi chaqueta para cuando me vaya, se que te agrada mas desde que supiste que es cuero genuino

-No necesito tu chaqueta, ¿Qué clase de persona crees que soy?

-La mejor de todas, pero no estábamos hablando de ello – Tonny no pudo evitar sorprenderse de eso, intento ver al otro pero sintió era mas importante mirar a los lados desviando la atención - ... regresaré y para cuando pase eso, te invito a cenar, ¿Qué dices? – el inglés rodó sus ojos, su gesto natural de molestia – pero no será acá o a tu local o al del archi enemigo de Adams, será a un lugar único y especial: una cena hecha por mi

Tonny lo observó

Quiso odiarlo, quiso pensar en aquel día cuando Adams le ofreció hacerle el desayuno para disculparse por no poder enamorarse de el como este lo estaba de su persona, quizo sentir la misma sensación de molestia y de humillación pero en cambio se sintió esperanzado de que regresara si con ello podría tener esa cena. Asintió notando que estaba lejos de poder odiarlo y estaba demasiado cerca de lo contario.

Incluso ahora estaba demasiado cerca de su persona, no supo cuando se había acercado ni cuando es que el otro había aprovechado esos pasos como para que ahora, su chaqueta estuviera muy cerca de su trae de 3 piezas – ¿Tonny?

-¿mmm?

-¿te puedo besar?

-No hagas preguntas tontas – aspiro del aroma del soldado, ese aroma que siempre vivió en su memoria la noche que pasó en su hogar por descuadres del destino - ¿oh esperas una invitación, soldado?

El otro sonrió, se acercó, lo besó despacio no importando estar en la calle, a unos cuantos metros de la salida del restaurant, sin un deje de romanticismo pero con todo lo que podría significar un beso en los ángeles. Tonny terminó de desbloquear sus sensaciones cuando los brazos contrarios lo estrecharon y el pudo de una vez por todas, estrechar esa chaqueta de cuero original que agradecia no se pudiera ni arrugar ni dañar por la buena calidad de la prenda. Se estrechó profundizando el beso pero por sobre todo disfrutando de que así se sentía cuando te dicen que todo es posible y en verdad así lo es.

-Dos meses, regresa en dos meses James.

-Lo haré, y para cuando regrese, ustedes ya deben tener su tercera estrella michelin, ¿lo prometes?

El ingles asintió y continuó con el beso.

A los dos meses y 2 dias, James le mensajeaba para decirle que estaba ya en su casa, de regreso en los ángeles, esperando con ancias para verle.

Ese mismo día, Michelin le notificaba que se habían adjudicado la tercera estrella y le daba la buena noticia a su ya, amigo de toda la vida, Adams jones.

Una mesa reservadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora