Capitulo 10: De rodillas

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Durante todo el camino lo único que Taehyung hizo fue besar y ser besado por su jefe, y en algún momento había trepado a su regazo. Las manos del azabache descansaban en sus muslos, masajeando de vez en cuando.

-No quiero oír mierdas de que vas a renunciar.- repitió el azabache cuando se separaron porque el auto había parado en algún lugar.

- Ya lo dijo. - susurró Taehyung contra los labios contrarios.

- Tu no respondiste nada. - la mirada severa le hacia sentir que esos ojos quemaban. - no quiero que mañana pierdas la cabeza como lo hiciste en el elevador.

Taehyung se mordió los labios, las manos en sus muslos seguían ahí presionando la carne, como queriendo mantenerlo en ese lugar.

- Siento que me volveré loco justo ahora.

- ¿Por qué te preocupa?

- ¡¡Por que es mi jefe!!

- ¿Y eso que?- la mirada despreocupada del azabache le tomó por sorpresa.

- ¿No se la ha pasado diciéndome que no le gustan los hombres? y mierda es casado.

-Bien, aclaremos esos dos asuntos, los hombres no me gustan, ningún hombre me había atraído hasta que comencé a sentir esta cosa rara por ti, pero dejé de tomarle importancia. Y mi matrimonio solo existe en papel, ella tiene sus amantes.

- Y usted los suyos ¿no?

- Yo no tengo nada, así como tu no tienes novios. - le cortó en seco.

Taehyung volvió a morder sus labios.

- Si alguien lo descubre seré el hazmerreir de la industria.

- ¿Por que alguien habría de descubrir que quieres follar conmigo? Será solo esta noche.

- ¿Así como solo fue la ocasión del elevador?

- Taehyung...- su paciencia había llegado a su límite- ¿quieres follar conmigo si o no?

El castaño bajo la mirada y asintió con su cabeza.

- No me sirve, dímelo en voz alta y mirándome a los ojos.

El chico elevó su mirada, sus mejillas sonrojadas.

- Quiero follar con usted. - observó a su jefe sonreír de lado, y después una suave nalgada fue dejada en su nalga izquierda.

-¿Tan difícil era?- dicho esto lo empujó fuera de su regazo - ponte esto- le entregó un gorro estilo bucket grande color negro, unas gafas ahumadas y un cubrebocas- así nadie podrá saber que eres tu. - y se bajó del auto, dejando la puerta abierta y esperando de pie afuera.

Taehyung se puso los accesorios antes de seguir pensando más, sus dedos temblaban, porque la euforia del club había bajado, el alcohol y la adrenalina del ataque también, tampoco estaba siendo presa del deseo, estaba tomando esta decisión en sus cinco sentidos, con todos sus cabales y con la mente fría y despejada.

Iba a acostarse con su jefe.

Mierda.

Bajó de la camioneta tomando la mano que el otro hombre le ofreció, y sin hablar se dirigieron a un elevador.

Ninguno dijo nada, Taehyung se mantenía con la cabeza baja, sin mirarlo, sintiendo crecer esa extraña tensión que hay entre ellos.

- ¿Dónde estamos? - por fin se atrevió a hablar.

La campana del elevador sonó y las puertas se abrieron hacia un pasillo, el mayor salió primero y Taehyung lo siguió.

- En un hotel claro. - le escuchó responderle, se detuvieron en una puerta, y el azabache pasó la pantalla de su celular por el frente del lector. Después de un ligero pitido la puerta se abrió. - entra.

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