PROBLEMAS DE PADRES

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Chūya quería hacerle saber a Dazai sobre la gran responsabilidad de ser padre. Para el profesor era todo tan fácil como ser eso: un profesor que cuida de los niños ajenos durante cuatro-cinco horas.

Era la hora del baño nocturno, un caos para Chūya todas las noches lidiando con el imbañable de Ryūnosuke.

Ryū ya sabía la hora aproximada de su baño, así que todas las noches se escondía en algún rincón de la casa, deseando no ser encontrado y que Chūya olvidara bañarlo.

— ¡Ryū! ¡Ven aquí! ¡Sensei te quiere decir algo!

Llamaba el pelirrojo, fingiendo que se trataba de un asunto de Dazai, quien aún no se iba de la casa.

— ¿Funcionará?

— No. Ryū ya se escondió por su baño. Ryūnosuke es un imbañable.

Respondió serio, con una sonrisa triunfante al ver los pies del menor detrás y en la parte de abajo de una cortina. Chūya hizo señales al profesor, en silencio, indicándole dónde se encontraba el niño.

— Ya veo. Sí que es listo.

Susurró Dazai.

El Omega se acercó sigilosamente hacia la cortina, para luego moverla y descubrir al bebé azabache que se escondía detrás.

— ¡Te encontré!

Un gritito de asombro de parte de Ryū hizo reír a Dazai, quien observaba la graciosa escena desde un metro atrás.

— ¡Ñoo! ¡Baño ño! ¡Moja!

— ¡Te tienes que bañar, Ryū! ¿No te da vergüenza andar apestoso y sucio frente al sensei?

Chūya jaló uno de los brazos de Ryū, sin ser brusco y teniendo cuidado, hasta lograr tenerlo en brazos forzosamente.

— ¡Ñoooo! ¡Mo-jallo edagua!

Ryū intentaba bajar, pero le era imposible, Chūya lo sujetaba bien para impedírselo.

— ¡No me digas! Creí que estaba seca, pequeño genio. ¡¡Te tienes que bañar!! ¡¡Ese pañal ya está sucio, asqueroso Ryūnosuke!!

Se dirigía hacia el cuarto de baño, Dazai lo seguía, ya que Chūya le quería mostrar algunas cosas antes de decir que quería estar con él y con Ryū. 

Finalmente le quitó el pañal con orines y lo limpió, para luego meter a Ryū a la bañera. Un dramático Ryūnosuke que soltó el llanto nomás tocó el agua.

— ¡¡Puerco!! ¡¡¿No te da vergüenza con el sensei?!! ¡Te está mirando todo llorón, todo miedoso, Ryū!

Chūya se esforzaba por enjabonar el cuerpo del niño, pero éste le hacía el trabajo más difícil con sus movimientos de lucha contra el agua.

— ¡Ño eshtoy shuchio! ¡Yo dinpio! ¡Ño quiello, mami! ¡Edagua no!

Lloraba. Chūya desconocía la razón por la que Ryū odiaba el agua. Pero parecía que el niño sentía dolor cada vez que estaba en contacto con ella.

— Deberías llevarlo a la clínica, sus llantos no son de un niño encaprichado.

Opinó Dazai, con un tono de voz preocupante.

Finalmente y después de lidiar en guerra con Ryū, Chūya pudo terminar de bañarlo y lo envolvió en su toalla con gorrito. Pronto, Ryū estaba más tranquilo.

— ¿Por qué lo crees, sensei?

— Hay un nuevo síndrome en el que al entrar en contacto con el agua, se tiene la sensación de piquetes de alfileres clavándose en el cuerpo. Tal vez Ryūnosuke tenga eso.

Respondió serio.

— No lo había pensado. Aunque es más probable que Ryū solamente esté en su modo berrinche o que quizás haya salido al Alfa ese.

— Mami. Shi duelle.

EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora