capítulo ★ veintiuno

2.2K 261 29
                                    

[Hyunjin]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Hyunjin]

Siempre que iba a recoger a Moonbyul a la universidad, me sentía completamente intimidado. Obviamente no lo dejaba ver, pues mostrar inseguridad es lo peor que puede hacer alguien en cualquier situación, pero igualmente no iba a negar que me sentía amenzado en un lugar tan grande. Mi colegio no era precisamente pequeño, de hecho el tamaño se podía comparar perfectamente, pero la diferencia era el control que tenía en ambos sitios. En uno lo era todo, y en otro no era nadie.

Por ello cada vez que la veía saliendo por la puerta sonriente, rodeada de amigos y compañeros, únicamente fruncía el ceño y me quedaba callado. Exactamente como en ese momento, esperando junto a la moto mientras ella se acercaba alegremente junto con su mejor amiga y un par de chicos.

─ Hola cielo ─me dio un beso en la mejilla y yo la sonreí brevemente, terminando por agarrar su cintura mientras se despedía con la mano de todos. Bueno, de todos no, porque Solar siguió quieta junto a nosotros. ─ ¿Traes casco de sobra?

─ ¿Para la moto? ─asintió y fui a echar un vistazo a la guantera, nervioso porque ya sabía que lo único que iba a encontrar en ella sería mi mochila con los escasos libros de clase. Fingí sorpresa y negué, tendiéndole el mío propio. ─ Se me ha debido olvidar en casa de Minho. Ponte este.

─ ¿Y tú?

─ No pasa nada porque un día vaya sin él ─me miró con el ceño fruncido y yo rodé los ojos. De nuevo esa manía de cuidarme en exceso. ─ Póntelo y déjate de idioteces.

─ Yo tengo uno de sobra, Monnie ─ miré a la castaña con desprecio. Cómo no, ella siempre salvando la maldita situación. Y de nuevo, mi novia emocionándose exageradamente por ello. Seguro que si yo hubiera traído el maldito casco de repuesto no se habría puesto tan contenta. ─ No hace falta, ya he dicho que no pasa nada porque yo no lleve el mío.

─ Claro que pasa, bobo ─Moonbyul se cruzó de brazos y negó mientras yo volvía a rodar los ojos por tercera vez en lo que llevábamos de conversación. Me exasperaba.

─ No queremos que te suceda nada malo ─añadió la castaña con una sonrisa más falsa que su supuesta únicamente amistad con mi novia. Forcé una sonrisa cuando palmeó mi cabeza y aparté disimuladamente su mano. Ella se encogió de hombros y agarró a Moonbyul de la cintura, atrayéndola hacia sí. ─ ¿Vienes? La tengo en mi moto.

─ ¡Claro! ─Moonbyul se giró a mi y señaló la moto de Yongsun. ─ Ahora vuelvo, no te vayas.

─ No, no me voy ─respondí con recelo, viendo como la amiga me sonreía y se despedía alejándose con mi novia, que en ese momento parecía más suya que mía. Suspiré y agarré mi móvil para distraerme con él en la espera.

Tenía varios mensajes de Chan contándome sus inexistentes avances con la diva del colegio. Supuestamente en la fiesta había se habían mirado más de tres veces, y eso para Chan significaba que el otro ya tenía su culo dispuesto a él. En mi opinión lo más cerca que iba a estar de Seungmin sería coincidiendo para mear en los baños del colegio.

Luego estaba Sunwoo que había conocido a una amiga de su hermana. No era muy guapa, pero al castaño tampoco le importaba, y mucho menos la personalidad. Sólo quería perder su virginidad, y la mitad del grupo parecían simios apoyándole cada vez que hablábamos de ello.

De Minho era el único que no sabía nada. Desapareció en la fiesta y tampoco hablamos de ello, tan solo me comentó que tenía noticias, pero esperaría el momento para contármelo. Seguramente sería algo relacionado con Jisung, pero nada importante. Estaría emocionado por haber compartido más de tres palabras sin recibir ocho insultos.

Y por último y lo que más había rondado mi cabeza estos días, era Jeongin. Pero claro, prefería no pensar en él, y menos estando Moonbyul delante. No era culpabilidad lo que sentía, pero en cierto modo me recordaba lo mierda de persona que era, y eso no era muy agradable.

─ ¡Hyunjin! ─justamente apareció a corriendo hacia mí, poniéndose torpemente el casco amarillo que supuse que sería de Yongsun. Por desgracia le iba como anillo al dedo. ─ ¿Cogemos unas hamburguesas de camino? ─preguntó subiéndose atrás mío en la moto.

─ Tengo pizza en casa.

─ Es que Sunnie acaba de recomendarme un sitio donde preparan unas hamburguesas riquísimas ─no la miré, pero por el tono en el que hablaba seguro que tenía una sonrisa de oreja a oreja. Bufé silenciosamente y me bajé el cristal del casco, poniendo seguidamente en marcha la moto. ─ Por cierto, dentro de dos semanas va a dar una fiesta en su casa y me ha pedido que te invite.

─ ¿A mí? ─volví a apagar el motor y esta vez sí que me giré, levantándome nuevamente el cristal y mirándola con extrañeza. Ella aún seguía con el suyo bajado, así que se lo levanté yo mismo para poder verla los ojos. En realidad quería afianzarme de que no era una broma, y por su expresión no lo parecía. ─ ¿Se lo has pedido tú?

─ No no, ha sido ella, te lo juro. Quizás quiere llevarse mejor contigo.

─ No es eso.

─ ¡No seas borde! ─me dio un pequeño golpe y yo suspiré, porque estaba completamente seguro de que no era eso. Podría creerme antes que era una psicópata pirómana a que quisiera ser mi amiga. ─ Lo digo en serio, puede que quiera conocerte mejor. Deberías intentarlo también y poner de tu parte.

─ ¿La ayudo a acostarse contigo o qué?

─ ¡No digas eso! ─volvió a pegarme, aunque de nuevo sin fuerza. No porque no la tuviera, sino porque como ya he dicho, se preocupaba demasiado por mi bienestar. Vamos, que la mayor parte del tiempo era un bebé indefenso a sus ojos. ─ Podrías empezar aceptando su invitación.

─ Está bien, iré.

─ ¿En serio? ─asentí con desgana y ella pegó un pequeño grito, abrazándome emocionada. Seguramente tenía en mente que daría una negativa como respuesta, pero a mi forma de verlo, habría sido de idiotas decir que no. Seguramente se habría molestado y esa fiesta sería el momento perfecto para que Yongsun la animase de ciertas formas que no me hacían nada de gracia. ─ Por eso te quiero tanto.

─ ¿Por qué voy a fiestas de amigas tuyas que están coladas por ti?

─ No, porque eres un amor.

─ Ajá, como tu digas. Mejor vamos a coger esas deliciosas hamburguesas que dices ─respondí sin mucho ánimo. Lo único bueno de todo esto era que intentaría hacerme sentir mejor y se pondría más mimosa que de costumbre. De hecho, nada más poner en marcha la moto, sentí como se pegaba más a mí y me rodeaba con sus brazos. ─ Por cierto, pagas tú.

─ ¿Yo por qué?

─ Porque me quieres mucho.

No terminamos pagando ninguno de los dos porque la hamburguesería resultó estar cerrada por reformas, así que tuvimos que conformarnos con la aceptable pizza precocinada. Y realmente no estaba mala, pero se veía infinitamente menos apetecible sabiendo que cada segundo era uno menos para tener que asistir a la fiesta de Yongsun.

Sería una cuenta atrás torturadora.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
mírate ✦ hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora