⓿➒

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Un pequeño niño estaba sentado comiendo helado mientras escuchaba a su abuelo hablar sobre cosas que aún él no entendía bien. El pelinegro, de sólo cinco años escuchaba todo atentamente.

   —Querido, mejor nunca te enamores de tú mejor amigo o amiga, te harían daño – dijo su abuelo después de contar la historia.

   —¿Por qué abuelito? – dijo preocupado Minho al escuchar eso –. ¿Me pueden lastimar? ¿Romper uno de mis bracitos?

(Ay, que inocente. ¿No creen?)

El mayor de los dos rio por lo que dijo su nieto. Obviamente no hablaba de ese tipo de daño, pero eso el pequeño no lo entendía. Aún.
Minho tomó la mano de su abuelo y se dirigieron a la entrada de la casa mientras le seguía haciendo preguntas al mayor.
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Minho entraba por la entrada de su escuela, distraído. Hasta que choco con un chico un poco más bajo que él. El pelinegro siempre fue distraído y risueño, su abuelo le decía que eso lo hacía especial. Pero lo malo de eso es que siempre acababa en líos por tropezar con gente.
   —Lo siento – dijo Minho mientras bajaba la mirada –, andaba distraído.
   —No pasa nada – dijo aquel chico en un susurro apenas audible. Minho lo miró sin entender –, dije que no pasaba nada – rio mientras se ponía de pie –. Soy Jisung.
   —Yo soy Minho.
Cuando el pequeño chico iba a decir algo, otro niño un poco más grande que ellos apareció y se dirigió al menor.
   —¡Jisung! Te estaba buscando – dijo en inglés y un acento muy raro –, no me pegues esos sustos. Dios…
El chico sólo bajo la mirada y le pidió perdón al mayor, mientras Minho miraba sin entender nada. Minho aparte de distraído y risueño, no entendía las cosas a la primera. Puede sonar estúpido, pero él era así.
Cuando Minho ya había dejado de pensar – lo que sea que estaba pensando – se dio cuenta de que los dos chico ya no estaban.

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Habían pasado semanas desde la última vez que vio a aquel chico. Su hermana, le hablaba sobre su nuevo amigo, pero él no prestaba mucha atención.
   —¡Minho! ¿Me estas escuchando? – le llamó Yeji –. Te estoy diciendo que mi nuevo amigo viene de Malasia y tú sólo piensas en no sé qué.
   —Ya, ni que me importara mucho tú nuevo amigo – dijo, pero algo en su mente hizo “click” y rápidamente le pregunto a su hermana –. ¿De Malasia dices?
   —¿No qué no te importa mi amigo? – dijo la azabache con los brazos cruzados – Ash, sí. Vino de Malasia. Aún no recuerda bien el coreano, así que habla casi siempre inglés.
Yeji había seguido hablando sobre su amigo mientras Minho se acordaba del chico con el que había chocado.
   —¡Y se me olvidaba! – exclamó su hermana haciendo que Minho volviera a la realidad –. ¡Su hermano es Christopher! – dijo emocionada.
   —¿Y ese quién es? – dijo Min sin entender nada.
Su hermana le miró indignada, como su hubiera dicho el peor insulto del mundo –. ¿No sabes quién es el ser más perfecto del mundo? ¿Estás de coña? – le preguntó como si estuviera enfadada.
   —No… - Minho estaba temiendo por su vida. Su hermana parecía una bomba que podría explotar en cualquier momento, y él sería el culpable.
   —¿Te acuerdas de Sana? – dijo Yeji esperando una respuesta positiva.
   —¡Claro! Noona siempre me da comida – dijo riendo el mayor pensando en cuando la chica con apariencia de ardilla le daba galletas o algún dulce.
   —Sana es la novia de Christopher – dijo como si nada.
Minho se quedó pensativo un momento hasta recordar una de las millones de conversaciones que tuvo con Sana. Ahí recordó que Sana le dijo que su novio Chris y su hermano menor se iban a inscribir al instituto al que iban.
   —Oh… Por curiosidad. ¿Tú amigo se llama Jisung?
Yeji asintió… Y Minho simplemente se quedó sin palabras.

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Ahora volviendo a la actualidad. Después de 2 años, Jisung y Minho consiguieron ser mejores amigos. Lee comenzó a sentir algo más por su menor, y ya no quería ser simplemente su mejor amigo.
Ahora, Minho se encontraba en la sala de su casa con Eric en frente, mientras Yeji miraba todo expectante.
   —Minho. ¿Me dejas hablar con tú hermana? – dijo Eric dando a entender que quería que el chico se fuera.
El pelinegro asintió sin decir una palabra y simplemente fue hacia su habitación mientras Eric y Yeji se quedaban en la sala hablando.
Nada bueno podría salir de ahí.

ƒιℓм [мιηѕυηg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora