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Minho despertó unas horas después de que su hermana se fuera al instituto. Nada más abrir los ojos se encontró a su primo dormido en la silla del escritorio.

Soltó un bostezo y se levantó para ir a la cocina a preparar el desayuno, aunque no tenías ganas de hacer algo. Cogió la leche y los cereales para echarlos en dos cuencos y después preparó un café americano y un zumo de naranja.

Luego de unos minutos, con el desayuno ya terminado, se dirigió a su habitación para despertar a Jeongin.

El menor despertó algo desorientado, pero luego grabó que hacía ahí final no pudo hablar con Minho y se había quedado de dormido esperando a que el mayor despertara.

Los dos desayunaron en silencio, pero no uno incómodo.

   —Innie. ¿Qué haces aquí?

   —Quería hablar contigo, y ya sabes sobre que quiero hablar.

Minho asintió y se dispuso a terminar su desayuno, ya luego hablaría con Jeongin, aunque no tenía muchas ganas.

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Una chica maso menos alta, se encontró en el supermercado, comprando algunas cosas para su nueva casa.

Jiwoo entró ahí y la vio, vio a Somin después de mucho, después de que ella la dejara de lado.

Somin se giró y se encontró a Jeon enfrente de ella.

La pelinegra simplemente paso por su lado ignorando por completo la presencia de la otra chica – porque negara o no – le dolía ver a la que pensó que era su mejor amiga, de nuevo.

Mientras en el mismo lugar, se encontraron Eric y Juyeon. Ellos dos vieron todo y como habían reaccionado Jiwoo

   —Vaya... —susurro el mayor.

Eric solamente miró a Juyeon y luego se dirigió a pagar todo lo que quería comprar. Y Juyeon le siguió antes de que le dejase completamente solo.

Eric y su acompañante estaban caminando hacía la casa de los mellizos Hwang para cenar. Juyeon miró absolutamente todo lo que hacía Eric atentamente.

   —Deberíamos hablar de lo que pasó.

Unos días atrás

Eric y Juyeon se encontraron en la cafetería, esperando a que Yeji viniera.

Desde hacía tiempo Juyeon no paraba de mirar las acciones que estaba haciendo el menor mientras esperaba a su amiga. Realmente le pareció muy tierno.

   —Creo que puede que me arrepiente luego, pero ahora mismito me da igual – susurró para que Eric no escuchara.

El menor estaba tan pendiente del juego de su móvil que no se dio cuenta cuando el más alto se acercó tanto a él, no hasta que el mayor le beso.

Unos minutos más tarde, Yeji entró a la cafetería y vio a sus dos amigos hablar '"tranquilamente".

Lo que no sabía es que su mejor amigo tenía un montón de preguntas que no tenían respuesta.

actualmente

    —No tenemos que hablar de eso, cállate y sólo olvida todo lo ocurrido —dijo Eric sin mirarle.

Juyeon se adelantó un poco y se puso en frente del rubio, haciendo que este parase.

   —En serio tenemos que hablar, Eric – el menor empujó un poco a Juyeon para poder pasar y de paso ignorarlo que dijo por completo.

   —¡Eric! – le gritó Juyeon.

El mencionado se giró y quedó enfrente del mayor.

   —Ya dije, no tenemos nada de qué hablar-dijo cortante y tan frío como el mismo hielo.

El mayor frunció el ceño y se acercó más a Eric —. ¿Qué haces?

   —Convencerte – dijo para acercarse aún más.

El castaño – instintivamente – dio unos pasos atrás, pero de nada le atribuye. Choco con una pared y Juyeon aprovechó para poner sus manos en la pared, dejando al menor sin escapatoria.

   —No voy a hablar contigo – dijo nervioso por toda aquella cercanía.

Juyeon sonrió y se acercó aún más a Eric hasta que sus labios casi rozaban.

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Wheein se encontró en casa de los hermanos Han, sentado en el gran sofá, que tenía el hermano del menor en su casa, con una tacita de té. Quería hablar con Jisung y pedirle disculpas, ella se dio cuenta que lo que había hecho de parte de Jiwoo no estaba bien, y se arrepentía de todo.

   —¿Eres amiga de Sung? – dijo Chan un poco serio, inspeccionado con la mirada a la chica.

   —Algo así – dijo en un susurro que Chan pudo escuchar.

Chris asintió y se dio la vuelta.

   —Jisung está en su habitación, sube las escaleras y entra en la primera puerta – dijo antes de irse.

Wheein soltó un suspiro y se dirigió directamente a la habitación del menor. Tocó la puerta y abrió encontrándose a Sung sentado en su cama jugando al Fornite.

Han al escuchar la puerta abrirse se giró encontrando a la chica.

   —¿Qué haces aquí? – dijo el menor importándole muy poco que lo mataran en el videojuego.

   —Quería pedirte perdón por todo lo que hice – dijo la chica con la cabeza agachada –. Realmente me arrepiento

El rubio la sintió con la mirada, intentando ver si había alguna pizca de maldad, pero suspiró al no encontrar nada y le sonrió débilmente.

   —Está bien – Wheein levantó la cabeza –. ¿Quieres jugar? – le dije el control de la PS4.

La chica asintió alegre y se sentó al lado del menor.

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