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⓿➋

   —¡Minho, ya estoy aquí! – dijo mi hermana entrando a la casa.

   —Ya me di cuenta – reí.

Yeji se fue a su habitación y a los veinte minutos bajó y se sentó a mi lado.

   —Cuenta. ¿Qué hiciste hoy? – me dijo muy… ¿Emocionada?

   —Pues, fui a casa de Chan hyung y Sana noona, jugamos UNO con Jisung… Y Jisung me invitó al cine el sábado. – dije con tranquilidad.

   —Oh, bueno, eso es… ¡¿Qué Jisung te invitó al cine?! ¿Qué?!

   —Lo que oíste, hermanita – dicho esto, Yeji se levantó corriendo y se fue directa a su habitación –. ¿Y ahora que bicho le pico?

Miré la hora en mi móvil, el cual marcaba las once de la noche, así que me levanté y me fui directo a mi habitación.

Una vez ahí, sólo me tumbé en mi cama y caí rendido entre los brazos de Morfeo.

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Estoy esperando en la entrada del instituto esperando a Jisung, mientras mi hermana estaba hablando de un tal MinSung.

   —Yeji. ¿Quién es ese tal MinSung? – le pregunté, pero antes de que Yeji me contestará, sentí el peso de alguien encima de mío.

   —¡Buenos días, hyung! – dijo Jisung.

   —Buenos días, Sung – le sonreí.

Yeji – quien estaba a lado mío – nos miró y se acercó para decirme.

   —Eso, mi querido hermano, es MinSung – me dijo y se fue con sus amigas, quienes empezaron a saltar felices por algo que no creo que sea tan importante.

   —¿Hyung, está listo para mañana? – dijo aún sin soltarme.

   —¡Claro! Ahora vamos a clases antes de que la profesora nos vuelva a poner una falta – reí y tome su mano para comenzar a caminar.

Mientras caminábamos, hablamos de cualquier cosa al azar, o bueno, hasta que nos encontramos con Hyunjin y Felix.

   —¡Jisung! – dijo feliz, Felix abrazando a Jisung.

   —¡Felix, por fin vuelves de Australia! – dijo claramente, correspondiendo el abrazo.

Mientras ellos se ponían al día, Hyunjin y yo comenzamos a hablar de cualquier cosa.

   —Y por esas cosas, no pienso volver hacer caso al profesor de Química – terminó por contar su anécdota Hyunjin, mientras entrabamos a nuestro salón.

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En otro lugar del mismo colegio, las cinco chicas estaban nuevamente reunidas.

   —Tenemos que ayudarles.

   —Pienso lo mismo, Ryujin – apoyó Lia.

   —Entonces que comience el plan MinSung – dijo Yeji emocionada.

   —¿Unnie, eso significa que tendremos que espiarlos? – dijo tiernamente Yuna.

   —Seguramente, y también puede que tengamos que ir mañana al cine a espiarlos – dijo esta vez Chaeryeong a la menor.

   —¡Bien, cine! – dijo la rubia, pero no pudo continuar ya que el timbre sonó anunciando que ya comenzaban las clases.

   —A las seis y media en mi casa, ni un minuto más, ni uno menos – sentenció Yeji caminando parra su salón junto a Lia.

   —Esperemos que salga bien todo – susurró la menor de todas.