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Habían pasado unas semanas.

Las cosas entre Minho y Jisung volvían a ser como antes. Los dos volvían a pasar tiempo juntos y parecían ser los mejores amigos que eran hace algunas semanas.

O bueno, eso pasaría si Jiwoo no se entrometiese siempre entre esos dos.

La chica desde que había hablado con Yeji y Eric estaba cada vez más insistente en que ella y Minho pasaran tiempo juntos, y claro, el más alto no quería ser grosero y siempre aceptaba. Y se podía ver a Jisung celoso de eso, aunque nadie iba a mencionar nada.

   —Bien, tenemos que proceder al tercer paso – dijo Lia sentada en una de las sillas de la cafetería que quedaba justo al lado del ventanal.

   —¿Y cómo hacemos para que Jiwoo se aleje aunque sea un poco de Minho? – dijo la menor de todos los presentes.

   —Fácil y sencillo. Hay que exterminarla – dijo Ryujin haciendo que todos la miraran –. Bueno, tal vez eso no.

   —Yo creo que puedo convencer al director de que cambie a Jiwoo de aula, así no estará en la misma que Minho – dijo Chaeryeong.

   —Yo puedo hablar con ella y pruebe audicionar para el club de canto – dijo ahora Lia –. Así no tendrá tanto tiempo libre.

   —Y mientras hacen eso, Eric y yo intentaremos convencer a Minho para que se confiese a Jisung, completando así nuestro plan – dijo ahora la azabache.

Todas las chicas presentes asintieron de acuerdo.

Yeji miro a Eric quien sólo miraba la mesa como si fuera lo más interesante de ahí.

   —¿Y a este que le pasa? – susurró Yuna.

Yeji golpeo levemente el hombro del rubio haciendo que este la mirara.

   —¿Qué te pasa? – dijo la chica.

   —Nada, simplemente estaba pensando – dijo esquivando la mirada de su amiga.

Yeji no se creía nada de lo que le decía su amigo.

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Tres toques a la puerta se escucharon en aquella habitación. El hombre sentado en la silla que estaba detrás de aquel escritorio amplio indicó que pasara la persona quien había tocado.

   —Buenos días, señor director – dijo la joven Chaeryeong.

   —Buenos días, joven Lee – dijo el director –. ¿Qué quiere?

La chica se sentó en una de las sillas quedando enfrente del hombre.

   —Vera, quería pedirle que cambiará a Jiwoo de aula. Ha habido un par de problemas y hablé con ella para ver si podías cambiarla – dijo, claramente mintiendo un poco.

Park Chanyeol miró sorprendido a Chaeryeong, no se esperaba esa petición.

   —¿Segura que has hablado con Jiwoo, Chae? – dijo Park cambiando su semblante de director serio a más bien a uno amigable.

   —Si – dijo un poco nerviosa esta vez.

   —Está bien – dijo Chanyeol –, la cambiaré de aula.

Chaeryeong agradeció al director y salió de esa habitación.

   —¿Desde cuándo los alumnos parecen tenerme miedo? – dijo esta vez preocupado.

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   —¡Hola, Jiwoo! – dijo Jisoo, o como todos le llaman, Lia.

La chica tomo asiento en aquella mesa de la cafetería de la escuela mirando a la pelinegra.

   —Hola, Lia – sonrió intentando verse amable.

   —El otro día te escuche cantar – dijo esta vez captando la atención de Jiwoo –. No sé si sabes, pero en el instituto tenemos un club de canto y están haciendo audiciones – dijo esta vez viendo que la pelinegra la miraba entre confundida e intrigada –. ¿No te gustaría audicionar?

La pelinegra se quedó en silencio unos minutos, verdaderamente no se esperaba esa petición de la amiga de Minho. Toda su vida había amado cantar, su padre le había llevado a clases de canto y había hasta adicionando para algunas empresas, aunque la mayoría la rechazaron.

Así que si lo pensaba mejor… ¿Por qué no probaba a audicionar para ese club?

   —Está bien – dijo sin estar segura del todo –. ¿Cuándo son las audiciones?

   —El lunes que viene, dentro de 3 días – dijo la menor de las dos sonriendo victoriosamente al haber conseguido lo que quería.

   —Oh, está bien – dijo ahora Jeon sonriendo.

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Yeji miraba expectante a Eric, el chico estaba demasiado callado. Incluso más de lo normal, así extrañando a la azabache.

   —¿Qué pasó? – dijo mirando esta vez el gran ventanal que había en la cafetería de siempre.

   —Nada importante – dijo el chico.

Yeji volvió la mirada hacia su amigo, sabía que algo le sucedía. Llevaba todo el rato contestándole eso a sus preguntas acerca de porque estaba así.

   —¿Cuándo sale Minho de sus clases de baile? – preguntó Eric, sin quitar su vista del café.

   —En 2 horas más o menos ya estará en casa – dijo la chica.

Cuando Yeji iba a decir algo, Eric decidió levantarse –. Tengo que irme un momento, no tardaré mucho – dijo respondiendo a la pregunta que Yeji aún ni había formulado.

Eric se fue dejando a Yeji sola en la cafetería, como hace una semana había hecho.

   —¿Qué diablos le pasa a Eric? – dijo viendo lo que había fuera de la cafetería, gracias al ventanal.

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