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Minho entro a su casa, encontrándose directamente a su hermana viendo una serie.
   —Oye. ¿Dónde está Eric? – le preguntó extrañándose de que el chico no se encontrará junto a Yeji, como había estado últimamente.
   —Se tuvo que ir – dijo la chica, sin ver a su hermano, interesada con la serie.
Minho dejó su chaqueta en el respaldó del sofá y se sentó al lado de ella.
   —¿Cómo es que pasan tanto tiempo juntos? – dijo el mayor viendo ahora también la serie que veía la chica a su lado –. ¿Están saliendo o algo? – río.
   —¡No! – se sobresaltó Yeji –. Sólo que tenemos cosas que hacer juntos.
   —Vaya... – susurró el chico.
   —¿Cómo van las cosas con Jisung? – preguntó Yeji después de un largo silencio en el que solo se escuchaba la televisión.
   —Bien, lo normal – dijo Minho levantándose del sofá –. Iré a dormir.
Minho cogió su chaqueta y subió las escaleras hasta llegar a su habitación.
Mientras tanto, Yeji seguía sin entender que le pasaba a su amigo. Desde que había hablado con aquel camarero la semana pasada estaba muy raro, más bien distraído. No le tomo tanta importancia y tomó el mando de televisión para apagar la televisión.
Mañana tal vez le diría que le pasaba.

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Al día siguiente, Eric se encontraba en la casa de los mellizos Hwang desayunando junto a ellos como desde hacía unas semanas siempre hacía.

   —¿Minho has pensado en intentar declararte a Jisung ahora que están bien? – preguntó Eric sin dejar de ver su desayuno, como si fuese la cosa más interesante del mundo.

   —¿Ahora? — dijo Minho —. No creo que sea lo mejor.

   —Oh vamos, inténtalo. No creo que nada malo vaya a pasar — intenta animar Yeji.

El resto del desayuno transcurrió con normalidad, con algún que otro chiste que contaba Yeji o algún comentario sarcástico por parte de Eric.

Minho se fue a casa de Chan en cuanto recibió una llamada de Jisung, dejando así solos a los amigos.

   —¿Vamos a la cafetería? — dijeron a la vez.

Ambos rieron y asintieron en respuesta a la pregunta que los dos habían formulado. Solo que tal vez uno había formulado esa pregunto con otra intención.

Volviendo con Minho. Cuando se encontró ya en la casa del hermano de su mejor amigo, Jisung y él se pusieron a hablar de cualquier tontería que se les ocurriera.

   —Parecen que se están divirtiendo – dijo una voz que conocían perfectamente —. Hermanito. ¿Por qué no van a por helado?

Jisung miró a su hermano y asintió como respuesta. El menor se levantó de donde estaba y se acercó a su hermano.

   —Minho hyung, un momento – le dijo con una sonrisa encantadora.

   —Está bien – dijo el mayor de los dos devolviéndole la sonrisa.

Minho y Jisung se encontraban en el parque con cada uno un helado diferente. Lee se acordó de lo que le dijo su hermana, intentar declararse no estaría mal, y más sabiendo que las cosas con su menor volvían a estar bien. Pero aun así tenía miedo de que el de mejillas grandes le rechazara, siempre iba a estar ese miedo.

Por su parte, Jisung sabía que Minho le quería decir algo, pero no sabía el que. Tal vez y le quería decir que ya no quería seguir con su amistad. O tal vez, simplemente le quisiera decir si volvían a casa de su hermano mayor. Tal vez lo segundo tenía más posibilidades de pasar.

   —Jisung, te tengo que decir algo – dijo Lee tomando por sorpresa al menor – aunque bueno – no tan por sorpresa.

   —¿Pasó algo hyung? – dijo el más bajo intentando no sonar nervioso.

   —Te quería decir que m– en el momento en el que Minho le iba a decir al de mejillas grandes sobre sus sentimientos, una persona interrumpió el momento.

   —¡Minho! – dijo la chica pelinegra –. No sabía que estarías por aquí – dijo mintiendo un poco.

   —Oh. Hola, Jiwoo – sonrió el más alto de los presentes.

Jisung miró a la chica, definitivamente no le agradaba ni un poco. Siempre que quería estar con Min a solas, ella siempre aparecía y se llevaba a su mejor amigo lejos de él, y no quería que esta vez sucediese lo mismo.

   —Hola, Jiwoo – dijo Jisung intentando sonar amable.

La azabache le miró con recelo, más solo le sonrió y siguió hablando con el mayor haciendo sentir incómodo a Han. Pero bueno. ¿Qué podían hacer? La pelinegra había interrumpido y ya no podían echarla.

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Al final esa cafetería iba a ser el lugar favorito de esos dos amigos.

Yeji y Eric se encontraban otra vez ahí, sin saber bien que estaba pasando por el lado del MinSung.

   —¿Qué vas a tomar? – le pregunto Yeji a Eric, pero cuando este le iba a responder Juyeon interrumpió para tomarla orden de los dos.

   —¿Qué desean? – dijo sonriente como siempre. Parecía que el chico nunca paraba de sonreír.

   —Un batido de chocolate y un trozo de pastel – dijo rápidamente la azabache.

   —Bien, supongo que para ti un café. ¿Verdad? – dijo está vez mirando a Eric, sin dejar de sonreír.

El rubio asintió apartando la mirada, haciendo que Yeji se pregunte, qué estaba pasando ahí.

Cuando Juyeon se fue por los pedidos del par de amigos, Yeji aprovechó y decidió preguntarle al menor.

   —¿Que está pasando, Eric? – dijo seriamente mirándole.

   —Luego te cuento – dijo sin ver a Yeji, haciendo que esta suspirara.

   —Me contarás luego, sin falta – dijo, cosa que Eric asintió.

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ƒιℓм [мιηѕυηg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora