LLos dos se despertaron en forma de "cucharita," por lo cual ahora Lan Zhan, tenía un terrible y duro problema en su entrepierna que sin duda alguna Wei Ying podía notar en su espalda.
-Lan Zhan, Lan Zhan, eres insaciable.-Dijo mientras le alzaba poco a poco la gran camisa perteneciente a su novio, dejando a la vista sus suaves y redondos glúteos
Lan Zhan, no iba a admitir lo posesivo que lo volvía ver a su hermoso Wei Ying, en una camisa de él.
Todavía bajo el edredón blanco y acostados en manera de cucharita (Lan WangJi, haciendo la cuchara grande) Lan Zhan, sacó su polla de su pantalón y la posicionó en medio de su trasero, causándole un estremecimiento a Wei Ying, quien solo pudo rodear una almohada como soporte a la vez que lloriqueaba.
-Te gusta como tu polla se restriega en mí, ¿no es así Lan Zhan?
Lan WangJi, nada más pudo soltar gruñidos y agradecer que su novio tuviera unas nalgas lo suficientemente enormes para friccionar su polla.
-W... Mm... Wei Ying, me fascinas.-
-Métela en mí, estoy abierto y caliente por ti Lan Zhan.
Lan WangJi, subió más el edredón para ocultarlos, mientras volvía a agarrar su polla y penetraba a Wei Ying.
-Silencio, bebé, alguien viene.
No pasó mucho cuando alguien tocó la puerta de Wei Ying.
-Wei Ying, estás despierto. ¿Esta Wangji, contigo?-Se escuchó la voz de su tío Qiren.
Mientras tanto, Lan Zhan comenzaba a balancear su cadera, sacando pequeños y silenciosos gimoteos a Wei Ying
-Creo que están dormidos.-Hablo esta vez su tío Wen.
Cuando escucharon pasos alejarse, Lan Zhan cogió la desnuda cintura de Wei Ying y comenzó a aumentar sus embestidas.
-¡Ah! Mm... Si, si, Lan-Ergege, sí.-Gemía en murmullos.
Wei Ying solo podía ondear su cintura para que la polla de Lan Zhan lograra penetrar más profundo.
Lan Zhan únicamente bajó un poco el edredón para ver como los gordos glúteos de Wei Ying se estrellaba con su polla. Con la otra comenzó a sobarlos ya masatlos a la vez que dirigía las embestidas.
Wei Ying detuvo sus gemidos cuando Lan Zhan sacó su pene.
-Lan Zhan, no te detengas, Mmn.
Comenzando a ondear con más atormento su cadera para lograr introducir la polla de Lan Zhan, se desesperó porque al parecer Lan Zhan, había amanecido juguetón, decidió ponerse encima de él y con una mano dirigir el enorme pene a su entrada nuevamente, esta vez comenzó a saltar de manera lenta.
No lo podían negar les complacía como el edredón se balanceaba junto con ellos, dándoles una especie de guarida en la cual follar, a Wei Ying le encantaba gozar del pene de su novio, pero estaba tan embelesado saltando sobre ella que se volvió un manojo de temblores cuando Lan Zhan sujetó su pequeña cintura en sus manos y comenzó a penetrarlo de manera monstruosamente rápida, haciendo que Wei Ying pegara su frente junto con la de él, las arremetidas eran tan rudas que lo hacían subir y bajar, echó su cabeza atrás cuando Lan Zhan comenzó a morderle sus pezones abultados por la actividad de la madrugada.
Posteriormente, los dos se volvieron tumbar de manera lateral, Lan Zhan sujetó la pierna derecha desde muslo y la alzó, esta vez introduciendo completamente su mojada polla.
-Lan... Zhan, estás tan profundo.
Wei Ying trasladó su mano al pequeño bulto que se producía en su estómago.
-Destrózame Lan Zhan, vuelve a llenarme con tu delicioso semen hasta que se deslice por mis muslos.
Lan Zhan sacaba su polla completamente para introducirlo nuevamente con estocadas duras.
-Si, just... Mn, así. ¡Me gusta! Sí, así, bebé, me estás follando tan delicioso, Lan Zhan.
-¿Te gusta?
-Sí, sí, siento que me dejaras embarazado de lo bien que me estás cogiendo.
Los dos cuerpos se movían al mismo compás, de adelante hacia atrás.
-Lan Zhan, Lan Zhan, me voy a venir.
-Yo igual, vamos mi amor, aprieta mi polla como te gusta hacerlo.
Lan Zhan bajo la pierna de Wei Ying, engullendo esta vez su cintura, comenzó un desenfreno de movimientos, haciendo sonar un poco más la cama.
Lo último que asimiló Wei Ying fue como el caliente semen empezaba a salir de su rojo y magullado agujero.
-Me estás llenando tan biemmm... ¡Ay, si, si!
Dobló un poco su cabeza hacia atrás para poder besarse, soltando gemidos cuando la empapada polla salió de su agujero con un ruido acuoso, siendo reemplazada por los dilatados y esbeltos dedos de Lan Zhan, quien después de extraerlos los dirigió a su boca para proceder y besar a Wei Ying.
-Mi semen sabe mejor cuando está caliente en tu agujero.
-Me vas a matar Lan-Ergege
-Vamos a limpiarnos.
Los dos se dieron un baño después de volver a tener sexo dentro de la ducha donde solo se escuchaban gemidos, gruñidos y choques de la piel mojada.
Una vez estuvieron listos, cambiaron la ropa de cama y se acostaron nuevamente.
-Te amo, tanto que no sé cómo agradecerte por estar aquí y para mí.-Dijo Wei Ying
-Te amo tanto que no necesitas agradecerme por amarte tanto como me amas a mí.
-Amas mis miedos.
-Y tú los míos.
-Mis imperfecciones.
-Imposible, Wei Ying, no tiene ninguna.
-Tengo cicatrices.
-Todos tenemos una que otra que todavía nos duele, pero las tuyas son las más hermosas que he visto, ¿sabes por qué?
- ¿Por qué?
-Porque nunca te rendiste ante ellas, lloraste cuando tenías que llorar y gritaste cuando tuviste que gritar, sobre todo me enseñaste a amarlas y amar las mías, me enseñaste que está bien, no estar bien. Entonces dime¿cómo no te puedo amar, amado mío?
Con un chillido por parte de Wei Ying, reclamo.
-Si sigues siendo así de dulce, no me quedará de otra más que quedarme contigo hasta dar mi último aliento.
-Quédate conmigo en esta y en las próximas vidas, mi amor.
-Lo haré, mi Lan Zhan.
Con un último beso se dejaron abarcar por los amistosos rayos de la mañana, con promesas hechas para cumplirse, el destino se encargaría de eso, así sea que tenga que contar estrellas o la luna bajar, porque la baraja nunca se va a detener, no mientras los ríos anden y las nubes se muevan.
Esta fue la última carta con promesa que el destino lanzó a su favor.
Llevo intentado hacer un separador chevere, espero que este se vea mas desenton así todo ¡Uy!
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Thread Of The Destiny
FanfictionEl destino es el que baraja las cartas,pero nosotros somos los que jugamos. -William Shakespeare